Motor clásico

Kaiser Darrin: diseño e ingenio de leyenda

El talento de su diseñador, Howard "Dutch" Darrin, era temido en los estudios de Detroit, amigo de los famosos y confidente de celebridades de Hollywood, su tesón y cabezonería le llevó a construir el primer y único deportivo de la marca Kaiser-Freitzer.

Howard "Dutch" Darrin era un hombre cargado de ideas, había estado relacionado con Henry Kaiser desde sus comienzos. Kaiser fue el fundador de la marca de automóviles que llevaba su nombre y que llegó a acaparar el 5% del mercado en Estados Unidos. Los continuos desacuerdos entre ambos, le llevaron de regreso a su tienda en Santa Mónica (California) donde decidió poner en práctica sus proyectos sin interferencias ni segundas opiniones. Así nació el Kaiser Darrin, uno de los últimos vehículos producidos en serie creados por un solo un individuo, aunque las circunstancias le llevaron a ser uno de los llamados "coches raros".

El "Dutch" era un hombre experimentado, creador del diseño del Kaiser de 1951 y el verdadero genio de algunas de las ideas implantadas en los Packard más bellos jamás construidos. De él surgió la idea de colocar el guardabarros delanteros a modo de defensas en las parte delantera a comienzos de los años 40.

En 1952 el "Dutch" consideró que su etapa junto a Kaiser había terminado, enojado por los continuos cambios en sus diseños y convencido de que Kaiser había hecho todo lo posible en contra de su criterio y deseos, decidió dejar su puesto en la fábrica de Willow Run situada en Michigan, hoy propiedad de General Motors, para hacer realidad sus sueños.

A finales de la década de los años 40 Darrin se había sentido atraído por los beneficios de la fibra de vidrio y construyó un prototipo para demostrar su verdadero potencial cuando trabajaba en Kaiser, pero su proyecto se vino a traste, por lo que una vez en solitario, en su tienda de Santa Mónica decidió retomar la idea. En 1972 diría de este vehículo "El coche fue el resultado de la frustración provocada por el proyecto Henry" "Me di cuenta de que ese chasis se merecía algo mejor de lo que había recibido... Decidí hacer un coche deportivo con el chasis de Henry  sin la autorización y el conocimiento del fabricante Kaiser y sufragando los gastos con mi propio dinero... Yo construí el modelo de arcilla durante el primer semestre de 1952. Ayudado por mi hijo Bob, él fue responsable de su desarrollo y excelente acabado final. Esta arcilla fue seguida por un prototipo en funcionamiento".

Un diseño innovador

El resultado del primer prototipo era típicamente Darrin, la parrilla grande y alta, las aristas en el guardabarros trasero, luces traseras en forma de lágrima o el largo capó completamente "limpio" eran propios de las personalidad de sus diseños, pero con éste fue más allá. Lo que más marcaba a este prototipo eran las puertas correderas, éstas se deslizaban hacía delante escondiéndose dentro de la carrocería, un diseño que había sido patentado en 1946 por el propio Howard "Dutch" Darrin. Una innovadora idea que pretendía facilitar la entrada y salida del vehículo y eliminar las puertas con bisagras, elementos que Darrin consideraba anticuado, pero que en la práctica dejaba un hueco algo estrecho si la persona tenía una complexión fuerte, en definitiva, algo incómodo el acceso al interior.

Aplicó a este proyecto otros elementos procedentes de su imaginación que tuvieron más éxito, como la bisagra única en la parte posterior que daba acceso al compartimento de equipajes y la capota plegable que podía ser colocada en posición intermedia a la hora de conducir a cielo abierto. Le instaló un motor de 6 cilindros con capacidad para 2,6 L y 80 CV de potencia de la producción de Henry Kaiser además del volante y otros elementos de menor importancia.

Una vez que el "Dutch" hubo terminado, invitó a Henry J. Kaiser a conocer su obra. Henry, su hijo Edgar, presidente de la Kaiser-Freitzer e incluso su esposa aceptaron la invitación. En un principio Kaiser, aunque admiró la creación, no estaba muy convencido de intervenir en el negocio ya que la KF no se había planteado construir automóviles deportivos y sugirió a Darrin un modelo de cuatro puertas. Años más tarde declararía Darrin que en ese momento, la Sra. Kaiser dio un paso adelante. Henry dijo: " Este es el coche más hermoso que jamás he visto. No entiendo por qué no construyes coches deportivos. No creo que haya muchas empresas, después de ver este coche, que no deseen entrar en ese negocio".

