Motor

Diez consejos para practicar la conducción más segura este invierno

Ha llegado casi sin avisar, pero ya tenemos el tiempo invernal sobre nuestras cabezas. De un día para otro, salimos de casa y nos podemos encontrar con unas condiciones desfavorables para la conducción. Lluvia, niebla, viento, hielo o nieve alteran por completo el trafico tanto en carretera como en la ciudad. No viene mal ahora dar un repaso rápido a las recomendaciones para estos casos.

1.- Aunque los límites de velocidad todavía no son variables según la climatología en la mayoría de nuestras carreteras, como en otros países, es recomendable bajar automáticamente la velocidad en cuanto la calzada esté mojada.

2.- Si las condiciones son realmente malas y los pronósticos avisan de temporal con fuertes vientos o nevadas, mejor es posponer si es posible nuestro desplazamiento. El riesgo de accidente aumenta proporcionalmente al empeoramiento del tiempo.

3.- Si emprendemos de todas formas la ruta, es indispensable salir preparados. Llenar el depósito de combustible así como el de líquido limpiaparabrisas con un producto descongelante. Asegurarnos del correcto funcionamiento de todas las luces, tanto de posición como de alumbrado y antinieblas. También hay que verificar la calefacción y los sistemas de desempañado y descongelación de las lunetas. Por supuesto, llevar el móvil a plena carga y es muy útil tener un cargador de coche en la guantera.

4.- Verificar el buen estado e inflado de los neumáticos, un pinchazo con mal tiempo puede ser dramático a la hora de cambiar una rueda.

La importancia de las cadenas

5.- Si aparece la nieve o la podemos encontrar durante nuestro viaje, lo primero es comprobar que llevamos unas cadenas de la medida correcta en el maletero. Es recomendable entrenarnos en casa a ponerlas y quitarlas, nos ahorrará luego tiempo y molestias a la intemperie. No olvidar que las cadenas se montan siempre en las ruedas motrices. Verificar asimismo que los chalecos y triángulos reflectantes obligatorios están en su sitio.

6.- Si vivimos o vamos a transitar muchos kilómetros por zonas con posibilidad de nieve, es recomendable valorar adquirir unas cubiertas de nieve que nos aportarán mucha seguridad y nos evitarán tener que montar y desmontar las cadenas.

7.- Circulando por carreteras con nieve, reducir siempre la velocidad, alargar las distancias de seguridad y estar alerta ante imprevistos como coches accidentados o máquinas trabajando en retirar la nieve o esparciendo sal.

Ojo a la pérdida de adherencia

8.- Con tiempo frío se forman placas de hielo sobre la calzada, sobre todo en zonas umbrías y húmedas. Son difíciles de detectar por lo que hay que rodar con precaución y tener muy en cuenta la señalización que nos avise de las zonas suceptibles de estar heladas.

9.- Con lluvia intensa se reduce la adherencia de los neumáticos y también la visibilidad. Hay que rodar más despacio, suavizando al máximo las maniobras con el volante y alargando la distancia de seguridad respecto al vehículo que nos precede para poder frenar con seguridad en caso necesario.

10.- La niebla puede ser un factor muy peligroso porque reduce la visibilidad del conductor y falsea la percepción de las distancias. En su caso es mejor posponer también el viaje y evitarnos conducir bajo mucha tensión. Si no obstante nos sorprendiera en carretera, encender inmediatamente los faros antiniebla y reducir proporcionalmente la velocidad máxima obligatoria en función de la merma de visibilidad. Por ejemplo, si la visibilidad se redujera a 50 metros, conducir a una velocidad de 50 kilómetros por hora.

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