Empresas y finanzas
La CNMC aprueba un recorte del 9,6% a la distribución de gas natural
- Naturgy, Madrileña, Nortegás y Redexis cobrarán unos 810 millones menos entre 2021 y 2026
- Tres consejeros votan en contra de la Circular que establece la metodología de retribución
Tomás Díaz
El Consejo de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) aprobó ayer un recorte del 9,6% a los ingresos de la distribución de gas natural, unos 810 millones de euros entre 2021 y 2026, que se reparten Nedgia -filial de Naturgy-, Madrileña Red de Gas, Nortegás y Redexis, al dar luz verde a la polémica Circular de retribución de esta actividad regulada, cuyo primer borrador, que planteaba un hachazo del 17,9%, tumbó el Consejo de Estado.
El Consejo del Organismo regulador aprobó ayer, con los votos en contra de su vicepresidenta, María Fernández, y de otros dos consejeros, Benigno Valdés y María Pilar Canedo, la polémica Circular por la que se establece la metodología para determinar la retribución de la distribución de gas natural, con cambios mínimos con relación a la última propuesta que se remitió a finales de enero al Consejo de Estado.
Según fuentes conocedoras del proceso -la CNMC no ha querido hacer ningún comentario a elEconomista-, se ha modificado levemente el mecanismo de actualización de la retribución en función de la inflación, de modo que se eleva ligeramente el valor de los activos sobre los que se calculan los ingresos de las empresas, aunque su impacto ronda sólo los cinco millones anuales.
De acuerdo con la memoria justificativa del borrador de Circular que aterrizó en el Consejo de Estado, prácticamente idéntico al aprobado, la retribución de las empresas, comparándola con el modelo retributivo actual, se reducirá una media del 9,6% entre 2021 y 2026, de un modo progresivo: en 2021 percibirán 29 millones menos, que en 2026 se habrán convertido en 239 millones menos; en total, la merma asciende a 818 millones.
Rebaja el 'hachazo'
La memoria económica del primer borrador, de julio del año pasado, planteaba un hachazo a los ingresos regulados del 17,9% en el próximo quinquenio, 1.521 millones, también de un modo progresivo: 2 millones en 2021 y 452 millones en 2026. Esta propuesta provocó el hundimiento en Bolsa de las empresas cotizadas y suscitó la más enérgica repulsa de todas: anunciaron que defenderían sus intereses en los tribunales, nacionales e internacionales, por la inseguridad jurídica que provocaba, ya que modificaba bruscamente el modelo retributivo.
El sistema vigente en la actualidad retribuye a las empresas en función de sus actividades y en su primera propuesta normativa, la CNMC planteó otro que consideraba el valor de sus activos. Por esta razón, el impacto sobre la retribución de la actividad iba a ser mucho mayor sobre algunas empresas -las que tienen redes más antiguas- que sobre otras. Además, las compañías y su patronal, Sedigás, señalaban que los cálculos no estaban bien hechos.
Esta situación -y otras colaterales, como la interinidad de varios de los consejeros, incluido su presidente, José María Marín Quemada- incendió el Consejo de la CNMC, el cual, dividido, remitió el borrador al Consejo de Estado tras un primer trámite de audiencia en diciembre.
El Consejo de Estado lo rechaza
Este órgano consultivo, insólitamente, decidió devolverle la propuesta al Regulador, argumentando que se habían introducido cambios después de haber enviado la propuesta a Bruselas para que se pronunciara y ordenando rehacer la memoria económica porque sus cálculos no estaban debidamente justificados.
Así, la CNMC publicó para audiencia pública una nueva propuesta de Circular en la que se abandonaba la idea de transformar radicalmente la metodología, recuperando buena parte del vigente modelo retributivo por activos, e introduciendo un ajuste en la base de los ingresos obtenidos a partir de los activos y los clientes anteriores al año 2000, con la intención de aplicar un recorte más gradual y proporcional.
El Regulador desde el principio había declarado su intención de reducir la rentabilidad de la distribución de gas, a su juicio demasiado elevada, aunque no ha podido demostrarlo. Según sus cálculos, la regulación actual ha dado lugar a una pérdida de competitividad de los consumidores españoles con relación a los europeos y la creación de una deuda de 1.000 millones, resultante de sucesivos déficits.
La industria pedía más recorte
Precisamente para ganar competitividad y reducir sus costes de gas, la industria se puso de parte de la CNMC desde el primer minuto, reclamando incluso mayores rebajas que las calculadas por ella. Hasta hubo un sonoro conflicto dentro de CEOE por el choque de intereses entre las empresas gasistas y sus clientes.
Al final la Circular se aprueba con el rechazo de parte de su Consejo -habrá que esperar para conocer sus votos particulares- y, por lo tanto, sin haber conseguido la unanimidad que ha marcado el resto del paquete normativo que ha lanzado la CNMC desde que el Gobierno se lo encargase en diciembre de 2018.