
George Hotz es un hacker de 26 años que ha fascinado a la industria del automóvil tras fabricar un coche autónomo que circula sin conductor en el garaje de su casa en solo un mes.
Así lo ha comprobado Bloomberg en una vista a su casa en San Francisco: se trata de un Acura ILX (coche de ata gama de Honda que se vende en Estados Unidos) equipado con un sistema de radar láser en el techo y una cámara montada cerca del espejo retrovisor y provisto de una maraña de cables en el espacio de la guantera, una palanca de mando donde la palanca de cambios y una pantalla de 21,5 pulgadas en la consola central en la que se ejecuta la computadora del vehículo con una versión del sistema operativo Linux. "Tesla solo tiene una pantalla de 17 pulgadas", presume Hotz.
'Geohot' Hotz, como se le conoce en la Red, se convirtió hace siete años en toda una celebridad tras ser la primera persona que hackeó un iPhone de Apple, permitiendo que cualquiera pudiera hacerlo. Más tarde fue también el primero en piratear una PlayStation 3. Durante los últimos dos años, Hotz ha estado tratando de decidir qué quería hacer a continuación, hasta dar con la idea de hacer un coche autónomo.

A la altura de la tecnología de Tesla
Hotz explica que la configuración de este automóvil, como la función de piloto automático de Tesla, está destinado solo a carreteras y no a las caóticas calles de una ciudad, por eso debe conducir su Acura hasta salir a una autopista californiana. Tras recorrer un par de kilómetros, Hotz activa el modo de autoconducción... ¡A más de 100 km/h! Y sigue su camino sin problemas. "La primera vez que funcionó fue esta mañana", le dice al temeroso periodista que le acompaña durante la prueba.
El software de inteligencia artificial y las cámaras de usuario, asegura Hotz, son lo suficientemente buenos como para permitir que un 'chapuzas' inteligente pueda crear un sistema de autopilotaje a bajo coste para cualquier coche. La tecnología que el joven ha desarrollado representa, de fondo, todo un desafío a sistemas mucho más caros diseñados por gigantes como Google, Uber, Samsung, Apple o los grandes fabricantes de automóviles del mercado. A más corto plazo, incluso, Hotz asegura que es capaz de desafiar incluso a Mobileye, la compañía israelí que suministra a Tesla Motors su actual tecnología de piloto automático. "Es absurda", dice sobre la tecnología de esta empresa, "están por detrás de los tiempos".
Desde Mobileye, por supuesto, niegan que la tecnología de la empresa no está actualizada. "Nuestro código se basa en las más recientes y modernas técnicas de inteligencia artificial, utilizando algoritmos de redes profundas de detección y el control", asegura su portavoz Yonah Lloyd . La tecnología de Mobileye se basa en un chip personalizado y en técnicas de software conocidas para guiar a los coches a lo largo de carreteras. De momento Tesla lo ha conseguido con cierto éxito, aunque no exenta de fallos.

Cualquiera puede tener un coche autónomo
Hotz planea mejorar la tecnología Mobileye con electrónica propia. Está construyendo un kit que consta de seis cámaras similares a las que montan los smartphones más baratos que se colocan alrededor del coche: dos irían dentro, cerca del espejo retrovisor; una, en la parte posterior; otras dos, en los lados para cubrir los puntos ciegos; y, por último, una cámara de 'ojo de pez' se ubicaría encima del capó.
Luego diseña el software de control para las cámaras utilizando lo que se conoce como una red neuronal, un tipo de mecanismo de inteligencia artificial de autoenseñanza que toma datos de los conductores y aprende de sus elecciones. El objetivo es vender la cámara y el paquete de software por unos 1.000 dólares, ya sea a fabricantes de automóviles o, en su caso, directamente a consumidores que comprarían vehículos personalizados en un punto de venta propio de Hotz. "Tengo 10 amigos que ya quieren comprar uno", afirma.

El desafío de Elon Musk
Cuándo se materializará esta idea es algo aún difícil de concretar. Hotz dice que va subirá un vídeo a YouTube dentro de unos meses en el que el piloto automático de su Acura va mejor en carretera que un Tesla Model S. El objetivo del ejercicio es doble: en primer lugar, espera poder demostrar que la tecnología funciona y está lista para salir a la venta. Pero también ayudará a Hotz ganar una apuesta con Elon Musk, CEO de Tesla.
El pasado verano, Hotz decidió poner su convicción a prueba. Un amigo le presentó a Musk y se reunieron en la fábrica de Tesla en Fremont, California, donde hablaron largo y tendido sobre las ventajas y los peligros de la tecnología de inteligencia artificial. Cuando salió el tema de la tecnología desarrollada por el propio Hotz y la posibilidad de que este Hotz ayudara a desarrollar la tecnología de autoconducción de Tesla, Musk le propuso que si podía hacerlo mejor que la tecnología de Mobileye en una prueba, le premiaría con un lucrativo contrato. Hotz rompió entonces las negociaciones tras el desafío de Musk cuando sintió que este seguía cambiando los términos.
"Francamente, creo que deberías trabajar en Tesla", le insistió Musk a Hotz en un correo electrónico, pero este le contestó que no estaba buscando trabajo. Sin embargo, demostrar que tenía razón y que puede llegar a superar la tecnología del piloto automático de Tesla pude suponer el reconocimiento definitivo y, quién sabe, si un "lucrativo contrato" todavía mayor.