
Lo dice su agente Sabine Kehm: "lo peor ya ha pasado" para Michael Schumacher. Pero pese a que permanece estable, el expiloto alemán no ha salido aún del estado crítico.
El edema que oprimía está remitiendo y se ha reducido la presión intracraneal, principal preocupación de los médicos en un principio, pero un nuevo momento de riesgo podría llegar cuando sea despertado del coma inducido tras la primera operación después del accidente.
Tanto los médicos como el entorno de Schumacher hablan de cierta evolución positiva y de una tímida mejora que hace que en este momento no se tema por su vida. Pero todos insisten en recordar ese estado crítico y en negar que esté fuera de peligro, precisamente por el riesgo implícito que tendrá lugar cuando, previsiblemente a lo largo de esta semana, se levante ese coma inducido.
Por otro lado, los médicos han anunciado que ya no habrá más partes oficiales sobre el estado de Schumacher por parte del hospital -a partir de ahora la traslación a medios y aficionados de su evolución corresponderá a la propia Sabine Kehm-, lo cual redunda sobre el hecho de que el temor por la vida del deportista germano es ya prácticamente nulo.