Economía

España sufrirá el mayor 'golpe' de la OCDE con un desplome del PIB del 14,4% si rebrota el coronavirus tras el verano

  • El desplome del PIB provocará que la deuda pública se dispare al 130%
  • La recuperación será más lenta y débil que la caída del PIB
  • España cuenta con un mercado laboral vulnerable: temporales y autónomos

Vicente Nieves

La economía española sufrirá la mayor contracción entre los países desarrollados si se produce un rebrote del coronavirus después del verano. Un mercado laboral precario (elevada temporalidad, trabajadores autónomos y a tiempo parcial) y una dependencia notable del turismo convierten a España en el país más vulnerable de la OCDE a un rebrote del Covid-19. El desplome de la actividad llegará hasta el 14,4% si se reproduce este escenario. Por el contrario, si el virus se apaga poco a poco, la actividad retrocederá un 11,1% en 2020. Ambas previsiones, lanzadas por la OCDE, se encuentran entre las más pesimistas de los organismos internacionales y nacionales. Además, la OCDE cree el PIB global caerá entre un 6 y un 7,6% (según el escenario) y que la recuperación global será lenta, pudiendo dejar cicatrices importantes en la economía. La renta per cápita de los países desarrollados podría caer a niveles de 2013.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Economicos (OCDE) cree que en un escenario con un segundo brote del virus en lo que resta de año, España será el país más castigado de todo el 'club'. La recesión superará a la de Italia y Reino Unido que se quedará en el 14%. Por el contrario, si la pandemia mantiene la tendencia descendente que muestra en la actualidad en Europa, la caída del PIB en España se reduce al 11,1%, un dato que sigue sigue siendo catastrófico para la economía. No obstante, bajo este escenariom con un único brote, la economía peor parada sería la francesa, que retrocedería un 11,4% en 2020, seguida de Italia, cuyo PIB caería un 11,3%.

Caída del PIB en cada país con un escenario de un solo golpe (azul) y doble golpe (rojo). OCDE

Este profundo deterioro de la actividad económica se reflejará de forma marcada en el mercado laboral y en la deuda pública. En el peor escenario, la tasa de paro superará el 20% en 2020 y seguirá aumentando durante 2021 hasta alcanzar el 22%. "Se prevén grandes incrementos de la tasa de paro en países como Reino Unido, España y otras economía pequeñas muy dependientes del exterior. Sin embargo se prevén pérdidas de empleo moderadas en Alemania, Francia, Italia y Japón.

En todos los países de la OCDE, los sectores que se consideran más afectados directamente por las medidas de contención del coronavirus representan alrededor del 40% del empleo total. Estos sectores dan trabajo a una gran parte de los denominados 'trabajadores no estándar', es decir, trabajadores a tiempo parcial, autónomos y trabajadores con contratos temporales. Además, este tipo de trabajadores suponen alrededor del 40% del empleo en los países europeos de la OCDE, llegando a superar el 50% en Italia, Países Bajos, España y Grecia. Esto se debe a que este tipo de empleo es más habitual en actividades de entretenimiento, hoteles y restaurantes.

La deuda pública en España puede alcanzar el 129,5% del PIB si hay rebrote del coronavirus. OCDE

Por el lado de las finanzas públicas, el déficit fiscal alcanzará el 12,5% del PIB en 2020 (el mayor déficit público de su historia, rebasando el 11,3% de 2009) y seguirá superando el 9% del PIB en 2021 ante unos gastos superiores en prestaciones por desempleo y una recuperación débil, que impedirá que la recaudación recupere el nivel previo a la pandemia. Estos desequilibrios en dejarán la deuda pública en un 129,5% del PIB. El documento vuelve a destacar a España para mal en este apartado: "En Japón, Grecia, Italia, Portugal y España, las tasas de endeudamiento alcanzarán niveles extremadamente altos. Para estos países, los niveles de deuda proyectados para 2021 son alrededor de 25 o 30 puntos más altos que en 2019 sobre el PIB. En el escenario más optimista, la relación deuda sobre PIB aumenta un poco menos".

¿Cómo será la recuperación?

Un posible rebrote no solo haría más profunda la recesión económica, sino que también sería un lastre para la posterior recuperación. El crecimiento para 2021 sería del 5% en comparación con el repunte del 7,5% en el escenario que prevé un impacto único, dados los efectos más persistentes en el mercado laboral y la frágil situación financiera de las empresas y los hogares. "En ambos escenarios, la caída de la demanda interna, debido a la destrucción del empleo y el cierre de la actividad, es el factor clave de la contracción. La caída de la demanda externa, especialmente en los servicios turísticos, también pesará mucho en la economía en 2020", destaca el informe de la OCDE.

El organismo advierte en su informe de que una recuperación más lenta de lo previsto en la vuelta del turismo y de la economía de los principales socios comerciales podría limitar aún más las exportaciones. El turismo es uno de los sectores más importantes de la economía española, empleando a unos 3 millones de trabajadores de forma directa e indirecta y además es la principal 'exportación' de España. Bajo el peor escenario, el consumo privado se hundiría más de un 17% y la inversión un 24,3%. Este desplome de la demanda interna, sin embargo, permitiría mantener a España cierto superávit por cuenta corriente, porque las importaciones (-21%) sufrirían un deterioro aún superior al de las exportaciones (-19%).

Todo ello, además, generaría "una mayor incertidumbre y efectos más persistentes sobre la solvencia de los hogares y las empresas, que podrían restringir la recuperación de la demanda interna más de lo previsto. Esto último también podría aumentar los efectos indirectos en el sector financiero, a través de un aumento significativo de los préstamos morosos".

Dadas estas circunstancias extraordinarias, desde la OCDE piden al Gobierno que "algunas de las medidas económicas actuales deberían mantenerse y refinarse para reducir el riesgo de que el choque transitorio se convierta en uno más permanente en la actividad. A medida que comience la recuperación, la reducción gradual de los esquemas de trabajo a corto plazo (ERTEs) y las políticas activas más fuertes del mercado laboral, particularmente los esquemas de reciclaje, ayudarán a garantizar una reasignación eficiente de la mano de obra de los sectores que se enfrentan a una demanda débil de forma prolongada".

Además, la OCDE vería con buenos ojos aplicar políticas adicionales para relanzar el sector turístico, lo que requerirá la cooperación con el sector privado y en los diferentes niveles de gobierno. "Es posible que se necesiten ayudas de liquidez y garantías públicas adicionales, enfocadas en negocios solventes pero que tienen problemas de liquidez, para reducir la tasa de insolvencia. De lo contrario, se puede crear un ciclo de retroalimentación adversa entre la economía real y la financiera. Esto debería ir acompañado de una estrecha supervisión financiera de las instituciones individuales, dada la considerable heterogeneidad por la exposición a diferentes sectores y geografías. El impulso temporal de la inversión pública, con un enfoque específico en la inversión verde, ayudaría a impulsar la recuperación y reducir la contaminación, que está por encima de los promedios europeos en las principales ciudades", sentencia el documento del 'club de los países ricos'.

Además, la OCDE señala que "la capacidad del sistema sanitario español era inferior al de la OCDE cuando comenzó la crisis, con un número inferior de camas por paciente en las unidades de cuidados intensivos, sin embargo el número se ha duplicado desde el pico de la crisis sanitaria".