
La conducción autónoma es el futuro de la industria del automóvil, Apple es consciente de ello y parece no estar dispuesta a dejar escapar la oportunidad de ampliar su modelo de negocio. Tres factores que instan a pensar en que habrá sistema de conducción autónoma con la rúbrica de los de Cupertino, sin embargo, el secretismo con el que envuelve Apple sus avances tecnológicos mantiene aún ciertas dudas sobre su futuro.
El pasado mes de octubre, fuentes cercanas al gigante tecnológico aseguraron que el Project Titan -el nombre del proyecto bajo el que se desarrollaba el iCar- había sido cancelado después de que Apple recortase centenares de puestos de trabajo del equipo dedicado al diseño y elaboración del vehículo, pues el objetivo era desarrollar un avanzado software de conducción autónoma. Varios de estos miembros que componían la sección abandonaron el departamento, bien para ser reubicados en nuevas áreas o bien abandonar definitivamente la compañía.
No obstante, una carta enviada por Steve Kenner, director de Integridad de Producto en Apple, a la Administración Nacional de Seguridad de Tráfico en Carreteras en Estados Unidos (NHTSA, por sus siglas en inglés) confirma el interés de Apple en el desarrollo de la conducción autónoma, pero no se especifican los planes de la empresa. En la misiva a la que ha tenido acceso Reuters, lo único que se menciona es un gran interés por mejorar el transporte y apoyar a las compañías que trabajan en ello: "[Apple] está invirtiendo fuertemente en el estudio del aprendizaje de las máquinas y automatización, y está muy entusiasmada con el potencial de los sistemas autónomos en muchas áreas, incluyendo el transporte", reza el escrito.
Asimismo, Kenner asegura que el proyecto de Apple -sea cual sea - seguirá la guía de la NHTSA porque considera que "los vehículos autónomos tienen potencial para mejorar en gran medida la experiencia humana, evitando millones de accidentes de tráfico y miles de muertes cada año, y para dar formas de movilidad a los que no tienen".
Por ese motivo, instan a las instituciones gubernamentales a "no poner demasiadas restricciones en las pruebas de los coches autónomos" y reivindica un trato idéntico para "los fabricantes establecidos y los nuevos que entren" en el sector automovilístico.
La carta, eso sí, lejos de aclarar por dónde se moverán los de Sillicon Valley siembra aún más dudas sobre el devenir de la empresa. Lo que sí pone de relieve es el notorio interés de Apple en el coche autónomo por lo que habrá que observar cómo se desenvuelven finalmente.