El i3 es al primer fruto de una planta de fabricación modelo para BMW, Leipzig, donde se sentará la base para la construcción de sus coches cien por cien eléctricos, una actividad que no es nueva en la marca bávara, ya que el primer BMW de estas características, el 1602 Electric data de 1972, hace ya más de 40 años.
Hoy ya son siete los modelos eléctricos creados por BMW, todos ellos derivados de modelos de serie, entre los que el Mini E de 2008 y el BMW Serie 3 Active E de 2010 han sido los últimos. Pero ahora los nuevos BMW eléctricos son otra cosa. Son desarrollos realizados partiendo desde cero, y el primero es el utilitario ciudadano i3 que llegará al mercado antes de fin de año, al que seguirá el deportivo i8. Todo un reto que supone sistemas de producción diferentes, para lo que la planta de Leipzig ha sido especialmente preparada. Porque la misión de Leipzig es, además de fabricar coches eléctricos, obtener procesos de producción lo más limpios posible para sus futuros modelos.
Fabricación
Chasis y carrocería separados dan lugar al BMW i3. La estructura de la carrocería se denomina Life , y se ha realizado con plástico reforzado con fibra de carbono por tratarse de un material resistente y ligero en extremo. A esa estrutura se le añaden posteriormente los elementos que 'visten' el exterior del coche: capó, paneles de puertas, etcétera. Lo más sorprendente es la simplificación que ha conseguidi BMW en la producción, ya que se eliminan las soldaduras y la tornillería en favor de unos elementos de unión tan sencillos como el calor y el pegamento.
El bastidor del coche es, casi en su totalidad, de aluminio, incluyendo las suspensiones y, sobre todo, la estructura central inferior del chasis, donde se alojan las baterías. El empleo de materiales ligeros consigue que el i3 tenga un peso inferior entre 250 y 350 kilos al de un coche 'normal'. Solo da en la báscula 1.200 kilos.
El i3 estará, no obstante, al mismo nivel que los demás BMW en lo que se refiere a la seguridad activa y pasiva. Así, la zona de las batería se puede considerar inexpugnable. Incluso en caso de un fallo en uno de sus módulos, el software del coche lo desconecta y avisa de esa desconexión.
Por otra parte, la estructura que protege las baterías se ha estudiado para que en caso de impacto las fuerzas se distribuyan por debajo de la carrocería. Y otra ventaja de la construcción del i3 es el hecho de lo económicas que resultarán las reparaciones de algunos elementos fáciles de sustituir o fáciles de arreglar, como los pequeños golpes, por ejemplo.
Un vehículo reciclable
El i3 es, por otra parte, reciclable en un 95 por ciento, y sus baterías tienen una vida útil de 150.000 kilómetros, lo que supone unos 1.000 ciclos completos de recarga. Además, podrán ser reutilizadas en otros cometidos. La mecánica eléctrica del i3 desarrolla una potencia de 125 kW (170 CV), y los técnicos de BMW calculan que tendrá una autonomía con carga completa en ciudad de 160 kilómetros.
Pero la sostenibilidad en Leipzig no solo se ciñe al producto i3, también a la sostenibilidad de la producción en sí. De hecho, la electricidad necesaria para fabricar el i3 la aportan cuatro enormes aerogeneradores instalados en el interior de la planta, y se gasta un 70% menos de agua que en otras plantas de fabricación. En Leipzig se trabaja aprovechando al máximo la luz solar, y la refrigeración se verifica por medios naturales. Por otro lado, Leipzig no tiene cabinas de pintura ni prensas, la construcción con plástico y fibra de carbono lo han hecho posible.