Elisa Mouliaá lo ha vuelto a hacer. El pasado 19 de noviembre avanzamos después de confirmarlo por diversas fuentes que la actriz había alcanzado un acuerdo para comparecer en exclusiva en diversos programas de Mediaset para intervenir a cambio de una suma de dinero. Puestos al habla con la actriz que denunció a Íñigo Errejón por presunto acoso sexual hace tres años, fue tajante: "Es mentira", nos dijo. Hicimos caso a su palabra, y pocos días después apareció en programas como TardeAR o De Viernes. El tiempo nos dio la razón, pues finalmente admitió que había cobrado por la serie de intervenciones televisivas que incluían exclusividad. Cerró estos acuerdos bajo los consejos de Agustín Etienne, tal y como informamos el pasado 4 de febrero. Este pasado fin de semana, su última falta de sinceridad la volvió a dejar en evidencia. Eso sí, en esta ocasión los tiros fueron por otro lado. La intérprete admitió haber mentido sobre su contrato de arrendamiento en Madrid.
El paparazzi Sergio Garrido explicó hace unos días en Fiesta que la actriz había incumplido su contrato de arrendamiento, por lo que debía desalojar su casa. Según el fotógrafo, la presentadora había subarrendado las habitaciones durante sus vacaciones, algo que iba en contra de lo pactado con la propietaria. Mouliaá desmintió estas informaciones a través del periodista Iván Reboso.
"Ella amablemente me ha dicho que todo esto es mentira, que desde hace unos meses hay una campaña de desprestigio contra ella, que esa casa es suya y que en ella vive la personita que más quiere en el mundo y no va a jugar con eso", informó el comunicador, al que Mouliaá subrayó que lo que se había contado era "mentira" y que la gente la estaba intentando "desacreditar": "Yo tengo mi casa comprada y eso no es cierto".
Unas declaraciones que ahora pierden toda su validez, ya que la propia actriz admitió este domingo que, una vez más, no había sido honesta. "Yo te soy sincera, yo soy supert ransparente. Yo en Madrid sí que estoy en un piso de alquiler. El otro día cuando me llamaste me pillaste de imprevisto y demás obviamente lo tenía que desmentir porque a mí esto no me favorece en absoluto. Yo he estado fuera en vacaciones y pues alquilé un par de habitaciones", mantuvo Mouliaá.
En una conversación telefónica, la actriz quitó hierro al asunto, pese a que esta metedura de pata la vuelva a dejar en mal lugar en un momento tan delicado como el que ahora vive en plena batalla judicial contra Errejón: "A mí no me parece tan grave, la verdad, lo hace todo Dios en Madrid. No sabía ni que no se pudiese hacer en el edificio ni tampoco que fuese tan grave. Se lo dije a la casera, lo acepté y le he pedido perdón, le he pedido que por favor comencemos otra vez y rehagamos el contrato".
La pasada semana trascendió que Mouliaá no se encontraba en Madrid. Según contaron algunos periodistas, puso rumbo a una ciudad costera para encontrar la tranquilidad tras lo que se ha considerado un interrogatorio demasiado agresivo por parte del juez que la tomó declaración, cuya llamativa actuación está siendo examinada por el Consejo General del Poder Judicial. Lo que también han contado algunos periodistas es que su intervención en De Viernes solo un día después de declarar no gustó nada al magistrado y califican de error estratégico grave su presencia en un plató al día siguiente de declarar. Por supuesto, Mouliaá tiene todo el derecho de acudir a donde desee y a cobrar. El problema llega cuando su discurso cojea y entonces se ve obligada, una y otra vez, a dar explicaciones de más.
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