Unas 150 empresas, con ventas por 5.500 millones, al servicio de la Defensa
- El despliegue militar contra la pandemia sería imposible sin las compañías
- El sector genera más de 30.000 empleos directos en España
- Cada euro invertido en Defensa produce dos y medio para toda la economía
Tomás Díaz
Unas 150 empresas, con más de 30.000 empleados y una facturación anual superior a los 5.500 millones, conforman el núcleo del sector de la Defensa y permiten el despliegue efectivo de las Fuerzas Armadas, crucial en la lucha contra la pandemia.
El sábado, 14 de marzo, un Consejo de Ministros extraordinario aprobó el estado de alarma para confinar a la población y frenar la expansión del Covid-19. Las Fuerzas Armadas, que ya habían suspendido los ejercicios y maniobras días antes, pasaron a ocupar una posición clave en el dispositivo excepcional de contención de la pandemia; buena prueba de ello es que se les otorgó el carácter de agentes de la Autoridad.
Al día siguiente, la ministra de Defensa, Margarita Robles presidió una reunión de coordinación en el Ministerio, con el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general Miguel Ángel Villarroya, y otros responsables, para decidir la actuaciones de las Fuerzas Armadas y activar el mando único. A las 15.00 h de ese mismo día, la Unidad Militar de Emergencias (UME) ya hacía reconocimientos previos en las ciudades con mayor riesgo de contagio. Dos días después el despliegue militar alcanzaba 28 ciudades, con tropas del Ejército de Tierra y la Infantería de Marina.
Desde entonces, los soldados han colaborado en el control y la vigilancia de los espacios públicos; han desinfectado instalaciones de servicios básicos, como las del transporte; han movilizado la sanidad y la farmacia militar para ampliar la atención médica de la población; han ayudado a montar hospitales de campaña y hoteles medicalizados; han transportado material sanitario y lo han distribuido; han llevado pacientes a los hospitales; han atendido a personas sin hogar; han protegido infraestructuras críticas; han realizado labores de ciberdefensa…
Así lo enumera un extenso reportaje de la Revista Española de Defensa, editada por el Ministerio, sobre la amplitud del despliegue, que ha movilizado a más de 8.000 militares por más de 200 poblaciones simultáneamente, bajo la coordinación del Centro de Operaciones Conjuntas de la base de Retamares, el centro de mando de la denominada Operación Balmis, en homenaje al médico militar que llevó la vacuna de la viruela a los territorios españoles de América y Filipinas a comienzos del siglo XIX.
Potente red de proveedores
El despliegue no hubiera sido posible sin unas redes logísticas muy potentes -la UME, por ejemplo, destina un 20% de su personal a dirección y labores logísticas- y el apoyo de un sector empresarial que provee a las Fuerzas Armadas de productos y servicios, a su vez también gracias a sus propias cadenas de proveedores y a su implantación territorial.
De acuerdo con los datos de las dos asociaciones empresariales del sector, la Asociación Española de Tecnologías de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (Tedae) y la Asociación de Empresas Contratistas con las Administraciones Públicas (Aesmide), las compañías facturaron unos 5.500 millones de euros en 2018, último ejercicio con cifras.
Tedae aglutina 76 empresas con potente perfil industrial y tecnológico, con los pesos pesados del sector -en ocasiones con participación directa del Estado, por medio de la SEPI, por su carácter estratégico-, como Airbus, General Dynamics-Santa Bárbara, Hispasat, Indra, Navantia… En conjunto facturaron 11.838 millones -el 1% del PIB del país-, exportando el 66% de sus productos y servicios, y generando 57.000 empleos.
Estas compañías no sólo trabajan para el ámbito de la Defensa, pero Tedae -presidida desde marzo por el diplomático, empresario y ex secretario de Estado de Seguridad, Ricardo Martí Fluxá- desglosa la participación de sus socios exclusivamente en el ámbito de la Defensa. Según sus datos, facturaron 4.946 millones, lo que supuso una bajada de un 13,8% respecto al año precedente, pero en línea con los datos de la última década. El 60% de estas ventas se produjeron fuera de nuestras fronteras; un 64% correspondieron al ámbito de la aeronáutica, un 19% al terrestre, un 16% al naval y un 1% al espacio. Alrededor del 11% del volumen de negocio se destinó al capítulo de I+D+i y la generación de empleo ascendió a 20.519 trabajadores.
Aesmide, por su parte, reúne a 67 empresas que proporcionan numerosos productos y servicios a la Defensa, en ocho ámbitos: equipamiento personal y vestuario; alimentación; infraestructuras, equipamientos e instalaciones; gestión, mantenimiento integral y servicios energéticos; logística de campaña; tecnología de la información y sistemas; y servicios especiales. Entre los socios de Aesmide, de todo tipo y condición, figuran firmas como Acciona, Banco Santander, Clece (filial de ACS), El Corte Inglés, Ferrovial, Hewlett Packard, Oracle, Ubago… Según los cálculos de la asociación, facturaron 408 millones en el ámbito de la Defensa, de los que 146 millones los obtuvieron en el extranjero -el 76% de los socios tiene presencia internacional-, generando 9.814 empleos directos.
Gran tracción económica
A este peso económico directo de las compañías del sector hay que añadir su capacidad de arrastre en el resto de la economía. Muchas de ellas son del ámbito industrial, alguna con miles de proveedores, que generan abundante riqueza en las zonas donde se ubican sus centros de producción y en el resto del tejido productivo. Con una cuenta gruesa, cada euro invertido en Defensa, renta dos y medio al conjunto de la economía.
Por ejemplo, el conglomerado europeo Airbus, con un 70% de la actividad en España enfocada hacia la Defensa, contribuyó al crecimiento del PIB con 5.200 millones, contrató productos y servicios a empresas locales por 1.600 millones... La empresa tiene nueve fábricas en Madrid, Castilla-La Mancha y Andalucía y es el cuarto inversor del país en I+D+i, con 492 millones.
Indra, por poner otro ejemplo, hizo pedidos por 1.281 millones a 7.314 proveedores, la mitad españoles, que recibieron el 73% del volumen de compras. La mitad de toda esta red de productos y servicios son del mercado de Defensa, ámbito en el que presta apoyo logístico integrado a las Fuerzas Armadas y demás fuerzas de seguridad, encargándose del mantenimiento de sus sistemas de información logística.
La empresa también es un claro exponente del uso civil de soluciones originalmente militares: es líder global en radares para la gestión de tráfico aéreo; sus sistemas de mando y control se aplican profusamente en la gestión de emergencias y de tráfico de todo tipo; está en la vanguardia de la ciberseguridad, la simulación de vehículos, la seguridad de aeropuertos…
Pero no es necesario acudir a los colosos del sector; no son raras las ingenierías y tecnológicas de tamaño mucho más modesto con productos y servicios de primer nivel. Por poner un último ejemplo, Tecnobit-Grupo Oesía, tiene líneas de negocio para las Fuerzas Armadas en optrónica, comunicaciones, visión inteligente, simulación… No por casualidad es propietaria del módulo de seguridad del sistema europeo de satélites Galileo.