Ni de superhéroes ni de supervillanos. El mundo está hecho de otra pasta, una más blanda, resbaladiza, gris. Y sobre ella se asienta el nuevo libro de Manuel Marlasca (Madrid, 1967), Tú bailas y yo disparo (Destino). Con seis publicaciones de true crime a sus espaldas, el reputado periodista de sucesos debuta en la novela con una historia ficticia que, sin embargo, bucea en algo tan verdadero como son las contradicciones del ser humano. Para ello, se cuela en el seno del grupo X de la Brigada de Policía Judicial de Madrid, cuyos miembros tienen que resolver un caso que parte del hallazgo del torso de una mujer en el interior de una maleta en una fábrica abandonada.
"Tengo un poco de síndrome del impostor", confiesa el presentador, "emocionado" por compartir espacio en las librerías con escritores y amigos a los que admira, como Lorenzo Silva. Es su primera vez a los mandos de un relato nutrido de nombres y problemáticas que primero fueron pequeñas ideas anotadas en su cuaderno Moleskine. No obstante, al trabajo imaginativo sumó una labor de investigación: "Me documenté sobre asuntos que conocía superficialmente, como el funcionamiento de las nuevas tecnologías dentro del crimen organizado, que usa técnicas de comunicación indetectables para la Policía. Es terrible".
"Me interesaba retratar esta parte de la corrupción", dice sobre un organismo "capaz de infectar cualquier capa de la sociedad y, por supuesto, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado". En este sentido, subraya que los agentes son personas con heridas y cicatrices que en ocasiones aciertan y, en otras, se equivocan. Dicho de otro modo: Tú bailas y yo disparo "no es una novela policiaca, sino de policías". "Los agentes no son ciborgs", sostiene. Y, sin ir más lejos, apunta a la actitud de la ciudadanía con los cuerpos de seguridad: "No hay zonas grises. Estás en una trinchera o en otra. La Policía tiene uso legítimo de la violencia, y si disuelve a los manifestantes de Ferraz, para algunos son unos héroes y, para otros, unos títeres del Estado".
Marlasca es reportero de sucesos desde 1988. Ha trabajado en medios escritos, radio y televisión, y está al frente de espacios como Territorio negro, en Onda Cero, y Expediente Marlasca, en TardeAR (Telecinco). No llegó al periodismo por casualidad, ya que, influenciado por su padre y su abuelo, siempre tuvo clara su vocación. Sin embargo, a su especialidad actual le llevaron "las circunstancias". A día de hoy, sabe que maneja "materia prima delicadísima". "La crónica de sucesos es una materia que habla de dolor, prisión, muertes y familias despedazadas. Hablamos con personas en el peor momento de sus vidas, y eso hay que tratarlo con tacto. No podemos revictimizar a las víctimas. Y ese plus de responsabilidad lo tenemos los periodistas. Los sucesos son algo que nadie quiere hacer, pero de lo que todos opinan".
¿Qué hay del amarillismo? "La fórmula para no caer en él es entender que hacemos información y no espectáculo", apunta, antes de salir a colación uno de los casos más mediáticos de la actualidad, el juicio contra el chef Daniel Sancho, hijo del actor Rodolfo Sancho, por el asesinato del cirujano Edwin Arrieta en Tailandia el verano pasado. Se prevé que la sentencia se dé a conocer el 29 de agosto. "Le condenarán a 15 o 20 años de cárcel", calcula, "pero en seis meses nadie se preocupará ni se acordará de él". Dicho esto, un sonriente Marlasca anima a apuntar otra fecha en el calendario, más cercana y amable. "Los días 8, 9, 15 y 16 de junio estaré firmando en la Feria del Libro de Madrid". Anotado queda.