Telecomunicaciones

El 'escudo antiopas' frenará la inversión de los grandes fondos en las 'telecos' hasta casi el verano

  • Masorange y Vodafone anunciarán la creación de su empresa compartida en los próximos días
  • La normativa de inversiones extranjeras afectará a las 'fiberco' que ahora afrontan su recta final
  • El renovado requisito regulatorio trastoca los planes de reducción de deuda de los operadores
Emilio Gayo (Telefónica), Meinrad Spenger (Masorange) y José Miguel García (Vodafone).

Antonio Lorenzo
Madrid,

La renovada normativa de inversiones extranjeras, también conocida como escudo antiopas, promete ralentizar hasta casi el próximo verano la entrada de los fondos de capital en el accionariado de las futuras sociedades de fibra óptica de los mayores operadores de telecomunicaciones del país. Según ha podido conocer elEconomista.es, el desembarco de inversores foráneos en el accionariado de estas sociedades deberá superar el filtro del Consejo de Ministros, con la consiguiente demora en los plazos inicialmente previstos.

Por un lado, las actividades de las futuras empresas de infraestructuras de telecomunicaciones merecen la consideración de "estratégicas para el país", debido a los contratos que los grandes operadores mantienen con las administraciones públicas, incluidos los organismos relacionados con la salud, el orden público y las Fuerzas y Cuerpos del Estado, estos últimos adscritos al Ministerio de Defensa.

El pasado 23 de diciembre, el Gobierno prolongó otros dos años, hasta el 31 de diciembre de 2026, la salvaguarda que le confiere pleno control sobre la irrupción de inversores extranjeros en grandes empresas españolas. Dicha prórroga del régimen transitorio de suspensión de liberalización de inversiones extranjeras directas en España afecta a las empresas cotizadas en España y que tengan su domicilio social en España. Es el caso de la fiberco proyectada por Telefónica, en alianza con Vodafone. La misma norma también atañe a Masorange y Vodafone, grupos que no cotizan en España, pero que en cambio destinan inversiones superiores a los 500 millones de euros en el país.

Por todo lo anterior, Telefónica, Masorange y Vodafone se arman de paciencia para la formalizar la incorporación de inversores foráneos en sus empresas. Pese a ello, UBS, BNP Paribas, Perella Weinberg y Lazard -entre otros asesores especializados- trabajan a contrarreloj en el proyecto de la fiberco de Masorange y Vodafone, al margen de las condiciones burocráticas.Entre los efectos colaterales de la dilación de los plazos por la referida intervención del Gobierno sobresale la demora en la entrada de dinero fresco en las grandes telecos. Eso también trastoca los planes de reducción de la deuda de los operadores. En concreto, Masorange prevé rebajar su ratio de apalancamiento desde las 5 veces ebitda a unas 3,5 veces, objetivo prioritario para los fondos de inversión que participan en los dos operadores (KKR, Providence y Cinven por parte de Masorange) y Zegona por el lado de Vodafone.

Fuentes del mercado apuntan que el operador que dirige Meinrad Spenger controlará la futura fiberco con un 70% del capital, frente al 30% de Vodafone, porcentajes que se prevén reducir en un 20% en cada uno de los dos operadores para así poner el valor el 40% de la futura sociedad a través de un tercer inversor.

Los analistas estiman que la fiberco de Masorange y Vodafone tendrá un valor próximo a los 3.500 millones, por lo que el 40% de este importe rondará los 1.400 millones de euros a repartir por los dos socios fundadores. Entre los posibles interesados en formar parte de la fiberco más grande de España se encuentran fondos como Antin Infrastructure y Macquarie, según informó el Confidencial a mediados del pasado octubre.El pasado verano, Masorange y Vodafone anunciaron el principio de acuerdo para el uso compartido de redes a través de una sociedad de red de fibra compartida que dará cobertura aproximadamente a 11,5 millones de instalaciones inmobiliarias en España.

La misma compañía está llamada a proporcionar el acceso a servicios de fibra óptica a los dos operadores, para beneficio no sólo de las dos compañías, sino también para el mercado español en general, "al garantizar el acceso a la red de fibra óptica más avanzada, ofreciendo la mejor calidad, y permitiendo la rápida adopción de nuevas tecnologías, al tiempo que estimulará la inversión y la innovación", según explicaron las dos empresas. Además, la misma red compartida pretende aportar ventajas ambientales y de sostenibilidad en términos de ahorro de energía. Por su parte, la fibreco de Telefónica de España y Vodafone España acordaron los términos definitivos de la sociedad conjunta el pasado 7 de noviembre, con el interés inicial de Vauban, AXA, CDPQ y GIC

En esa ocasión, los dos socios pactaron que Telefónica España dispondrá del 63% del capital de la nueva sociedad y Vodafone España el 37% restante. Entre otras magnitudes, la referida FibreCo cubrirá aproximadamente 3,6 millones de unidades inmobiliarias y permitirá a ambas partes maximizar el uso de la red de fibra óptica hasta el hogar actual, así como capturar eficiencias, tanto de la red existente como de sus futuras evoluciones tecnológicas, permitiendo ofrecer los mejores servicios a sus clientes", según explicaron ambos operadores a través de un comunicado.

STC no tiene prisa en Telefónica

Saudi Telecom Company (STC) no muestra una especial urgencia por convertir en acciones el 5% del capital de Telefónica que dispone en derivados de la 'teleco' desde hace casi 15 meses. De hecho, los registros de la CNMV reflejan una participación de STC en Telefónica del 4,9%. Hasta hace menos de un mes, el grupo árabe requería del visto bueno del Gobierno para materilizar esas inversiones en Telefónica, considerada por el propio Ejecutivo como la la empresa más estratégica del país.

Esa luz verde del Consejo de Ministros se evidenció el pasado 28 de noviembre, en un acuerdo pactado por los Gobiernos español y el saudi. Ambos países establecieron una serie de condiciones en la operación, cuyo alcance no ha trascendido hasta la fecha. Lo que parece encarrilado es el potencial acomodo de un futuro vocal dominical de STC en el consejo de Telefónica, organismo que desde el 15 de diciembre cuenta con la plaza vacante tras el fallecimiento de José Javier Echenique, vicepresidente de la 'teleco'.