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El fiscal pide pena capital para Daniel Sancho: ¿cómo se llevan a cabo las ejecuciones en Tailandia?

Quedan 20 días para que se desvele la sentencia de Daniel Sancho por el asesinato y descuartizamiento del cirujano colombiano Edwin Arrieta el pasado 2 de agosto en Tailandia. La Fiscalía sostiene que fue un crimen premeditado por parte del hijo de Rodolfo Sancho y pide la pena máxima para él: la pena de muerte. No es habitual aplicarla en presos extranjeros, a los que suelen convalidar con una cadena perpetua, pero lo cierto es que tampoco es completamente descartable. Amnistía Internacional lleva años luchando por abolir esta medida sin éxito.

Durante años, las autoridades tailandesas aplicaban la pena capital por fusilamiento grupal, pero en 2003 cambiaron el método por la inyección letal al considerarla una "medida más humana" y que provoca "menos accidentes" que las balas. Según Amnistía Internacional, no existe una relación entre la extrema medida y una reducción de la delincuencia, por lo que carece de sentido su aplicación como medida disuasoria y la consideran "un homicidio judicial y una violación del derecho a la vida". Desde el gobierno, sin embargo, se muestran firmes: "Puesto que el país es una democracia, el uso de la pena de muerte constituye un reflejo de la opinión pública general, la cual la considera una medida necesaria para disuadir a los delincuentes y para proteger los derechos de las víctimas y sus familias".

En Tailandia se reanudaron las ejecuciones en 1995, tras ocho años de suspensión. Desde entonces y hasta el 2003, fueron ejecutadas 50 personas por fusilamiento. En estos casos, el preso permanecía de pie con las manos atadas a un poste y le disparaban desde detrás de una cortina. A los condenados a muerte se les informaba de su ejecución con tres horas de antelación, sin que tuvieran tiempo de ver a sus familiares por última vez. Al adoptar la tecnología de la inyección letal, Tailandia siguió el ejemplo de Estados Unidos, que fueron los primeros en utilizar este método de ejecución legal en 1977, así como de China, Guatemala, Filipinas y Taiwán, donde comenzó a utilizarse en la década de 1990. A las personas que van a ser ejecutadas por medio de una inyección letal se las sujeta con correas a una camilla y se les inyecta, primeramente, un anestésico; a continuación, un agente paralizante, y por ultimo, cloruro potásico, substancia que hace que se les pare el corazón.

El entorno de Sancho, esperanzado

El Caso Sancho ha sido uno de los más mediáticos de los últimos años y ha cruzado fronteras. La Fiscalía sostiene que Daniel premeditó el asesinato de Edwin Arrieta y lo preparó a conciencia: prueba de ello serían los cuchillos, bolsas y productos de limpieza que el hijo del protagonista de Mar de plástico adquirió en una tienda cercana horas antes de la llegada del colombiano. La defensa de Daniel, sin embargo, afirma que dichos objetos fueron adquiridos por la actividad laboral del acusado, que es chef y comparte sus recetas a través de Youtube.

La versión del acusado, y que ha defendido este año el equipo de abogados españoles formado por Carmen Balfagón, Ramón Chippirrás y Marcos García Montes, es que Edwin trató de abusar sexualmente de él y, en el forcejeo, el cirujano se golpeó mortalmente contra un sanitario del baño. El nieto de Sancho Gracia quedó en shock ante lo sucedido y su reacción, impulsada por el miedo, fue descuartizarlo y deshacerse poco a poco del cadáver.

Si el juez admite finalmente este relato y considera que el asesinato fue accidental y no premeditado, la condena para Daniel sería de entre 10 y 15 años de prisión, con recursos bajarían a los 7 u 8, según los expertos. De lo contrario, como decíamos, podría ser condenado a la pena de muerte o la cadena perpetua, unos 50 años. En cuanto a la cárcel en la que deberá cumplir su condena, hay que recordar que entre España y Tailandia no hay un acuerdo de extradición, pero sí existe un tratado internacional (firmado por ambos países en 1983) que permite reclamar que un reo termine de cumplir su pena de prisión en su país de origen. Los abogados españoles, además, ya trabajan en un acuerdo diplomático que no estaría sujeto a los plazos oficiales, es decir, a la obligación de que Daniel cumpla un tercio de la pena en Tailandia antes de la extradición. En el caso de que la familia de Edwin Arrieta solicitara la extradición de Daniel a Colombia, sería Tailandia, en base a los acuerdos oficiales y bilaterales con ambos países, el que decidiera el destino final de Daniel.

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