
El piloto español Jorge Lorenzo, campeón mundial de MotoGp, reconoció que "esperaba más" del Gran Premio de la República Checa, donde sólo fue cuarto, pero anticipó que seguirá luchando: "no bajaré los brazos", afirma en su blog.
El corredor balear no pudo cumplir sus expectativas en el trazado checo. "Esperaba mucho más de Brno", afirma. "Pensaba que iba a poder reducir la distancia respecto a Casey. Después de los primeros entrenamientos tenía mis dudas, pero tras las sesiones del sábado y el warm-up del domingo estaba convencido de que podría rebajar los 20 puntos que nos separaban", ha explicado un frustrado Lorenzo.
"Ahora, en cambio, estoy a 32 del piloto de Honda", prosigue. El campeón de Moto GP asegura que aún queda mucho Mundial por disputar y que no tirará la toalla. "Quedan siete carreras todavía, muchos puntos en juego, y todavía uno depende de sí mismo. Así que no se pueden bajar los brazos. Eso es lo último que haré. Ahora hace dos años tuve la suerte de recortarle muchos puntos a Valentino en Indianápolis, ¿os acordáis? Con ese casco del Capitán América que tanto me gusta".
Lorenzo subraya que "el objetivo en estos momentos no es otro que atacar" porque "si uno quiere ser campeón del mundo no puede quedarse en la retaguardia a esperar un error de su rival más directo. Eso puede ocurrir, ha ocurrido en muchas ocasiones en la historia del deporte, pero no puedes esperarlo y yo tampoco soy de esos", reconoce el piloto mallorquín.
Con respecto a la próxima carrera del Mundial, Lorenzo indicó que "Indianápolis es una pista que me gusta y donde he ganado, espero que sea territorio propicio para acercarnos mucho más a Casey".
"Ahora regresamos a casa y nos pondremos a punto para Indy, que no queda nada. Hay que recuperar el tiempo perdido en las vacaciones y los puntos cedidos en la última carrera" asegura Lorenzo.