Bolsa, mercados y cotizaciones
El mercado encara 2020 con las tensiones heredadas y la suma del año electoral
Daniel Yebra, Carlos Jaramillo
Madrid,
Las elecciones de Estados Unidos, que se celebran el 3 de noviembre, marcarán el ritmo del año en los mercados, mientras que tanto el Brexit como la guerra comercial son conflictos que siguen abiertos en 2020 y podrían impactar en la mayor preocupación de fondo: la desaceleración del crecimiento global, y especialmente de la Eurozona. Un contexto en el que los bancos centrales tendrán que modular su papel según se enfríe la economía.
Tras un año 2019 en el que se han conseguido unos retornos estelares en casi todos los activos pero en el que muchos inversores se han perdido las fuertes subidas de la bolsa después de que hayan huido casi 200.000 millones de dólares de los fondos de inversión en el ejercicio con mayores salidas desde 2009. Así las cosas, el inversor afronta un 2020 en el que la bolsa parece la mejor opción ante el escaso atractivo que ofrecen otros activos.
Sin embargo, hay un gran pero para aquellos que ya se han perdido la gran subida de 2019: la renta variable de uno y otro lado del Atlántico se compra en torno a un 25% más cara que hace solo 12 meses. En concreto, el Stoxx 600 cotiza a 15 veces su beneficio, una prima cercana al 10% frente a su media de los últimos 20 años y el S&P 500 lo hace con una del 14%. Y es que 2019 ha sido un año de crecimiento anémico en el que las subidas se han sostenido por la expansión de múltiplos que se ha producido apoyada por las políticas expansivas de los bancos centrales.
Así, para que en 2020 el barco no acabe encallando entre las distintas amenazas globales, será necesario que todos los capitanes dirijan la nave en la misma dirección. "Después de llevar el testigo todo lo lejos que han podido durante la última década, los bancos centrales parecen cada vez más agotados y será determinante la forma en la que los gobiernos afronten cuestiones como el crecimiento, la desigualdad y la evolución demográfica durante la próxima década", indican desde Fidelity.
Con este telón de fondo, el inversor afronta un 2020 en el que los riesgos parecen menores que en 2019, pero ¿cuáles son las citas que no se puede perder?
Al ritmo del año electoral
Las primarias de demócratas y republicanos, los debates y finalmente las elecciones del 3 de noviembre en Estados Unidos marcarán el ritmo del curso. Para el presidente de la primera economía del mundo, Donald Trump, el aliento de Wall Street será crucial en 2020, el último año de su primer mandato. Un curso en el que enfrenta su reelección con el conflicto arancelario con China encauzado pero abierto, con una evidente desaceleración del crecimiento económico, enfrentado con la Reserva Federal (Fed) por sus críticas frontales sobre su gestión de la política monetaria y con la competencia de un Partido Demócrata cuyos líderes ganan popularidad rearmándose por flancos que él desprecia pero que ya son constantes en la agenda pública: el cambio climático, la desigualdad, el acceso a la sanidad, la dignidad de los inmigrantes o el feminismo.
Al menos, la estadística está de su parte. Desde la década de los 30, tras el crack de 1929, el S&P 500, el índice de referencia en Estados Unidos, repunta un 6,7% de media en los años electorales y un 5,8% en los ejercicios con comicios en los que el presidente del momento consiguió su reelección.
Tras cancelarse la última ronda de aranceles prevista para el 15 de diciembre, el calendario de la guerra comercial es desconocido, pero cualquier pico de tensión o de distensión impactará en el mercado. De fondo, permanecerá también la preocupación sobre la desaceleración del crecimiento económico global. Por eso el PIB y los indicadores adelantados serán analizados al detalle desde el principio del ejercicio.
Según la evolución de estos datos, los reuniones de los bancos centrales serán más o menos relevantes, según la Fed o el Banco Central Europeo (BCE) se vean obligados a intervenir o seguir con sus planes de permanecer vigilantes. En el caso de la Eurozona, a la espera de medidas fiscales que complementen las políticas monetarias expansivas.
En el plano político, la fecha más importante es el 31 de enero, el límite para la desconexión de Reino Unido de la Unión Europea, hacia la que los distintos activos -bolsas y sobre todo la libra- han descontando en las últimas semanas que se llegará con acuerdo. Eso sí, el componente de imprevisibilidad sobre el Brexit será una constante, incluso a pesar de la mayoría conservadora de Boris Johnson. El otro gran foco de incertidumbre recurrente es Italia, donde unas nuevas elecciones podrían devolver al euroescepticismo al Gobierno. El referéndum del 12 de enero será clave.