Bolsa, mercados y cotizaciones
Unos inversores hacen una arriesgada apuesta en un rincón del mercado: ganarán un 1.000% si el Banco de Inglaterra 'mira para otro lado'
- Apuestan por que el BoE hará tres recortes de tipos este año
- La apuesta llega cuando la inflación ha vuelto a 'encenderse'
- El grueso del mercado aboga por dos recortes este 2025
Mario Becedas
Ya se iba echando en falta en los círculos financieros una gran apuesta que llegase a titular de Bloomberg. Esta vez no se trata de dar el 'gran golpe' adivinando la crisis de las hipotecas subprime en EEUU o que el petróleo se iba a quedar en precios negativos durante los rigores de la pandemia. La apuesta es mucho menos 'llamativa' ahora, pero no así los rendimientos esperados. Todo depende de que la 'Vieja Dama' de Threadneedle Street, como se conoce al banco central de Reino Unido (más de 300 años a sus espaldas), se ponga de perfil ante su gran enemigo: la inflación.
Algunos operadores han colocado apuestas en el mercado de opciones del Reino Unido que podrían arrojar una rentabilidad superior al 1.000% si el Banco de Inglaterra (BoE por sus siglas en inglés) hace caso omiso de la inflación, en máximos de 18 meses, y realiza más recortes de los tipos de interés este año de lo que sugieren las expectativas mayoritarias reflejadas en los swaps.
Estas apuestas se iniciaron el jueves con la compra de estrategias de opciones ligadas al tipo medio del índice Sterling Overnight, una aproximación a los tipos oficiales, informa Bloomberg. Estos operadores conseguirán casi 20 millones de libras (26,8 millones de dólares) sobre unos desembolsos iniciales de alrededor de 1,5 millones de libras si el tipo de interés de referencia cae al 3,5% este año, 25 puntos básicos más 'abajo' de lo que sugieren actualmente los mercados monetarios. Ahora mismo, el tipo de interés oficial se encuentra en el 4,25% y las expectativas mayoritarias entre los operadores es que haya dos recortes de 25 puntos básicos hasta final de año.
Las apuestas podrían suponer ganancias tan inusualmente grandes porque son un tanto contrarias. Las expectativas de relajación monetaria del Banco de Inglaterra se han reducido esta semana tras unas cifras fuertes de inflación y crecimiento salarial en el Reino Unido. La amenaza de una inflación que parece resucitar por momentos se suma a un crecimiento salarial todavía elevado, en el rango del 5% anual.
Estrategas como los de ING abogan por que el BoE prosiga con su plan 'no escrito' de recortes trimestrales, decretando las próximas bajadas en agosto y en noviembre. Otros llevan tiempo ejerciendo de outsiders, como los de Pantheon Macroeconomics, que llevan tiempo pronosticando un solo recorte, en noviembre. Sin embargo, el saldo final de los datos macro conocidos esta semana (más inflación, crecimiento salarial aún fuerte), ha cambiado la hoja de ruta de varias casas de análisis.
Bank of America (BofA) Global Research apuesta ahora por dos bajadas (agosto y noviembre) frente a las tres que venía defendiendo (agosto, septiembre y noviembre). "Los datos no se están debilitando lo suficiente como para que el BoE acelere los recortes", subrayan desde el banco estadounidense. En Goldman Sachs, Citi y Morgan Stanley también han borrado el recorte de tipos que esperaban para septiembre. Al igual que BofA, en Morgan Stanley apuestan por dos bajadas, en agosto y noviembre.
Para que estos osados inversores no incurran en fuertes pérdidas, los responsables políticos del Banco de Inglaterra tendrían que bajar el tipo de referencia al 3,75% como mínimo (lo que espera el grueso del mercado, la mediana de analistas consultados por Bloomberg). Cabe precisar que la negociación de opciones se realiza tradicionalmente de forma anónima, por lo que es difícil identificar a la empresa o persona implicada.
Los swaps vinculados a las fechas de las reuniones de política monetaria ya no prevén tres recortes más de 25 puntos básicos para finales de año, después de haber situado las probabilidades de que esto ocurriera en un 20% el lunes. Entre las últimas apuestas arriesgadas con un 'bote' comparable se incluye una realizada en mayo que preveía un recorte de los tipos hasta el 3,25%.
Más allá del vaticinado pico al alza esta primavera una vez expiraba el efecto de las medidas de apoyo a los hogares para pagar las facturas eléctricas y de suministros, los últimos datos han sorprendido al alza. Es el caso de la inflación de junio, publicada este miércoles. El mes pasado, el índice de precios al consumo (IPC) repuntó dos décimas hasta el 3,6% interanual cuando se esperaba que se mantuviera en el 3,4%. Por su parte, el IPC subyacente (excluye energía, alimentos, alcohol y tabaco) escaló también dos décimas hasta el 3,7%, igualmente por encima del 3,5% esperado. Sin embargo, la gran decepción fue la crucial inflación de los servicios, que se mantuvo estancada en el 4,7% en junio (se esperaba un 4,5% y el Banco de Inglaterra -BoE- un 4,6%).
