
El Bugatti Chiron, aquel superdeportivo de 1.500 CV de potencia que fue asombró en su presentación en el Salón de Ginebra del año pasado, es sin duda uno de los modelos más especiales de la firma desde que se dio a conocer. Y no solo por sus prestaciones, que son realmente embriagadoras para los amantes del motor, sino por todas aquellas cifras ocultas que lo convierten en un modelo único.
El Chiron nació para ser el sustituto de un vehículo emblemático como es el Bugatti Veyron, reemplazo que se materializará a lo largo del primer trimestre de este año cuando se entreguen las primeras unidades. No obstante, existen algunos detalles que muestran su singularidad antes incluso de verlo rodar u oír el rugido de su motor.
Para comenzar, cada unidad que se produce está personalizada al gusto de su propietario, lo que se traduce en una pormenorizada elaboración cuyo resultado son 70 vehículos nuevos al año. El objetivo de Bugatti, en cualquier caso, es detener la producción una vez alcancen las 500 unidades.
La fábrica que se encarga de ello está ubicada en Molsheim (Francia), donde 20 personas trabajan a diario en cada coche para ajustar las 1.800 piezas que lo componen. Previamente, el cliente concreta el diseño su vehículo y desde ese momento comienza una cuenta atrás de seis meses, el tiempo de elaboración que transcurre hasta que se le entregan las llaves al propietario. Incluir inscripciones en los reposacabezas, consola central o alerones, son algunas de las opciones que ofrece la marca para personalizar el coche.
En la fábrica gala no hay cintas transportadoras ni robots con los que se agilice la producción, se realiza todo de forma artesanal en las 12 estaciones distintas de trabajo por las que pasa cada unidad. Destaca principalmente la segunda, donde el tren de potencia se integra en el vehículo, pues se ha conseguido que este tan solo pese 628 kg gracias a que se ha aumentado la cantidad de fibra de carbono empleada así como los materiales ligeros en comparación con el Veyron. Asimismo destaca el chasis -monocasco- puesto que todos los tornillos que se utilizan son fabricados con titanio y pesan únicamente 34 gramos.
El resultado es una auténtica bestia del asfalto con un motor de 16 cilindros capaz de desarrollar 1.500 CV y un par motor de 1.600 Nm. Su velocidad máxima es 420 km/h y logra el 0 a 100 km/h en 2,5 segundos, y alcanza los 300 km/h en algo más de 13 segundos. Su precio, 2,4 millones de euros.