Bolsa, mercados y cotizaciones

La curva de tipos de EEUU cae hasta el nivel en el que anuncia una recesión en menos de 2 años

  • El spread entre los bonos a 10 y 2 años están en mínimos desde 2007
  • El diferencial entre el bono a 5 y 3 años ya se ha invertido

Daniel Yebra

La cuestionada tregua en la guerra comercial entre Estados Unidos y China no pudo impedir que uno de los indicadores que más en serio se toma el mercado haya entrado en un terreno en el que anuncia una recesión en la primera economía del mundo en menos de dos años –ver gráfico–. La conocida curva de tipos que representa el diferencial entre la rentabilidad que ofrece el bono soberano a 10 años (referencia de largo plazo) del país norteamericano y el interés del papel a 2 años (corto plazo) cayó este martes hasta los 11 puntos básicos, mínimo no visto desde el verano de 2007, un año antes de que estallara la última gran crisis financiera y económica a nivel global.

"Ese aplanamiento de la curva, que cada día que pasa se acerca más a la inversión, suele ser un presagio de caída de la actividad económica", ha reiterado Juan Ignacio Crespo, asesor del fondo de inversión Multiciclos Global de Renta 4, insistentemente, durante los últimos meses, en los que la retirada de estímulos monetarios y el ciclo de subidas de los tipos de interés oficiales de la Reserva Federal (Fed) han ido propiciando este estrechamiento entre la rentabilidad del bono a 10 años, que se sitúa actualmente cerca del 2,90%, y el de la referencia a 2 años, que alcanza ya el 2,79%.

"Cuando este diferencial ha llegado a los 20 enteros o por debajo se ha producido una recesión en los Estados Unidos en los siguientes 16 a 20 meses", advertía Jorge Nuño, gestor de Fidentiis Gestión, a finales de junio a elEconomista. Desde entonces, el FMI, el Banco Mundial, la OCDE y el resto de instituciones, incluyendo también a los grandes bancos de inversión, han admitido una desaceleración del crecimiento económico en todo el Globo, desencadenándose una retahíla de rebajas de previsiones y de malos augurios basados en la excepcional longitud del actual ciclo económico, en la probable artificialidad de las valoraciones de algunos activos financieros, en la política monetaria más restrictiva, en las primeras sospechas de la formación de una nueva burbuja inmobiliaria en ciertas regiones y capitales, en el descenso del precio del petróleo y, por supuesto, en el proteccionismo que amenaza el comercio mundial.

Lo paradójico del último descenso de la curva de tipos de Estados Unidos a niveles pantanosos es que haya llegado cuando el mercado parece haber destensado dos de estos frentes: después de la cumbre del G-20 en Bueno Aires, donde los principales contendientes del conflicto comercial acercaron supuestamente sus posturas; y de las últimas declaraciones del presidente de la Fed, Jerome Powell, de las que se quiso extraer la posibilidad de que el ritmo de incrementos del precio del dinero se frene.

Aún con esas, el diferencial entre el bono a 10 y a 2 años está en la zona donde, desde 1950, ha adelantado ocho recesiones, aunque es cierto que "antes de que se produjeran seis de ellas llegó a invertirse (a situarse en negativo), lo que no tuvo ni que ocurrir en la década de los 60 ni en la de los 90", según explica el equipo de estrategas de Axa IM, que detalla que "esta circunstancia es un indicador del endurecimiento del mercado crediticio que acaba impactando en la actividad económica". "La pendiente de la curva sigue aplanándose precisamente porque de momento los inversores no están comprando bonos de corto plazo, a pesar de que cotizan a un interés similar a la de plazos más largos, lo que refleja que el mercado sigue descontando que los tipos oficiales de la Fed seguirán subiendo", añaden desde Unicorp.

Reflejo del endurecimiento del crédito

"Hasta cierto punto, el descenso de la curva de tipos de Estados Unidos simplemente ilustra la transmisión de la política monetaria", observan los expertos de Axa IM, quienes concluyen que "no es sorprendente que una política monetaria más estricta conduzca a condiciones crediticias más restrictivas que, a su vez, frenen la actividad económica". Otra señal de esta tendencia es la inversión del diferencial entre los intereses ofecidos por los bonos a 5 (medio plazo) y 2 años.