Un prototipo de cuatro plazas

Al acabar la reunión, Henry no sólo había comprado la idea de un deportivo descapotable y de dos plazas si no que pidió a Kaiser el diseño de uno de cuatro pasajeros utilizando la idea de las puertas correderas, hacia delante y hacia atrás.

El encargo fue realizado pero solo llegó a ser un modelo de arcilla, Kaiser entró en quiebra y no puedo hacer frente al desarrollo del prototipo, por lo que Darrin modificó la parrilla utilizando una de Packard e intentó venderle la idea a Studebaker-Packard aunque finalmente no hubo acuerdo.

"El auto deportivo que el mundo ha estado esperando", fue presentado en Los Ángeles el 6 de enero de 1954, su producción comenzó en enero de ese mismo año. A mediados de los años 50 el público empezó a mostrar una clara tendencia hacia los coches deportivos, lo que hizo aumentar las ventas, parecía claro que habría un hueco para el Kaiser-Darrin. GM y Jaguar crecían y Ford, a finales de 1955, ya había construido más de 16.000 Thunderbirds.

Las buenas relaciones por aquel entonces entre Kaiser y Durrin le dieron nombre a este innovador vehículo. El consejo de administración del fabricante se mantuvo reunido durante largo tiempo discutiendo distintas opciones, DKF era el que más apoyos tenía por parte de los ejecutivos pero la voz de Kaiser ser impuso y al nuevo modelo le otorgó el nombre de Kaiser Darrin, en honor de su creador y para orgullo es éste.

Los primeros Darrin difieren notablemente de los modelos de producción, tenían el parabrisas dividido, equipaban tapicería de cuero, los indicadores eran de Stewart-Wamer y un frontal algo más pequeño. Salió al mercado a un precio de 3.668 dólares, un precio alto, superior al de un Cadillac 62 o Lincoln Capri y su único extra era la posibilidad de incluir un calentador por 62 dólares. Con el tiempo se añadieron otros opcionales como: los cinturones de seguridad, parabrisas tintado, el tacómetro, las cubiertas de acero de las ruiedas, un elegante techo rígido diseñado por Darrin y más.

Se construyeron 435 unidades de Darrin en 1954 y según algunas fuentes consultadas otras 62 salieron de fábrica en 1953, aunque esto no se ha podido verificar ya que tan solo se ha podido encontrar un Darrin de ese año, pero tal vez sea verdad ya que podría haberse dado el caso de que fueran reconvertidas con especificaciones de 1954, además se cree que al menos se montaron 6 prototipos. Pero poco tiempo estuvo este deportivo en el mercado estadounidense.

Poco éxito

Lamentablemente, su alto precio y el diseño poco convencional, no lo convirtió en un gran éxito de ventas. Tras un año en los escaparates la KF decidió dar por finalizada su aventura vendiendo coches deportivos, medida que se debió, en gran parte, a problemas económicos que la compañía estaba sufriendo, al igual que todas las pequeñas empresas de automóviles de América del Norte. Se almacenaron en las instalaciones de la fábrica el lote sobrante de la producción, unas cincuenta unidades, con tan mala suerte que una tormenta de nieve inesperada acabó enterrándolas. La tardanza de varios meses en ser rescatadas produjeron un gran deterioro en ellas, por lo que se decidió que fueran enviadas al desguace.

Darrin se enteró del destino final de su creación y tan enfadado como hundido, consiguió que le vendieran el lote por un precio simbólico. Las dio vida de nuevo alterándolas en algunos aspectos y a seis de ellas las modernizó acoplándolas el mismo motor del Cadillac "El Dorado". De nuevo, como empezó, el Kaiser-Darrin había nacido en su tienda de Santa Mónica y allí el "Dutch" terminó de vender su producción.

Poco tiempo después la Kaiser-Freitzer decidió cerrar sus puertas para siempre, dejando a Darrin con la maqueta de arcilla de su nueva idea, el Kaiser Darrin de cuatro puertas.

Hoy en día quedan unas trescientas unidades de este modelo en manos de coleccionistas y nostálgicos, que gracias a su corta producción y curiosa historia se ha convirtiendo en uno de los deportivos más raros y admirados de los concursos de elegancia de automóviles al otro lado del Atlántico.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky