Empresas y finanzas

Seis claves para entender la persecución que sufren los coches diésel

  • Los futuros compradores de vehículos se decantan por los híbridos y eléctricos
Imagen: Dreamstime.

Yolanda García

¿Conviene comprar un coche diésel en estos momentos? ¿Y si ya lo ha comprado? ¿Van a prohibir circular con este tipo de coches? ¿Habrá una avalancha de despidos en el sector del automóvil? Tras las palabras de esta semana de la ministra de Transición Ecológica Teresa Ribera afirmando que "el diésel tiene los días contados" se ha creado cierto desasosiego entre los consumidores y el sector automovilístico. Para los primeros la compra de un coche es una inversión de dinero lo suficientemente importante como para pensárselo si efectivamente desaparece mientras que los segundos creen que vetar el diésel tendrá graves consecuencias en el empleo.

¿Conviene comprar un coche diésel en estos momentos?

La ministra de Transición Energética Teresa Ribera aseguraba esta misma semana que "el diésel tiene los días contados". "Durará más, durará menos, pero sabemos que su impacto en partículas y el aire que respiramos es suficientemente importante para ir pensando en un proceso de salida", añadía la ministra que cree que hay que utilizar la fiscalidad para fomentar el consumo responsable y en este punto entiende que hay que penalizar el diésel hasta que desaparezca.

Sin embargo entiende que junto a señales de tipo regulatorio y limitador, el proceso se tiene que acompañar "con facilidades que permitan ir cambiando el patrón que aplicamos e ir cambiando también el patrón de nuestros vehículos privados" para lo cual se requiere un análisis profundo.

¿Van a prohibir los coches diésel?

Es la preocupación principal de un usuario que tenga este tipo de coche o que piense adquirir uno. En principio, no. Más que prohibir los coches en sí, se penalizará su uso tanto con impuestos, para equipararlo a los de la gasolina (la denominada fiscalidad medioambiental) como con restricciones en centros de ciudades y medidas similares según contaminen más o menos, para desincentivar su uso. En este punto desde la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam) demandan que "los criterios para gravar a los vehículos en todo caso deberán ser claros, conocidos y accesibles". En Europa ya son utilizados parámetros como las emisiones de CO2, las normas EURO o la antigüedad del vehículo.

Y es que comprar un coche implica una gran inversión de dinero a largo plazo, por lo que no tendría sentido comprar un diésel hoy para que próximamente nos salga caro o no nos permitan circular con él por algunas zonas de ciudades como Madrid o Barcelona por ejemplo. Por eso la intención de compra a futuro avanza hacia los híbridos y eléctricos en detrimento de los de gasolina y, sobre todo, de los diésel.

¿Habrá una avalancha de despidos en el sector del automóvil?

Las palabras de la ministra han sentado como un jarro de agua fría en el sector del automóvil. Tanto la patronal de fabricantes de coches Anfac como la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto) consideran que el discurso del Gobierno supone un veto al diésel y alertan de las "graves consecuencias" que puede tener en el empleo y la industria si se deja de usar.

El presidente de Anfac, José Vicente de los Mozos, recuerda que más de 40.000 empleos y 17 fábricas de automóviles en España están directamente vinculadas a la producción y venta de vehículos diésel. Y afirma que "la incertidumbre solo puede provocar que perdamos oportunidades de nuevas adjudicaciones de modelos y, con ello, que nuestra industria se debilite gravemente".

¿Cómo afectarán los impuestos al diésel a profesionales y autónomos?

Hoy mismo la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha asegurado que la subida de impuestos al diésel será "progresiva" y que cualquier regulación que adopte el Gobierno en esta línea excluirá "expresamente" a transportistas profesionales y a autónomos. De hecho, Montero ha asegurado que la equiparación entre diésel y gasolina "no incidirá" sobre las cuentas de resultados de las pequeñas y medianas empresas o autónomos ni de aquellos sectores que puedan ser "vulnerables" en el desarrollo de su actividad.

La titular de Hacienda defendió que la subida de impuestos al diésel planteada por el Ejecutivo está en línea con las recomendaciones de Europa. "Es un camino que hay que recorrer progresivamente para eliminar prácticas que puedan ser contaminantes con el medio ambiente o nocivas para la salud, como ya han hecho ayuntamientos de grandes ciudades con las limitaciones al tráfico (de los vehículos diésel más contaminantes)", subrayó.

¿Es posible una adaptación paulatina a un nuevo modelo?

Desde el sector creen que sí. De hecho Faconauto ha solicitado al Gobierno que, antes de "sentenciar públicamente" a la tecnología diésel, lidere un proceso hacia la descarbonización de la movilidad, de una forma progresiva, ordenada y con medidas que aporten una alternativa real a los ciudadanos.

Por su parte, el vicepresidente ejecutivo de Anfac, Mario Armero, cree que "es necesario trabajar conjuntamente en un nuevo modelo de movilidad cero y bajas emisiones; atacar el envejecimiento del parque automovilístico y desarrollar el mercado para el vehículo alternativo, con medidas concretas como la normativa del gestor de carga o la puesta en marcha del programa VEA de estímulos a la compra de vehículos híbridos, eléctricos y de gas. Todo ello para trabajar en la descarbonización del transporte y un nuevo modelo de movilidad y bajas emisiones".

¿Qué tipo de combustible usan los coches nuevos?

El mercado automovilístico está cambiando en nuestro país. Los consumidores ya no tienen solo en cuenta los motores tradicionales de gasóleo o gasolina a la hora de elegir un vehículo. Según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) poco a poco van cobrando importancia otro tipo de motores más ecológicos. Además, los motores diésel, que hace unos años representaban más del 70% de las ventas, cada vez son menos populares.

Hace pocos años, siete de cada diez coches que se vendían en España tenían motor de gasóleo. En el año 2017, esta cifra representa menos de la mitad, y han sido superados por los automóviles que incorporan un motor que usa gasolina (los de motor tradicional, bifuel gas-gasolina e híbridos), con un total de más del 51%.

En todo caso el futuro camina hacia coches más ecológicos. Según el Observatorio del Motor 2018 de Cetelem la intención de la futura compra de un automóvil se desvía claramente hacia los híbridos y eléctricos en detrimento de los de gasolina y, sobre todo, de los diésel. 

¿Por qué se venden menos diésel? Los motivos son variados, pero entre los fundamentales pueden estar: el mayor precio de las averías de los complicados sistemas anticontaminación, la generalización de los motores modernos de gasolina de poca cilindrada y bajo consumo, el escándalo del Dieselgate o la llegada al mercado de coches con motores ecológicos y precios competitivos.