El Gran Premio de Rusia de Fórmula-1 dejó una imagen sorprendente durante sus últimas vueltas, cuando un comisario estuvo a punto de ser atropellado por el Ferrari de Sebastian Vettel.
La acción ocurrió después de que el español Carlos Sainz tuviera problemas de frenos y acabase impactando contra las barreras. El hijo del bicampeón del mundo de rallies trató de reemprender la marcha, pero su alerón trasero estaba golpeado y una parte importante del mismo se desprendió en mitad de la pista.
Entonces, un comisario decidió salir a la carrera y retirar la pieza, de notables dimensiones, del medio de la pista. Y justo en ese momento apareció en escena el Ferrari de Sebastian Vettel.
La carrera del comisario terminó con final feliz, volviendo a las barreras justo a tiempo. Milésimas de segundo después, el tetracampeón mundial pasó por ese mismo sitio sin llegar a impactar con él. El milagro se obró sobre el asfalto ruso.