Opinión
Los alegres años veinte ... y pico
Víctor Alvargonzález
El pasado mes de abril decidí analizar lo que había ocurrido en los mercados una vez se superaron pandemias anteriores. Y digo anteriores en plural porque, curiosamente, aparte de la famosa gripe española de 1918 hubo otra pandemia en el año 1968, de la cual obviamente no nos acordamos porque, además de que no se les pasó por la cabeza cerrar la economía, no fue tan global (se centró en Asia). Pero tampoco fue mucho menor que la actual. Murieron – oficialmente - más de un millón de personas. Pero probablemente solo tengan noticia de ella los lectores de mi newsletter "Los Cuadernos del Mercado", que es donde publiqué el estudio.
El caso es que, ya puestos, también analicé que pasa en la economía cuando se sale de una guerra, que es lo más comparable a salir de una pandemia.
El resultado ofrecía una conclusión inequívoca: tanto de las pandemias como de las guerras la gente sale con unas inmensas ganas de vivir, lo que se traduce en un incremento del consumo. La posición - mayoritaria entre los analistas - de que superada la pandemia la gente se va a confinar económicamente y que tardaremos mucho en ver crecimiento global no se corresponde con la experiencia (aunque aclaro desde ya mismo que no me refiero a España, que es un caso aparte, tanto por la estructura de su economía como por su retraso digital).
El ejemplo más claro lo tenemos tras la Primera Guerra Mundial, donde no solo tuvieron que sufrir una guerra, sino que además coincidió parcialmente con una pandemia mucho peor que la que estamos viviendo ahora.
Tras la pandemia, el consumo vencerá al confinamiento económico voluntario
A lo que dio lugar la posguerra y la "post pandemia" fue a los alegres años veinte, probablemente una de las épocas de mayor vitalidad social y económica de la era moderna. Pero como últimamente nos hemos vuelto en una sociedad pesimista y tirando a "ceniza", donde para ganar seguidores en la redes y clientes en los mercados hay que ver solo lo negativo, lo primero que me recordarán es lo mal que acabaron los años 20, concretamente con la caída de Wall Street y la gran depresión.
Olvidan lo que pasó nueve años antes. Desde el año 1921 hasta el derrumbe bursátil de 1929 la bolsa norteamericana subió un 450% y la economía tuvo un crecimiento espectacular. Decir "no voy a invertir ahora porque dentro de ocho años la bolsa puede caer a plomo", y perderse así una fuerte subida, no parece muy inteligente. Suponiendo que vayamos a tener unos nuevos alegres años veinte y pico lo inteligente es aprovecharlos y luego no ser avariciosos y salir a tiempo. Lo se, no es fácil, pero ¿quién dijo que fuera fácil ganar dinero?
Los altos niveles de liquidez en el sistemaayudarán a impulsar el crecimiento
El otro argumento "cenizo" es el de que no va a haber consumo porque va a haber mucho paro. Esto también choca con la realidad. Ahora mismo el paro en la Unión Europea y en EE.UU. se mueve en el entorno del 10 % y es mucho menor en el otro motor económico mundial, en Asia. Pero aunque el paro fuera del 10 % a nivel global eso significa que un 90 % está trabajando y que una gran parte de los que están trabajando tienen capacidad para consumir.
Además, ese 90 % que trabaja acaba generando crecimiento y el crecimiento reduce el paro, con lo cual en un proceso de reactivación económica se produce un círculo virtuoso. Si además tenemos en cuenta los niveles surrealistas de liquidez que se están inyectando en el sistema, bien por ayudas directas de los gobiernos, bien indirectamente a través de los bancos centrales, gasolina no va a faltar. Y la tasa de ahorro es muy alta. No porque de repente todo el mundo se haya vuelto prudente y ahorrador, sino porque les han obligado a quedarse en casa, a dejar de viajar o a no ir a restaurantes. Ya verán cuando les dejen salir.
Hay otro argumento contrario a una bolsa alcista, que son los precios de las acciones, concretamente en Estados Unidos, porque en Europa no son en absoluto caros. Pero este razonamiento adolece de un defecto no ya técnico, sino de sentido común. Se están valorando las acciones de acuerdo con los ingresos, beneficios etc. que han tenido recientemente, sin considerar que esos ingresos pueden variar sustancialmente si la salida de la pandemia se dirige hacia el consumo y no hacia el confinamiento económico voluntario. Y en el caso de las valoraciones realizadas en base a estimaciones, parten de visiones claramente pesimistas, como ha quedado demostrado en relación con las que se hicieron hace tres y seis meses y lo que efectivamente ha ocurrido.