Se asienta sobre la estructura de un Honda NSX, se mueve gracias a un motor V6 de Toyota y cuenta con un diseño más que peculiar. El Mitsuoka Orochi Final Edition anuncia el cese de producción de un modelo creado por y para Oriente.
Aunque para muchos es desconocido, el pequeño fabricante Mitsuoka lleva ya cierto tiempo operando en el mercado asiático. Afincado en Japón, tiene distribuidores en Corea, Singapur, Tailandia, Malasia o Arabia Saudí, entre otros países de la zona. No es una marca al uso, sus creaciones parten de coches japoneses conocidos, a los que aplica un profundo lavado de cara que, en muchas ocasiones, acaba recordando a la estética de modelos clásicos británicos. Una idea que roza lo bizarro, sin duda.
El protagonista de esta noticia, sin embargo, poco tiene de inglés -más bien nada-, aunque sí de raro. Para poner en antecedentes sobre su historia, el Mitsuoka Orochi es un vehículo que toma prestada la estructura del Honda NSX y un motor Toyota V6 de 3,3 litros y 233 CV asociado a un cambio manual de cinco velocidades. Se trata de un tracción trasera que se presupone divertido de conducir pero que, sin embargo, cuenta con una estética bastante peculiar, al menos para los ojos europeos.
Tras su presentación oficial en el Salón de Tokio de 2001 y su lanzamiento al mercado en 2007, este Mitsuoka ha dado respuesta a la idea de su creador, que no es otra que "convertirse en una alternativa a los súper deportivos actuales gracias a su personalidad incomparable".
Pero hoy, tras apenas siete años de vida, el modelo nipón parece anunciar su fin con el lanzamiento del Mitsuoka Orochi Final Edition. Una variante que cuenta con llantas de 19 pulgadas, espóiler delantero y aletas traseras específicos, y dos colores de carrocería inéditos: morado 'Fuyoru' y dorado perla brillante. No sabemos qué acogida tendrá, aunque quizá en el lejano Oriente esperen con ansia esta rareza automovilística.