
A finales de este año lo veremos circulando por las ciudades europeas como uno más y lo hará, en silencio y sin contaminar.
Poco a poco los vehículos eléctricos se van introduciendo en el mercado, aún queda mucho para que la transición sea completa y la gasolina se convierta en un tema del pasado, pero es un hecho, que por distintos factores más o menos discutibles, como la carencia de petróleo o las relaciones con los países productores, que los constructores de automóviles trabajan en pro de las soluciones. Una de ellas es, sin duda, el uso del vehículo eléctrico en las grandes ciudades. Hasta hace muy poco tiempo éstos se podían ver en las ferias del automóvil como prototipos, hoy en día ya circulan algunos, como el Think en España y el 2011 lo comenzaremos con nuevos modelos. Este es el caso del Peugeot Ion, un pequeño vehículo, urbano, atractivo, aunque sobre gustos no hay nada escrito, que se presenta con un buen nivel tanto de acabados como de equipamiento.
El Peugeot Ion es uno de los productos fruto de la asociación que mantiene el grupo PSA con Mitsubishi. Tiene dos hermanos gemelos, el Citroën C-Zero y el Mitsubishi i-MiEV con los que comparte mecánica, carrocerías e interiores, salvo el logotipo, algunos pequeños detalles finales y la estrategia de marketing que plantee cada fabricante para captar clientes, no existen más diferencias. Todos ellos saldrán de la fábrica que tiene Mitsubishi en Japón, para llegar a Europa a finales de 2010 o principios de 2011. Las primeras unidades del Peugeot Ion se entregarán en diciembre y las ciudades escogidas para su lanzamiento son París, Berlín, Milán y Madrid. Gracias al apoyo de las administraciones públicas nuestro país se encuentra entre los primeros. En tan solo 10 años.
Estética
Por fuera su tamaño y estética le clasifican en el segmento urbano, se da un aire al Peugeot 107 al que supera en longitud por tan sólo unos milímetros y ampliamente en anchura y altura. Sus formas están muy redondeadas, es prácticamente plano por la parte trasera y por delante apenas sobre sale el capó, donde están situados unos grandes faros.
Una vez en su interior encontramos cuatro plazas reales. La amplitud del habitáculo mejora a la de sus rivales. El conjunto del motor eléctrico y sus componentes tiene un tamaño menor que un motor de combustión, esto ha sido aprovechado por los diseñadores para crear un espacio interior más amplio, más cómodo para sus cuatro ocupantes. Los asientos traseros son reclinables y se pueden plegar de manera independiente creando un espacio mayor de carga. Los materiales empleados dentro se ven de buena calidad y la unidad probada, es una de las llamadas pre-serie, incluye el navegador, aire acondicionado, espejos retrovisores y elevalunas eléctricos, multitud de huecos portaobjetos y distintos elementos que formarán parte del equipamiento básico una vez esté en el mercado, es decir, que se puede presuponer que éste será alto. El panel de información es escueto y conciso. Lo más destacable es el indicador de nivel de carga de la batería que sustituye al del combustible, por lo demás nada indica que estemos conduciendo un coche eléctrico.
Sin ruido ni vibraciones el motor arranca. El cambio es automático y tiene tres posiciones marcha adelante, la tradicional "D", la ahorradora "Eco" y la "deportiva" "B", aunque esta última está por determinar si será incluida finalmente. Se trata de un vehículo muy manejable y con una excelente maniobrabilidad, la amplitud de los cristales nos mantiene al tanto de todo lo que ocurre a nuestro alrededor. Circulando los sonidos aerodinámicos se hacen más apreciables, el silencioso motor es evidente que no los amortigua y a mayor velocidad mayor ruido.
Sus prestaciones están muy por encima del rendimiento que se le puede sacar en ciudad ya que alcanza los 130 Km/h de velocidad máxima y con 64 CV que se aprovechan desde las 0 revoluciones nos permite, no solo ser el primero en salida en parado, si no desplazarnos también por las autovías que circunvalan las grandes ciudades con la única limitación de la autonomía, unos 130 kilómetros dependiendo del tipo de conducción que hagamos.
Su gran desventaja: el precio
Tanto el precio como la ya citada autonomía son las mayores desventajas del Peugeot Ion en el mercado, pero ni más ni menos que los que ya están o que llegarán próximamente. Las baterías son de Ión-Litio y permiten más de 1.500 ciclos completos de carga sin ningún tipo del llamado efecto memoria, según garantiza el fabricante. El Ion cuenta con dos tomas para la recarga, una de ellas adaptada para cualquier enchufe de 220 v, se necesitan seis horas para alcanzar el cien por cien y otra rápida a través de una toma trifásica, que en tan sólo media hora nos permite disponer del 80 por ciento del "depósito".
En el aspecto económico, el desembolso que un usuario debe hacer para adquirir este vehículo es similar al de si comprase un modelo de gama media-alta de una marca generalista. Los 29.000 euros más I.V.A que cuesta no justifican ni el ahorro en combustible ni en mantenimiento para la mayoría de los posibles compradores. Contando con la ayuda del gobierno, un 20 por ciento de la factura con un máximo de 6.000 euros y haciendo un cálculo rápido, el coste estaría por encima de los 28.500 euros, a lo que habría que añadir el 1,5 euros por cada 100 kilómetros recorridos en la factura de la luz. En Peugeot creen que en un principio una gran parte de los clientes que se decidan por el Ion serán organismos oficiales y flotas de empresas. Para los particulares que deseen conducirlo sin necesidad de comprarlo tienen la opción de hacerlo a través 'Mu by Peugeot', un programa que oferta servicios de movilidad 'a la carta' desarrollado por la firma gala.
La sensación al conducir el Peugeot Ion es positiva, habrá que ir acostumbrándose a esta nueva tecnología, a recargar el coche por las noches como lo hacemos con el teléfono móvil, el MP3 o cualquier aparato de los que tenemos en nuestras casas.