Sumida en una difícil situación financiera durante la crisis económica, el fabricante de coches británico Aston Martin confía en volver a beneficios después de 2016. Pero para conseguir dicho objetivo ha decidido probar un cambio de rumbo en su estrategia, renunciando a parte de su imagen y reputación de superlujo para rebajar precios y llegar así a un público mayor.
Siguiendo una estrategia de popularización de su gama que también han llevado a cabo otras firmas similares, como es el caso de Maserati con el nuevo Ghibli, Aston Martin ha lanzado un nuevo modelo más asequible, el primero por debajo de los 100.000 dólares en décadas, para intentar robar clientes a las firmas premium alemanas, según recoge el último número de la revista Forbes.
Presentado este abril en el Salón del Automóvil de Nueva York el nuevo Aston Martin Vantage GT 2015 es una variante de 430 CV de la gama que mejor se vende de la marca británica. Pero lo que más llamó la atención no eran precisamente las prestaciones de su motor V8, sino su sorprendente coste: saldrá a la venta en Estados Unidos por un precio que partirá de los 99.000 dólares (unos 72.000 dólares al cambio actual).
Menor precio sin renunciar a prestaciones
La marca quiere atraer así a un importante número de clientes que pudieran pensar que tener un Aston Martin estaba fuera de su alcance. "Nos gustaría vender un poco más de coches, y creemos que esto ofrecerá una oportunidad para ampliar nuestro poder de convocatoria y atraer más clientes a la marca", reconocía el presidente de la compañía para Estados Unidos, Julian Jenkins, en declaraciones realizadas en la muestra.
La pregunta surge de forma obligada: ¿en dónde recorta Aston Martin para obtener el descuento de 20.000 dólares respecto al precio de salida del resto de la gama Vantage? La respuesta es en lujo, en detalles, pues su nuevo motor V8 de 4,7 litros es incluso 10 CV más potente que el Vantage base (acelera de 0 a 100 km/h en 4,6 segundos). El Vantage, que fue lanzado en 2005 (se han vendido en este tiempo 30.000 unidades), "ha sido un gran éxito para nosotros, así que queríamos crear otro coche realmente deportivo que atrajera al comprador más deportivo", explica Jenkins.
Pero claro, como les pasa a los fabricantes de coches a estos niveles de lujo, es evidente que el problema de la firma será vender un Aston Martin más barato sin que parezca 'low-cost', un coche menor destinado a las masas. A su favor, cuenta con la experiencia de Maserati o Porsche, que en los últimos tiempos han añadido a sus respectivas gamas diferentes modelos más asequibles con los que han logrado atraer a otro perfil de cliente antes inédito en sus carteras.