Motor

Contra la demonización del diésel: así es el líquido que hace su coche más limpio

Uno de los factores, cuando no el principal, que más están contribuyendo a la creciente demonización del diésel como combustible de automóviles es su mayor nivel contaminante respecto a otras opciones. Pero pocos conductores saben que existen soluciones para reducir ese efecto nocivo.

Una de ellas es el nuevo componente llamado Adblue, el cual ha recomendado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) subrayando su gran virtud: la contribución a rebajar las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx), que tanto perjudican a la calidad del aire que respiramos, procedentes de los coches propulsados por gasóleo.

Asegura esta asociación que se trata de un componente que no debería tardar en popularizarse, dada la reciente entrada en vigor de la normativa anticontaminación Euro6, por la que las emisiones máximas permitidas de NOx se redujeron de 0,18 g/km a 0,08 g/km. Para lograr cumplir este objetivo, los fabricantes de motores están recurriendo a distintas tecnologías.

¿Qué es el Adblue?

En motores de pequeña cilindrada, advierte la OCU, se puede conseguir esa reducción mediante el uso de un catalizador. Pero cuando se trata de cilindradas altas, se prefiere utilizar un depósito con un líquido denominado Adblue. Algunos motores ya usaban este componente antes de la implantación de Euro 6, pero es ahora cuando su utilización se va a generalizar.

La denominación Adblue no es más que la marca registrada de un líquido compuesto por una disolución del 32,5 % de urea en agua desmineralizada que no es, por lo tanto, tóxico ni peligroso de manipular.

De este modo, los coches que utilizan Adblue disponen de un segundo depósito, normalmente con su boca de llenado al lado de la del de combustible, para albergar el líquido. Este componente se va consumiendo junto con el gasóleo, pero de un modo mucho más lento. El consumo es menor de un 5% con respecto al consumo de gasóleo.

¿Cuánto cuesta y dónde se compra?

El Adblue puede adquirir en estaciones de servicio, aunque también disponen de él los talleres, y puede recargarse en las revisiones periódicas. El precio en gasolinera de una garrafa de 10 litros ronda los 12 euros, y dura entre 3.000 y 4.000 km.

Por lo tanto, como cabe suponer, todo coche con depósito de Adblue debe de llevar un testigo que avise de que se está agotando con la suficiente antelación, exactamente igual que sucede con el depósito de gasolina o diésel convencional. No obstante, si el Adblue llegara a agotarse, no le pasaría nada al coche, pero sí dejaría de surtir el efecto de rebaja del nivel de contaminación hasta que sea recargado.

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