Cine

Muere el actor Alfredo Landa a los 80 años de edad

Alfredo Landa. Foto: EFE.

Alfredo Landa, icono y estandarte del 'landismo' y protagonista de películas como El bosque animado (1987) y Los santos inocentes (1984), ha fallecido este jueves en Madrid a los 80 años, según informa la Academia de Cine. "Alfredo Landa, que se despidió de la que fue su profesión durante 45 años 'feliz, sin resentimientos', falleció a los 80 años", ha indicado la Academia en un comunicado. Sus mejores imágenes.

El actor ha participado en algunas de las películas más famosas (en vídeo) de España. 

Alfredo Landa nació en Pamplona (Navarra) el 3 de marzo de 1933 y, con 25 años, abandonó la carrera de Derecho pese a la oposición de su familia y se trasladó a Madrid para convertirse en actor con "sólo 7.000 pesetas y una carta de recomendación en el bolsillo".

"Yo avisé a mi madre: 'Mamá, si no me dejas irme, me quedo y acabo la carrera; pero si a los 40 años soy un infeliz, te echaré la culpa a ti'. Y ahí se acabó la discusión. Me dijo: 'Vete'. Tardé una semana en meterme en un Expreso a Madrid", aseguró el actor en una entrevista.

Ya en Madrid, y gracias a su experiencia como intérprete en el teatro universitario, consiguió sobrevivir a base de pequeños papeles en las salas de Madrid. Fue en una de esas salas, el Teatro María Guerrero, donde captó la atención del director José María Forqué.

De esta forma, debutó en la cinta Atraco a las tres (José María Forqué, 1962) junto a intérpretes ya consagrados como José Luis López Vázquez y Gracita Morales. Este papel, que le abrió las puertas del cine, fue el preludio de una carrera marcada por el 'landismo'.

Películas y más películas

La historia del cine español no se puede concebir sin él y hasta el tipo de películas que protagonizó en los años sesenta y setenta se agrupan dentro de un subgénero, el 'landismo'.

Sus últimas apariciones públicas datan de 2008, cuando recibió el premio de la Unión de Actores por su papel en Luz de domingo, de José Luis Garci, la Medalla de Oro del Ayuntamiento de Madrid y el Premio Príncipe de Viana a la Cultura 2008 en su tierra, Pamplona, y de manos del Príncipe de Asturias.

Fue su retirada, tras haber recibido el año anterior el Goya de Honor, el tercero de su carrera después de los obtenidos como mejor actor por El bosque animado (1987) y La marrana (1992).

"Tengo tanto dentro... este Goya de Honor se lo debo a mi profesión que ha sido lo mejor de mi vida, lo que más aprecio", dijo Landa en un discurso emocionado, entrecortado, casi incomprensible e interrumpido sin parar por los aplausos de sus compañeros.

El actor navarro se mostró perdido durante su intervención y evidenció unos problemas de salud nunca definidos claramente pero que le llevaron a desaparecer de la vida pública. Pese a ello, su recuerdo permanece vivo entre el público y entre sus amigos.

Así lo demostró José Sacristán en la última entrega de los Goya.

"Sólo echo de menos que Alfredo Landa me hubiera abrazado", dijo Sacristán al recoger su Goya por El muerto y ser feliz. Fue él precisamente, junto a Miguel Rellán, el encargado de entregarle cinco años antes su galardón de honor a Landa.

Compañero de Garci

Un Landa que evitó las polémicas que habían rodeado sus problemas con quien había sido director de su último trabajo y un amigo cercano hasta entonces, José Luis Garci.

Juntos hicieron Las verdes praderas, El crack, El crack II, Canción de cuna, Historia de un beso, Tiovivo c.1950 y Luz de Domingo, pero las malas relaciones de Garci con la Academia de Cine le llevaron a negarse a entregar a Landa su Goya de Honor y ahí se rompió una amistad de cuarenta años.

Mucho carácter

Porque si algo ha demostrado Landa en su vida profesional y personal ha sido carácter, mucho carácter.

"No hablo mal de la gente, sólo constato la realidad", afirmó en una entrevista con Efe en 2008 con motivo de la publicación de su biografía Alfredo el Grande. Vida de un cómico.

En ese libro calificaba al productor José Luis Dibildos de "timador profesional" y a la actriz Gracita Morales de "caprichosa, despótica e intratable", pero también halagaba a los actores Miguel Ángel Rellán o Tina Sainz, o al cineasta José Luis Cuerda.

Nombres que rodearon una larga carrera profesional -más de 120 películas- de la que se retiró porque perdió la pasión. Lista: ¿Cuál es su mejor película?

Títulos como Atraco a las tres, Historias de la televisión, La verbena de la Paloma, La niña de luto, Nobleza baturra, Los guardiamarinas, ¿Qué hacemos con los hijos?, Las que tienen que servir, Los subdesarrollados o Cateto a babor.

El landismo

Todos ellos parte de ese fenómeno, el 'landismo', una "forma de ser, de actuar y de ver la vida", como él lo ha definido. Una época que marcó el devenir del cine español y construyó la memoria histórica del españolito de a pie.

En 1970 llegaría No desearás al vecino del quinto, una película que arrasó en taquilla hasta tal punto que solo Torrente 2 consiguió desbancarla como la más vista del cine español.

Aún quedarían muchas del 'landismo', como Vente a Alemania, Pepe o Manolo, la nuit.

Pero en 1979 llegó Las verdes praderas, su primera colaboración con Garci, un antes y un después en la carrera de Landa y la primera muestra de una calidad actoral que había pasado bastante desapercibida hasta ese momento.

Landa enlazó títulos como El crack, La próxima estación, El crack II y Los santos inocentes, el filme de Mario Camus basado en la novela de Miguel Delibes, que supuso su consagración internacional.

Consiguió el premio al mejor actor en Cannes, ex-aequo con su compañero de reparto Paco Rabal. Los dos dieron una soberbia lección con unos papeles castellanos, dramáticos y llenos de humanidad.

Memoria del cine

Es difícil olvidar la imagen de Landa -Paco, el Bajo- oliendo el campo como un perro para buscar las piezas cazadas por su 'señorito' Juan Diego. Un papel que le ha acompañado desde entonces, pese a que después participó en La vaquilla, Tata mía, El bosque animado o La marrana. Los trabajos en televisión de Alfredo Landa: de 'Lleno por favor' a 'Los Serrano'

Con Luz de domingo se despidió de la actuación, pero no así del mus o de los cócteles, sus otras dos grandes pasiones.

"Soy el que mejor juega al mus desde que se inventó y hago los mejores cócteles porque les pongo amor, que es un ingrediente que no le pone la gente. Cuando mezclo los ingredientes, pienso en lo feliz que vas a ser cuando te lo tomes...", dijo el actor, que llegó a superar un ictus.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky