
La dirección de Nissan en Japón ha adjudicado definitivamente a la planta de Barcelona la fabricación del nuevo vehículo que estaba en liza y que supondrá la creación de mil puestos de trabajo y una inversión de 130 millones de euros.
Fuentes de la automovilística han confirmado a Efe que la multinacional nipona ha dado ya el visto bueno a esta adjudicación al acoger de manera positiva el acuerdo para reducir los costes laborales cerrado en Barcelona con los sindicatos la semana pasada.
Esta decisión llega después de que a mediados de enero se dieran por rotas las negociaciones, tras más de seis meses, entre empresa y sindicatos. La inflexibilidad de los representantes de los trabajadores ante las condiciones propuestas por la compañía llevaron a Nissan a retirar toda opción de adjudicar el nuevo modelo a Barcelona, condenando así a la planta, en palabras de su director general en Iberia Frank Torres, a una "muerte lenta".
A raíz de ello, las organizaciones sindicales recularon y, con ayuda de la Generalitat catalana, retomaron las negociaciones con Nissan, con un acuerdo que aceptaba las nuevas condiciones laborales. Se consolida así el pacto para aumentar la productividad de la planta que contempla la creación de una doble escala salarial, de manera que los nuevos contratados cobrarán un 20 % menos que la plantilla actual.
El vehículo adjudicado, que se empezará a fabricar en 2014, será el primer turismo que se producirá en la factoría de Barcelona, especializada en 4x4 y furgonetas comerciales, y competirá en el mercado con modelos como el Seat León.