
El estado alemán de Baja Sajonia, segundo mayor accionista del Grupo Volkswagen, se opone a la concesión de los 7.000 millones de ayudas que el Gobierno francés podría insuflar en los próximos días en la división financiera de PSA Peugeot Citroën. Según ha asegurado su presidente, Alemania pedirá a la Comisión Europea una revisión de la operación.
"Volkswagen y Baja Sajonia ven estos préstamos estatales muy críticamente, ya que no ayudarán a solucionar los problemas que cierto estados tienen con su industria automotriz", ha señalado David McAllister, presidente de la citada región, en declaraciones a Bloomberg TV.
El grupo automovilístico alemán, el mayor de origen europeo, tiene su sede en Wolfsburgo, Baja Sajonia, estado que posee un 20% de los derechos de voto de la compañía; de ahí, la importancia de las declaraciones de McAllister. "Es bastante obvio lo que sucedería", declaró tras ser preguntado por la posibilidad de que el gobierno alemán llevara el rescate de Peugeot ante la Comisión Europea. "Sabemos que la solución a los problemas que tenemos en Europa no son los fondos estatales", insistió.
Según apuntaban ayer fuentes de la agencia estadounidense y de Reuters, Francia podría dar a PSA Peugeot Citroën hasta 7.000 millones de euros en garantías financieras, a cambio de una mayor influencia de la Administración Hollande en la compañía gala, bajo la designación de un líder sindical y de un representante del Gobierno en su consejo de administración.
Peugeot necesita esas ayudas tan pronto como sea posible con el fin de evitar una nueva rebaja en la calificación. Una calificación de no inversión sería el varapalo definitivo que dificultaría aún más su capacidad crediticia con la que hacer frente a las condiciones de financiación de distribuidores y clientes.