La llegada del tecnócrata Mario Monti al gobierno de Italia parece haber cambiado el rumbo del país transalpino. Al menos, el rumbo de los superdeportivos en sus carreteras: las ventas de los superdeportivos Ferrari y Maserati se han desplomado como consecuencia del férreo control de la evasión fiscal por parte del nuevo ejecutivo.
Según Federauto Italia, la confederación de concesionarios en este país, las ventas de Ferrari y Maserati -ambas firmas pertenecientes al mismo grupo Fiat- se han visto reducidas en un 51,5% y 70%, respectivamente, en lo que va 2012.
La intensa lucha contra el fraude fiscal llevada a cabo por la Administración Monti incluye entre sus medidas el control en las carreteras de los conductores de supercoches, así como el alza de los impuestos en los grandes vehículos de lujo.
El sector del automóvil no ha hecho esperar su reacción en este sentido y ha culpado de este dato a la persecución del ejecutivo italiano contra sus consumidores. "Estas cifras muestran cómo las decisiones tomadas por el gobierno están, literalmente, aterrorizando a los clientes potenciales", han protestado desde Federauto.
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