Los Amodio negocian con la lusa RCP y José Elías para sumar nuevos apoyos en OHLA
- Buscan inversores para garantizar el éxito de la ampliación de capital de 100 millones
- Felipe Morenés, hijo de Ana Botín, y Juan Pepa se unen a Atitlan para controlar OHLA
Javier Mesones
Los hermanos Luis y Mauricio Amodio, principales accionistas de OHLA con el 25,96%, están calibrando los apoyos que pueden tener para cubrir la ampliación de capital de 100 millones de euros que el consejo de administración anunció hace dos semanas que propondría para su aprobación a los accionistas en una junta extraordinaria.
El órgano de gobierno, no obstante, tiene sobre la mesa una oferta alternativa por parte de Atitlan, el grupo presidido por Roberto Centeno, yerno del presidente de Mercadona, Juan Roig, que contempla un primer aumento de capital por 75 millones de euros sin derecho de suscripción preferente, lo que convertiría a esta firma en el mayor accionista del grupo de construcción en detrimento de los empresarios mexicanos. Con posterioridad, plantea una segunda ampliación, ésta sí con derecho de suscripción, por otros 75 millones que Atitlan cubriría en proporción a la participación que tomara en la primera. La firma fundada por Centeno y Aritza Rodero cuenta con el apoyo de Stoneshield, la gestora fundada por Felipe Morenés, hijo de Ana Botín, presidenta del Banco Santander, y Juan Pepa.
En el marco de la ampliación de capital anunciada por el consejo de la constructora, que tiene como asesores a Santander, Bestinver y Alantra, los Amodio se comprometen a aportar casi 26 millones de euros. Contarían con 25 millones adicionales de su compatriota y socio en el pasado Andrés Holzer, que a través de su sociedad Inmobiliaria Coapa Larca (INV), ha presentado una oferta para entrar en el accionariado con esta inversión a través de un aumento de capital con derecho de suscripción preferente. Con ello, restarían 49 millones. Más aún, en el caso de que quedara cubierta con los actuales accionistas, Holzer ofrece aportar igualmente los 25 millones, de manera que la capitalización podría llegar a un máximo de 125 millones.
Ahora bien, dada la atomización extrema del capital de OHLA, el éxito de la ampliación es una incógnita. Es por ello que los Amodio han buscado sumar a otros inversores para garantizar su ejecución. Atitlan, de hecho, es uno de los grupos con los que han mantenido negociaciones desde el pasado mes de mayo, si bien la hoja de ruta diseñada por la firma que dirigen Centeno y Rodero se ha desviado de la pretensión de los Amodio, al plantear una alternativa en la que los actuales accionistas se verían fuertemente diluidos.
En las últimas horas, los también dueños de la constructora mexicana Caabsa han continuado calibrando el interés de otros potenciales socios. Entre ellos figuran el empresario español José Elías, accionista de firmas como Audax, Atrys y La Sirena. Por el momento, no ha dado un paso al frente. Aún pueden surgir nuevos nombres. De hecho, una opción que este miércoles seguía sobre la mesa era la de la portuguesa RCP, grupo que ya pujó el año pasado por los activos de Abengoa. Precisamente los Amodio se posicionaron hace tres años para hacerse con la ingeniería sevillana, si bien finalmente se retiraron. Para aquella operación se unieron a la mexicana Ultramar, a través de EPI Holding BV y del fondo radicado en Londres Ultramar Energy. Enrique Riquelme, dueño de Cox, la empresa que finalmente se hizo con Abengoa, también ha sido tentado.
Si no logran el compromiso de nuevos inversores, al menos con un peso relevante, la ampliación de capital quedaría supeditada al respaldo de los accionistas de OHLA. Salvo los Amodio, ninguno supera el 3% y hay una mayoría de minoritarios. Los más antiguos, acumulan enormes pérdidas y ya han visto cómo la compañía ha acometido tres ampliaciones de capital desde 2015. Aquel año, cuando aún estaba controlada por Juan Miguel Villar Mir, llevó a cabo un aumento de 1.000 millones de euros. Y en 2021, ya con los Amodio al frente, la firma ejecutó dos ampliaciones, una por 35 millones con derecho de suscripción -que fue completamente cubierta- y otra por 36,4 millones dirigida exclusivamente a los empresarios mexicanos y al fondo monegasco Tyrus, acreedor de Villar Mir.
