
La compañía española Seat Motor atraviesa por una delicada situación financiera que, de no ser por el apoyo económico del Grupo Volkswagen, podría haber desencadenado ya en la suspensión de pagos.
Así lo advierte PricewaterhouseCoopers, la firma que audita las cuentas de Seat Motor España, sociedad que gestiona los únicos nueve concesionarios de la firma española, en su informe relativo al ejercicio de ésta del pasado año del que se hace eco el diario El País. En 2012, registró unas pérdidas de 3,6 millones de euros, lo cual no sería alarmante sino fuera porque lleva acumuladas pérdidas desde 2008 por valor de 19,3 millones. De hecho, cerró ese último ejercio con un fondo de maniobra negativo, lo cual indica cuándo los ingresos son incapaces de hacer frente a los gastos en el plazo de un año.
Así pues, ¿cómo sobrevive la sociedad? PwC lo tiene claro: en dicho informe señala que Seat Motor España aún resiste a la crisis económica gracias al "apoyo financiero" que le reporta su accionista Volkswagen Group Retail Spain (que engloba también los concesionarios de Audi, Volkswagen y Skoda en España), filial del grupo automovilístico alemán, al que se incorporó el pasado año previo pago de 1,4 millones de euros. La memoria de Seat Motor, incluso, admite dicho respaldo económico como un factor que les permite "continuar con el desarrollo de su actividad".
Incluso, la empresa auditora, para mayor alerta sobre la situación de Seat Motor, ha llamado la atención sobre el hecho de que, al cierre de 2012, el patrimonio neto de la compañía haya quedado por debajo de la mitad del capital social de la entidad (417.000 euros frente a 1,84 millones), lo que en condiciones normales debería llevar a la disolución. Sin embargo, la ayuda de Volkswagen ha contribuido a mantenerse con vida a Seat Motor.
Pero la sociedad española ya ha empezado a buscar soluciones al problema y, a raíz de la advertencia de PwC, aprobó el pasado junio una reducción de su capital social hasta 60.000 euros, mínimo exigible para una sociedad anónima como primera forma para atajar los temores ante su crisis financiera.