Bolsa, mercados y cotizaciones
Los mercados ignoran el órdago independentista de Cataluña
- El Ibex 35 pierde un 5,95% desde que se fijó el referéndum, similar al 4% que cae el EuroStoxx
- Sabadell y CaixaBank son las dos firmas del índice que más ganan en 2017, al rebotar un 40%
Cristina Cándido, África Semprún, Fernando Tadeo, Arantxa Rubio
A un mes del referéndum independentista del 1 de octubre en Cataluña, los mercados no recogen el más mínimo temor por la tensión Gobierno-Generalitat. Los inversores están más preocupados por los riesgos geopolíticos a nivel internacional que por una hipotética secesión unilateral de Cataluña. De hecho, desde que se anunciara la fecha de la consulta, el Ibex 35 pierde casi un 5,95 por ciento, en consonancia con otras plazas europeas, y el interés del bono español a diez años solo se ha incrementado en 0,155 puntos porcentuales, no más que sus homólogos.
Este año los mercados se mueven al son de los bancos centrales. Y ahora, el foco en Europa está puesto sobre el anuncio de una retirada de los estímulos que proporciona el Banco Central Europeo (BCE) -el conocido QE- y del calendario de subidas de tipos. A lo que se añade la tensión añadida este verano por Corea del Norte. Apenas dos semanas después de enzarzarse en una guerra dialéctica con Estados Unidos que sacó a las bolsas del letargo en el que estaban sumergidas, el misil lanzado esta semana sobre la isla de Hokkaido, al norte de Japón, llevó a los inversores a repetir el patrón desempeñado en tensiones anteriores: salir de la bolsa.
"Los conflictos que puedan surgir, como la reciente escalada de tensión entre Estados Unidos y Corea del Norte, son los principales riesgos que podrían romper la tendencia positiva del Ibex", explica Daniel García, analista de XTB. Y señala que la posible celebración del referéndum en Cataluña el próximo 1 de octubre no tendrá ningún efecto importante en los mercados de renta variable, más allá de una eventual volatilidad durante una o dos sesiones", calcula. La fecha y el formato de la consulta fueron anunciados por el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, el pasado 6 de junio. Desde ese momento hasta ahora, las principales bolsas no han recogido ningún efecto anticipador hacia el resultado del anticonstitucional 1-0, lo que significa que el mercado europeo no está considerando un desmembramiento en el seno de uno de sus principales socios ni el contagio que podría tener sobre otros territorios con aspiraciones secesionistas como País Vasco, Baviera en Alemania, Flandes en Bélgica o el Véneto italiano.
Desde que se anunció la fecha del referéndum, el Ibex 35 cede un 5,95 por ciento, seguido del Dax alemán, que cae un 5,25 por ciento. El EuroStoxx 50 se anota pérdidas cercanas al 4 por ciento. En menor medida retroceden el Cac francés, que se deja algo más de un 3,3 por ciento y el Ftse 100, que pierde un 1,18 por ciento. La bolsa europea más alcista es la italiana, que rebota un 3,4 por ciento en este periodo, coincidiendo con el rescate del banco transalpino Monte dei Paschi que se acordó a principios del mes de junio.
En qué valores está el foco
Una prueba de que el mercado no está descontando las consecuencias económicas de la independencia está en las dos principales entidades bancarias de Cataluña. Desde que se anunció el referéndum, Sabadell y CaixaBank avanzan un 6,7 por ciento y un 4,5 por ciento, respectivamente. Además, son las dos firmas más alcistas del Ibex 35 en el año -la primera gana en torno a un 42 por ciento y la segunda se anota un 40 por ciento-.
La situación para CaixaBank y Sabadell sería realmente complicada, ya lo han advertido y se han preparado para minimizar el impacto. La primera y más importante consecuencia de una supuesta independencia sería la pérdida de la asistencia monetaria del BCE. Es decir, dejaría de contar la ventanilla del BCE para colocar el dinero excendente y también con la posibilidad entregar bonos y cédulas para financiarse.