En la junta general de accionistas celebrada el pasado viernes, el quórum alcanzó el 29,6%. Teniendo en cuenta que los Amodio copan el 25,96%, la participación en la asamblea del resto del capital, presencial o representada, apenas superó el 3,6%. Esta falta de accionistas de referencia se ha agudizado en los últimos meses con las desinversiones acometidas por el fondo Sand Grove, que llegó a tener el 20% tras la capitalización de los bonos en 2021, o de Tyrus, que el año pasado se hizo con el 7% que le quedaba a Villar Mir.
La ampliación de capital es la fórmula que han consensuado los Amodio con la banca para hacer frente al pago de la deuda. OHLA tiene más de 400 millones de euros en un bono. El calendario de vencimientos fija que la mitad, es decir, más de 200 millones, han de amortizarse en marzo de 2025, quedando la otra mitad para marzo de 2026. De no obtener recursos para, al menos, repagar una parte sustancial, la compañía corre el riesgo de quedar en manos de los bonistas en apenas nueve meses. Adicionalmente, en noviembre ha de hacer frente al pago de un crédito puente que firmó el año pasado por importe de 40 millones de euros con su 'pool' bancario en España, formado por Banco Santander, CaixaBank, Banco Sabadell, Crédit Agricole y Société Générale. Este préstamo cuenta con el aval del ICO.
A cambio de acometer el aumento de capital, la constructora ha obtenido el compromiso de sus bancos de referencia, para liberar aproximadamente 100 millones del depósito indisponible que tiene como garantía de la línea de avales de 354,4 millones. Dicho depósito asciende a unos 140 millones, a los que suma otras cantidades 'retenidas' por las entidades financieras hasta alcanzar los 174 millones.
El consejo tiene, por tanto, que decidir entre las dos ofertas que tiene en la actualidad sobre la mesa, la de Atitlan y la de Holzer -apoyando la ampliación promovida por la propia compañía-. Los Amodio ocupan tres asientos -Luis y Mauricio como ejecutivos y el hijo del presidente, Luis Amodio Giombini, como dominical- en un consejo formado por nueve miembros. Los otros seis corresponden a los independientes Francisco García Martín, Reyes Calderón, César Cañedo-Argüelles, Juan Santamara, Ximena Caraza y Carmen de Andrés.
OHLA explicó en el momento de anunciar la ampliación que "permitirá implementar una estructura de capital y financiera estable para el grupo OHLA así como la creación de valor para los accionistas". De este modo, la sociedad habrá completado el saneamiento financiero en el que se ha estado trabajando los últimos años y el equipo directivo podrá centrarse plenamente en la ejecución del plan de negocio del grupo. En 2024, OHLA prevé cerrar el año con unas ventas de 3.800 millones de euros, un resultado bruto de explotación (ebitda) de 145 millones y una contratación de 4.100 millones.
La ampliación de capital propuesta se suma a la transformación operativa de la compañía y a las anunciadas desinversiones de activos no estratégicos: el Centro Hospitalario de la Universidad de Montreal (CHUM), el Centro Canalejas de Madrid y su filial de servicios Ingesan. En relación con CHUM, este mismo mes de junio la compañía ha anunciado que ha alcanzado un acuerdo de venta con John Laing Health Montreal Limited de su participación del 25% en CHUM por cerca de 55 millones, importe que irá destinado a reducir la deuda en bonos. Además, sigue trabajando en la venta de Ingesan, para lo que ha contratado a Santander y CaixaBank, y de su 50% de Canalejas, con el asesoramiento también de la entidad cántabra, con el fin de maximizar su valor.
En el periodo 2020-2023, OHLA incrementó sus ventas en cerca de un 30%. Así, a cierre de 2023 las ventas se situaban en el entorno de los 3.600 millones. Asimismo, ha más que duplicado su ebitda al pasar de 67,5 millones en 2020 a 137,1 millones en 2023. También ha reducido en más de un 30% su deuda financiera pasando de 749,1 a 522,6 millones. Con ello, su apalancamiento financiero ha pasado de 11,1 veces en 2020 a 3,8 veces ebitda en 2023. Mientras, la contratación ha crecido en más de un 60% y se sitúa, a cierre de 2023, en cerca de 4.500 millones y la cartera total aumenta en más de un 70% y culminó el último ejercicio en casi 8.500 millones.