La dirección del hospital de la localidad francesa de Grenoble en donde se encuentra ingresado Michael Schumacher desde el pasado domingo se ha dedicado en las últimas horas a convertir el centro clínico en un auténtico búnker con el fin de preservar el estado del expiloto y su familia ante eventuales intentos por parte de medios y curiosos de captar imágenes.
La opacidad instalada desde el primer momento se ha visto incluso reforzada después de que ayer dos guardias de seguridad detuvieran a un periodista que se había hecho pasar por sacerdote con el objetivo de acercarse al entorno de Schumacher. "Puedo asegurarle que hay seguridad porque tenemos constantes intentos de los medios y de personas para intentar acercarse", confirmaba ayer Sabine Kehm, la agente del deportista alemán.
Así, la dirección de la clínica universitaria ha establecido un dispositivo especial de seguridad que únicamente deja pasar a la planta donde permanece ingresado el Káiser a personas exclusivamente de su entorno directo, mientras que se ha obligado a los equipos móviles y camiones de transmisión a trasladarse a un recinto adyacente, ante la creciente presencia de medios de todo el mundo que se han presentado para cubrir la evolución de Schumacher.
Por si fuera poco, se teme que la situación vaya a más este viernes, cuando 'Schumi' cumplirá 45 años, ante la previsión de que se intensifique la presencia de medios y aficionados para transmitir mensajes de ánimo y apoyo al expiloto.
El último parte médico difundido habla de que Michael Schumacher permanece "estable", según las declaraciones que realizaba ayer Kehm a los periodistas apostados a las puertas del hospital francés. "Su estado sigue estable esta mañana. Por el momento son buenas noticias, pero no quiero ir más allá porque aún es muy pronto. Aún está en coma artificial", dijo Kehm.
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