La sorprendente terquedad de la inflación de los servicios parece tener una base generalizada, se muestran preocupados los analistas. "Ha habido muchas ocasiones en las que estos datos se han visto impulsados por áreas volátiles o menos relevantes del sector servicios, pero ésta no parece ser una de ellas. De hecho, nuestras métricas de servicios subyacente repuntaron en general en junio", constatan desde ING. El camino no será fácil, reconocen: "Estos últimos datos parecen poner el listón bastante alto para un recorte más rápido de los tipos. El hecho de que la inflación general se acerque al 4% no ayuda. El economista jefe del Banco de Inglaterra, Huw Pill, ha hablado recientemente de una investigación interna que muestra que la inflación tiene la costumbre de afianzarse cuando el IPC alcanza estos niveles.
Por el lado de los sueldos, la disminución de la tasa trimestral de crecimiento salarial, del 5,4% en abril (revisado al alza desde el 5,3%) al 5% en mayo, y de la de los salarios sin bonus, del 5,3% (revisado al alza desde el 5,2%) al 5,%, se han ajustado en líneas generales a lo previsto. El crecimiento regular de los salarios del sector privado se redujo del 5,2% al 4,9%, lo que lo dejó por debajo de la previsión del Banco de Inglaterra del 5,2% para junio. Sin embargo, un motivo de preocupación, apuntan desde Capital Economics, es que la medida trimestral anual con los datos de PAYE (el sistema para presentar la declaración de la renta), más oportuna, defienden, de los ingresos medios de los asalariados, se mantuvo estable en el 5,8% en junio.
Pero, a pesar de la sorpresa inflacionista, los comentarios de principios de semana del gobernador del BoE, Andrew Bailey, han bastado para mantener vivas las esperanzas de mayores recortes. Bailey insinuó que podría haber reducciones más agresivas en el futuro, en caso de que el mercado de trabajo empeore más rápido de lo previsto por el banco central.
Crecimiento salarial aparte, es notorio que el mercado laboral británico no está sucumbiendo pero sí que se está enfriando rápidamente. El empleo en nómina ha disminuido en siete de los ocho meses transcurridos desde que el gobierno laborista anunciara las subidas de las cotizaciones a la Seguridad Social (NIC) y del salario mínimo, subrayan casi todos los expertos. Estas dos medidas han generado mucho debate en el país y un hondo malestar en las empresas.
"Es evidente que las empresas compensan el aumento de sus costes reduciendo el número de empleados", certifican desde Capital Economics. El empleo ha bajado casi un punto porcentual desde octubre, y más de la mitad de las pérdidas netas de puestos de trabajo proceden de la hostelería o del comercio mayorista/minorista. Se trata de sectores intensivos en mano de obra y peor remunerados, más vulnerables a la subida de la Seguridad Social de abril", secundan desde ING. "La conclusión es que el mercado de trabajo se está enfriando, y a juzgar por los datos comparables de vacantes de la agencia de contratación Indeed, está más frío que en otras grandes economías", sentencian desde el servicio de estudios del banco holandés.
La debilidad 'macro' a la que se aferran estos operadores se empieza a vislumbrar en las lecturas de producto interior bruto (PIB), que el Reino Unido tiene la deferencia de publicar mensualmente y no solo al trimestre, como otras grandes economías. El crecimiento se ha empezado cuartear en el segundo trimestre del año. La resaca del estallido de actividad del primer trimestre en Reino Unido continuó en mayo, con una caída del PIB del 0,1% intermensual (el consenso esperaba un repunte del 0,1%).
Según los cálculos de analistas, esto puede significar -si todo se mantiene constante en junio- que el crecimiento del PIB en el segundo trimestre fue de sólo 0,1% intertrimestral (por debajo del pronóstico del 0,25% del Banco de Inglaterra) tras el 0,7% del primer cuarto, que se debió a que la actividad se adelantó antes de los aumentos de los aranceles de importación de EEUU y los cargos de impuestos de timbre (compraventa de viviendas) del Reino Unido.
El equilibrio de riesgos es complicado para el BoE y eso hace que, como en toda apuesta, el riesgo de fiasco sea importante. "Los operadores de tipos de interés prevén una mayor relajación de la política monetaria de la que el BoE podría llevar a cabo, lo que está haciendo bajar los rendimientos de los bonos soberanos (gilts). Puede que se estén preparando para una decepción", remacha a Bloomberg Ven Ram, estratega macroeconómico.