El Tesla Model S ha vuelto a someterse a las pruebas de seguridad americanas del Insurance Institute for Highway Safety (IIHS) sin éxito, pues ha fracasado en su intento de lograr la mayor puntuación en esta materia. Tesla, al borde de una espiral bajista: cae un 20% desde máximos mientras crecen las dudas.
Esta es la segunda vez en lo que va de año que la firma de Palo Alto examina la fortaleza de su lujosa berlina en los mencionados test de choque. El objetivo era superar la calificación de "aceptable" que obtuvo a comienzos de año en los 'small overlap front' (un choque frontal sobre una superficie pequeña, similar a un poste o un árbol) después de que el cinturón no retuviese lo suficiente el cuerpo del maniquí, que impactó poderosamente contra el airbag.
Tesla entonces introdujo mejoras en sus Model S fabricados desde enero para repetir el test unos meses más tarde (el actual). Sin embargo, no solo no ha logrado revertir el problema sino que se han detectado nuevas debilidades.
Además del cinturón de seguridad, ahora se ha identificado una mayor intrusión de la rueda delantera en el que se produce la colisión: se introduce 11,8 cm más en la zona inferior y 27,9 cm en su zona superior.
Tesla, por su parte, emitió un comunicado a través de la CNBC en la que sugiere que la prueba fue diseñada para "satisfacer sus propios propósitos subjetivos". Además, recordó que el Model S logró la máxima puntuación en todas las pruebas de choque, excepto en esa. Algo que, por cierto, sí consiguieron el Lincoln Continental, de Ford, el Mercedes Clase E o el Avalon de Toyota.
En favor de la marca californiana cabe recordar que el Model S -cuyo precio asciende a 82.400 euros en España- logró resultados satisfactorios en otras pruebas de seguridad reputadas como son las de la NHTSA, el organismo que vela por la seguridad en las carretera estadounidenses, y en la Euro NCAP, donde el Model S logró las cinco estrellas.