Para ser la primera semana del año, en la que todavía los mercados deberían estar condicionados por encontrarse en el periodo navideño, los parqués a uno y otro lado del Atlántico se han movido con intensidad al calor de las distintas noticias y acontecimientos que se han sucedido. En el Viejo Continente, sin duda, el titular de la semana ha sido la intervención, por parte del Banco Central Europeo, de la entidad italiana Banca Carige, lo que se dejó sentir en todo el sector financiero europeo, aunque especialmente, en el italiano, con importantes caídas durante la primera sesión de 2019. Aunque esto ha quedado en un claro segundo plano ante los avances comerciales y la posibilidad de que la Reserva Federal pise el freno o, incluso, vuelva a soltar cuerda en su política monetaria para este curso que acaba de empezar.
También Wall Street ha sufrido fuertes altibajos en lo que ha sido una semana complicada, sobre todo, en la jornada del jueves, en la que una brusca caída de Apple -se dejó casi un 10%- provocada por una rebaja de estimaciones (profit warning) de ventas anunciada al cierre del mercado del miércoles arrastró al resto del sector y, en consecuencia, a los principales índices norteamericanos. La firma presidida por Tim Cook anticipó un descenso de la facturación en el primer trimestre fiscal de 2019, el que va de octubre a diciembre, de entre 5.000 y 9.000 millones de dólares ya que ahora espera ingresar un total de 84.000 millones en este periodo. El recorte, según Cook, ha sido provocado por las menores ventas del iPhone en China, que supone una quinta parte del total del negocio de la tecnológica.
No obstante, el viernes todas las grandes bolsas mundiales se revolvieron al alza con importantes subidas a ambos lados del océano con lo que, finalmente, la semana se saldó con fuertes ascensos, liderados por el Ibex 35, que se anotó un 2,87%; seguido del Ftse Mib, que se apuntó un 2,77 y el Dax, con casi 2 puntos porcentuales en estas últimas tres sesiones y media.
En Wall Street, estas subidas se quedaron en un 2,2% para el Nasdaq 100, un 1,85% en el S&P 500 y un 1,6% en el caso del Dow Jones.
"Este es la primera parte del rebote que venimos favoreciendo en los últimos días desde Ecotrader", explica Joan Cabrero, jefe de estrategia del portal premium de inversión de elEconomista. "Para confiar en este rebote era necesario que las principales bolsas del Viejo Continente consiguieran superar los máximos de la semana pasada, como son los 10.635 del Dax o los 3.003 enteros del EuroStoxx 50, lo que apoya el hecho de que hayamos visto un suelo temporal de la tendencia bajista de los últimos meses el pasado día de Nochebuena -los 2.346 puntos del S&P 500 y los 5.895 del Nasdaq 100-y que sean el punto de origen de un rebote sostenible más allá del corto plazo", añade el experto, que avisa, eso sí, de "que esto no quiere decir que el rebote no sea vulnerable y previo a mayores caídas".
El giro al alza que dieron en la última sesión de la semana llegó empujado por distintos vientos de cola. Por un lado, Estados Unidos y China han confirmado que en los próximos días -el 7 y el 8 de enero- se reunirán en Pekín para mantener "conversaciones comerciales positivas y constructivas", según indicaba Jeffrey Gerrish, vicerrepresentante del Comercio de EEUU y líder de la comitiva que visitará la capital china. Este encuentro vuelve a aumentar el optimismo del mercado en torno a un eventual acuerdo entre las dos grandes potencias económicas mundiales.
Por otro, el último informe de empleo publicado en el país norteamericano, correspondiente al mes de diciembre, fue mucho mejor de lo esperado. No sólo se crearon más puestos de trabajo de lo que vaticinaban los expertos, sino que los salarios crecieron en un 3,2%, el mayor ritmo desde el año 2009. "Debería aliviar parte de los temores en los mercados, que ya hablan de recortes de tipos por parte de la Fed", explican desde ING.
Precisamente, los temores a la desaceleración económica llevaron en el primer día hábil del ejercicio a los inversores a buscar refugio en los activos más seguros, como el yen, el dólar -que se llegó a apreciar un 1% frente al euro el miércoles-, el oro o la deuda americana, cuyas compras presionaron al T-Note hasta mínimos de rentabilidad desde enero del año pasado, por debajo del 2,6%, aunque finalizó la semana con ventas que elevaron de nuevo su rendimiento exigido hasta el 2,66%.
Además de la posible distensión comercial y del gran dato de empleo, otro factor que espoleó a los mercados este viernes fueron las palabras de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, abriendo las puertas a un frenazo en la subida de tipos si la economía estadounidense así lo requiere, algo que los mercados esperaban como agua de mayo y que a Trump, probablemente, también le haya sido de agrado.
En el mercado de materias, el crudo firmó su mejor semana desde julio de 2017, con un repunte de más del 9%. En el caso del Brent, recuperó la cota de los 57 dólares por barril que perdió días después de la última reunión de la OPEP en la que acordaron un nuevo recorte en la producción petrolera. A este pacto se unió este viernes Irak, después de que se especulase con que aprovecharía la coyuntura para bombear más crudo que nunca.