
El consumo de determinados medicamentos es uno de los factores que amenaza la seguridad de los conductores durante sus trayectos, sin embargo, el 80% de quienes los toman a diario lo desconocen. | Alergias y conducción: cómo actuar.
De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Toxicología, el 21% de los conductores y el 32% de los peatones fallecidos en accidente de tráfico sometidos a autopsia en 2016 -último año del que se tienen datos- dieron positivo en psicofármacos.
El orden de uso es "ansiolíticos, medicamentos para dormir, antidepresivos, antihistamínicos y algunos tratamientos oftálmicos", señala a la Dirección General de Tráfico (DGT) Cristina Fernández, responsable del Departamento de Productos y Servicios del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos.
Entre los efectos que dichos fármacos ocasionan se encuentran la somnolencia, la disminución de los reflejos y el aumento del tiempo de reacción. Por ello, a modo preventivo, en 2007 se aprobó la norma por la que medicamentos más peligrosos para la conducción incorporan en la caja un pictograma de alerta junto a la leyenda 'Conducción: ver prospecto'.
En la actualidad, el 20% de los principios activos en España incorporan este pictograma, que no prohíbe la conducción, sino que sirve de alerta tanto para el farmacéutico que lo dispensa como para el paciente que lo compra.
Los seis medicamentos que más afectan
Según un estudio del SERGAS (Servicio Gallego de Salud) estos son los medicamentos que mayor efecto pueden tener sobre la conducción:
- Benzodiacepinas. La mayoría de los conductores fallecidos en accidente de tráfico que dieron positivo en psicofármacos habían tomado este tipo de medicamentos. Si se trata de benzodiacepinas de acción corta y se toma por la noche, por la mañana se podría conducir, pero si son de acción intermedia, no.
- Antidepresivos. Solo se debe conducir una vez que el tratamiento se ha estabilizado y se ha obtenido una respuesta positiva al mismo.
- Antihistamínicos. No precisan receta médica y son de consumo habitual por gran parte de la población. A priori, sólo afectan a la conducción los de primera generación, pero algunos de los más nuevos incorporan en su prospecto que se recomienda precaución al volante.
- Opioides. Si se toman de forma crónica, una vez que el paciente desarrolla tolerancia no hay problema para conducir, pero deben tener precaución ante un aumento de dosis.
- Antipsicóticos. Los pacientes solo deben conducir cuando estén estabilizados y deben tomar precauciones, como ir acompañados, moderar la velocidad, evitar horas punta y viajes nocturnos.
- Antiepilépticos. La propia enfermedad ya incapacita para la conducción.