Ante este escenario, tendrían que cambiar su sede social a un país de la zona euro de manera inmediata, antes de que la desintegración territorial entrara en vigor. El Sabadell ya ha indicado que podría trasladarse sin necesidad de convocar una junta de accionistas.
Otro de los efectos relevantes para estas dos entidades estaría centrado en la evolución de su negocio, ya que tanto fuera como dentro de Cataluña los clientes podrían reducir su operativa.
Tanto CaixaBank como el Sabadell, amparados por las patronales del sector AEB y CECA, han advertido que abandonarían el territorio catalán. En un comunicado inédito y conjunto, las dos asociaciones defendieron el actual orden constitucional semanas antes de la celebración del referéndum de 2015 por la inseguridad jurídica que comportaba una escisión de Cataluña de la Unión Europea y el riesgo para los depositantes.
Otro ejemplo de que el mercado no contempla la división del territorio español es Aena. A pesar de que el aeropuerto de El Prat está en el punto de mira de la Generalitat, que quiere apropiarse de todas las infraestructuras que posee el Estado en ese territorio, el gestor aeroportuario acumula un alza del 29 por ciento en el año hasta los 164 euros. El Prat es el segundo aeropuerto más importante de la red por número de pasajeros, potencial de crecimiento y ebitda: en 2014 tuvo un resultado bruto de explotación de 506 millones, el 27 por ciento del total de Aena de ese año. Así, la idea de que la cotizada pierda uno de sus activos más valiosos no ha puesto nerviosos a los inversores, que están más preocupados por la falta de proyecto de la compañía. No en vano, tras alcanzar máximos de 183,7 euros en junio, los títulos cayeron un 11 por ciento, pero en cuatro días se han revalorizado el 2,53 por ciento.
Aena tiene otros tres aeropuertos en Cataluña (Sabadell, Reus y Gerona,) pero su peso en la compañía es muy inferior debido a la baja actividad de los mismos. El aeródromo de la Costa Brava cerró 2016 con 1,6 millones de pasajeros frente a los 44 millones de El Prat y el de Reus apenas sumó 817.611.
IAG también podría verse afectada por una posible salida de Cataluña de España y de la UE, ya que el territorio dejaría de estar en el acuerdo de cielos abiertos y, hasta que se firmaran pactos bilaterales, no habría vuelos. La compañía tiene ahí basadas dos aerolíneas, Vueling y Level, y todo el tráfico que genera desde y hacia Barcelona se podría perder, al menos temporalmente, con la secesión catalana. A pesar de esta posibilidad, la compañía se ha revalorizado un 45 por ciento en el año y desde que se anunció el referendum registra picos de subidas y bajadas por otros motivos. Desde julio acumula una caída del 9 por ciento pero en los últimos sube el 3,6 por ciento.
Reacción de la renta fija
Prueba de que no existe el más mínimo temor al secesionismo de Cataluña es que el catalán es el único bono que ha ofrecido ganancias desde el anuncio de la consulta. De hecho, desde el pasado 9 de junio, el interés exigido por su bono (con vencimiento 2035) ha caído 0,112 puntos porcentuales, hasta el 5,288 por ciento actual.
Mientras, en el mismo periodo la rentabilidad del bono español a una década se ha incrementado 0,155 puntos porcentuales: al pasar del 1,44 de entonces hasta el 1,59 por ciento al que cerró el viernes. Una variación bastante similar a la experimentada por el Bund alemán a 10 años, cuyo interés ha escalado desde el 0,264 hasta el 0,379 por ciento.
Así, la prima de riesgo, que mide la diferencia entre la rentabilidad de ambos bonos, apenas se ha movido, incrementándose tan solo cuatro puntos básicos. La justificación es que ahora la mayor amenaza que existe para los productos conservadores como la renta fija es la inflación. Y cuando se ha empezado a hablar de tapering en Europa -o lo que es lo mismo, a poner fecha de caducidad a las compras de deuda llevadas a cabo por el Banco Central Europeo-, el precio del dinero ha repuntado. Unas compras que estaban detrás de las elevadas rentabilidades de la deuda de los últimos años.