Bolsa, mercados y cotizaciones

El apalancamiento de los gigantes empresariales de EEUU y Europa, por debajo de las últimas crisis

  • Las grandes empresas reducen sus niveles de deuda y el apalancamiento de los índices...
  • ... se sitúa ya por debajo de la media de la última década y de anteriores crisis
  • El español Ibex 35 mantiene una relación deuda neta/ebitda de 2 veces
Mapa mundial en monedas. iStock

Javier Luengo

En el arte de la guerra (económica) de Trump una buena defensa puede valer más que la más arriesgada de las ofensivas y el mercado se ha preparado para ello. Los principales índices del planeta -desde el S&P 500 hasta el Euro Stoxx 50 pasando por los parqués nacionales de las grandes ciudades del Viejo Continente- ya han empezado a dar señales de que lo conservador, en las turbulencias, es más conveniente. A diferencia de crisis recientes como la de 2020 por la pandemia, en esta ocasión los mercados llegan mejor preparados para aguantar el terremoto de Donald Trump, con una menor exposición a la deuda y una arquitectura más resiliente. ¿Qué hay detrás de este cambio de paso?

La previsión de las empresas que se preparan por lo que pueda pasar. A pesar de que para el asesor económico de Trump, Stephen Miller, sus últimos movimientos hayan sido el reflejo de "la mayor estrategia económica maestra de un presidente estadounidense en la historia", no todo el mundo lo ha visto así. Un cambio de postura en los mercados que para Bill Ackman fue "ejecutado con brillantez". Ahora, la confianza parece haberse deteriorado y es difícil imaginar cómo EEUU podrá recuperarla mientras Trump ocupe el Despacho Oval e incluso en los años inmediatamente posteriores. En cualquier caso, para lo que venga, la fortaleza financiera de las compañías cotizadas está en un momento mucho mejor que en crisis pasadas.

Durante los últimos diez años, la evolución del pasivo de las empresas que componen los grandes índices bursátiles del mundo ha reflejado no solo el cambio de compás en los mercados sino también la aversión creciente de muchos inversores al riesgo con patrones similares en una y la otra orilla del océano Atlántico. Entre los europeos, destaca el caso del español Ibex 35 por su elevado nivel de apalancamiento medio en la última década: 2,29 veces, muy por encima del resto de plazas europeas.

Las compañías del selectivo nacional llegaron a la pandemia, en 2019, con una ligera recuperación del apalancamiento frente a los años posteriores a la gran depresión de 2008 (2,26), disparando el total de la deuda neta sobre el ebitda un 47% apenas un año después -hasta las 3,33 veces-, marcando el punto más alto de los últimos diez años. Eso sí, desde entonces las compañías podrían haber aprendido la lección porque la cuantía de lo que deben ha caído de forma significativa y progresiva hasta estimarse en las 2 veces a cierre de este 2025.

¿En contraste? El resto de Europa. El EuroStoxx 50 es el ejemplo de la austeridad que en otros tiempos rigió la economía de las naciones comunitarias. En este caso, la media de apalancamiento apenas se queda por encima de las 1,07 veces con una tendencia a la baja, al menos, marcada durante el último lustro. En 2019, su apalancamiento era de 1,32, aumentando a 1,53 en 2020 (15,9%), antes de iniciar un descenso sostenido en el tiempo.

Quizás esto se debe a la mayor ponderación de las compañías alemanas y francesas en el selectivo paneuropeo que han sido más conservadoras en su crecimiento en los años más recientes. Y es que tanto el Cac 40 francés como el Dax alemán muestran trayectorias similares a las del índice comunitario: bajo apalancamiento estructural y poca volatilidad relativa. El Dax, por ejemplo, pasó de las 1,29 veces en 2019 a las 1,74 en 2020 (+34,9%) para, posteriormente, reducir su nivel de exposición gradualmente. Cruzando el Canal de La Mancha, el FTSE 100 británico se queda un poco en tierra de nadie con una media de 1,65 veces, incluso a pesar del impacto en el tejido productivo del Brexit, la salida del país de la Unión Europea.

EEUU: más riesgo a cambio de crecer

Del lado estadounidense, el patrón sobre el S&P 500 refleja un aumento paulatino del apalancamiento por la pandemia: desde las 1,47 veces en 2019 hasta 1,63 en 2020 (+10,9%), con un descenso a partir de entonces y una media de 1,35 veces en la última década. A pesar que de cara a 2025 se mantendrá por debajo de esta marca, el incremento de la deuda conjunta de las mayores compañías de EEUU se entiende por el entorno de tipos bajos que marcó la política monetaria de los últimos tiempos y la fuerte expansión económica, a golpe de programas públicos, tras la crisis del Covid-19.

Sin embargo, sí que llama la atención lo sucedido en torno a la tecnología recogido en el Nasdaq 100 con una dinámica particular manteniendo un endeudamiento medio anormalmente bajo -debido a la naturaleza de las empresas tecnológicas con abultadas cajas- respecto al resto de índices. Si bien el apalancamiento se situaba en 2019 en las 0,69 veces, el máximo lo tocó un año después en 2020 en las 0,74 veces, lo que supuso un crecimiento de algo más del 7%. Para 2025, se estima en solo 0,43 veces, lo que representa una caída del 41,6% respecto al pico de 2020. En cualquier caso, la situación ahora se recrudece con el encarecimiento de la financiación de las empresas a raíz de los repuntes en los rendimientos del bono americano a 10 años que, tras los vaivenes arancelarios de Donald Trump, han tocado máximos anuales en una zona cercana al 5%.

"Las empresas han hecho sus deberes desde la pandemia", resume el director de inversiones de ATL Capital, Ignacio Cantos, quien pone en valor el incremento de ingresos y las políticas de corsé financiero adoptadas por las compañías para mejorar sus balances en estos últimos años. La pandemia, advierte, fue un punto de inflexión actuando como catalizador de cambios en las dinámicas de riesgo: en algunos casos acentuando tendencias preexistentes (como el auge tecnológico en EEUU), y en otros forzando ajustes inmediatos.