Motor

El seguro de coches cae a precios de hace diez años por la guerra de ofertas

Una póliza media para un vehículo en España: 390 euros, el precio más bajo del aseguramiento de automóviles desde 2000 -entonces fueron 368 euros de media-. Desde que se inició la crisis, el seguro medio de automóviles se ha abaratado un 12,2% frente a los 444 euros que valía en 2007 y no se atisban indicios de que vaya a revertir la tendencia.

Más bien se acentúa: sólo durante el pasado año se redujo un 3%, según las estadísticas oficiales compiladas en el estudio El Mercado español de seguros en 2011 de Mapfre.

Un indicador más reciente, el Índice de Precios del Seguro (IPS) que elabora Direct Seguros recogiendo los datos de una decena de compañías aseguradoras, revela que las tarifas han caído alrededor del 3 y 4% adicional entre los pasados meses de enero y mayo.

Las familias quieren ahorrar

Y es que las rentas disponibles de las familias se han deterioran con la crisis y sus presupuestos no dan para mucho más. El ciudadano prefiere contratar seguros económicos y con menores coberturas para economizar.

Se da la circunstancia adicional de que la suscripción de las pólizas más costosas, con coberturas a todo riesgo, está de capa caída porque apenas se adquieren vehículos nuevos (la compra de turismos cayó otro 19,2%), lo que ayuda a abaratar el precio de la póliza media. Y en un mercado tan apretado, donde el parque de vehículos a proteger se encuentra estancado y la tendencia es que continúe así ante la falta de confianza en una mejora económica, la guerra de precios está servida.

Clientes 'más listos'

A las compañías interesadas en mantener volúmenes no les queda otra que ajustar la oferta a unos conductores que aprovechan la información a su alcance para reclamar productos más baratos. Ahora bien, las compañías no incurren en los mismos costes de antaño. La incorporación masiva de la tecnología y los comparadores ayudan a ajustar las coberturas a las necesidades reales de cada cliente frente a los productos prototipo anteriores, aligerando prestaciones y ahorrándose por tanto el coste de los servicios prescindibles en la póliza final.

En 2011 capearon, pese a todo, el temporal, y el resultado técnico financiero ligado al negocio del seguro de automóviles fue un 8,3%, sólo ligeramente inferior al 8,9% del ejercicio precedente. El alivio llegó de la mano de la siniestralidad, que ha caído. Mejoró porque descendieron los accidentes y las colisiones simplemente porque se utiliza menos el vehículo ante lo costoso que resulta llenar el depósito día a día. El coste de la siniestralidad mejora también porque el coste para el seguro mengua, al ser las coberturas suscritas por los clientes inferiores (se contratan muchas menos pólizas a todo riesgo porque los vehículos envejecen y apenas se adquieren autos nuevos).

El ejercicio 2012 no ofrece datos para el optimismo. Mapfre augura en su estudio una continuidad en el descenso de las ventas de automóviles, "provocando estabilidad en el parque de vehículos asegurados y aumento de la antigüedad de los mismos, lo que probablemente se traducirá en un descenso de primas del sector por reducción de coberturas, especialmente en el segmento de motocicletas y ciclomotores". Si a eso une el pronóstico de que caerán de nuevo los siniestros por la crisis, augura "el mercado podría estar tentado a continuar con la guerra de precios".

Complicado también es el panorama que Mapfre adivina para el seguro de Vida este año por la contracción del consumo y porque el 70% de la facturación se origina en los acuerdos de bancaseguros, susceptibles de verse afectados por la reordenación de la banca. El seguro esquivó el año pasado la crisis: ganó 4.381 millones, un 3,7% más. En 2012 se complica el elevar la ganancia.

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