
La compañía alemana Siemens continúa su estrategia para desarrollar productos que protejan el medio ambiente. En este sentido, su último lanzamiento son los camiones denominados "cero emisiones". Este tipo de vehículo funciona de forma mucho más sostenible gracias al rediseño del sistema tradicional de pantografía y catenaria, así como a un motor eléctrico.
En otras palabras, este tipo de vehículo funcionaría como una especie de trolebús tradicional. Para que este motor funcione necesita una fuente de alimentación a través de una subestación eléctrica y una red catenarias instaladas en las propias carreteras.
De esta forma, este tipo de camiones pueden autoabastecerse de electricidad sin necesidad de utilizar combustibles fósiles. Este sistema ha sido bautizado por Siemens como eHighway, las autopistas eléctricas.
Pero no todo se limita a este tipo de autopistas, los camiones también tienen que contar con la tecnología adecuada para obtener y transmitir esa energía al motor. A través del rediseño del tradicional pantógrafo, estos vehículos pueden conectarse y desconectarse a la red, de forma automática o manual, sin importar la velocidad a la que estén circulando y siempre con la máxima flexibilidad y seguridad.
En particular, un sensor detecta el tramo en el que están las catenarias y un sistema de control inteligente permite al pantógrafo tomar la posición adecuada para acoplarse a ellas, mantenerse -sin importar el balanceo habitual de la conducción o los posibles frenazos que pudieran ocurrir- y transmitir directamente esa energía al motor. Además, la energía que no sea utilizada se devuelve automáticamente a la red, garantizando la eficiencia del sistema.
En los casos en los que los camiones se encuentran fuera de las líneas de catenaria, utilizan un sistema de acondicionamiento eléctrico que funciona también con diésel, gas natural comprimido o baterías.
Primer piloto implantado
El primer piloto ya se ha implantado en Carson -una ciudad del condado de Los Ángeles, en California (EEUU)- donde estará en modo de pruebas hasta mediados del año 2016.
Según comenta la compañía alemana "se trata de una tecnología muy útil para zonas muy transitadas por vehículos pesados, como las autopistas que unen puertos de carga con grandes ciudades, en las que el tráfico de camiones es constante y muy elevado, con el consiguiente efecto en los niveles de contaminación de la zona". Al hilo de esto, hay que destacar que la contaminación que producen estos vehículos de alto tonelaje cuestan a la Unión Europea entre 43.000 y 46.000 millones de euros.
Sin embargo, este tipo de tecnología se encuentra en fases preliminares, por lo que es difícil determinar en qué momento podría ser aplicada en nuestro país, así como su coste definitivo.