Transportes y Turismo

El supuesto desplome del turismo en Ibiza tiene explicación y no es lo que parece

  • La primera quincena de julio hizo saltar las alarmas en el sector turístico
  • Los turistas no llegaban y los datos revelaron una caída de viajeros del 7,2% en el mes
  • Todo quedó en un susto: la Eurocopa y la desconcentración estacional explican la caída

Vicente Nieves, Carmen Delgado

Las primeras semanas de julio, Ibiza parecía una isla totalmente diferente a la de otros años. Los restaurantes, playas, discotecas y locales de ocio no presentaban la misma imagen que en veranos pasados. Aunque la situación no era crítica, la preocupación invadió a hosteleros y empresarios que se preguntaban por qué los turistas no estaban llegando a la isla, por qué no había colas en los restaurantes o por qué algunas terrazas cerca de las playas se encontraban con mesas vacías. Ahora, con la ventaja de la retrospectiva, este desplome del turismo tiene explicación y no es la que se creía, principalmente porque lo ocurrido durante esos días fue un espejismo provocado por factores excepciones (Eurocopa y JJOO) y porque Ibiza ha comenzado a vivir un fenómeno conocido como desconcentración estacional.

Hoy, con el beneficio que aporta tener los datos finales publicados por el Instituto de Estadística de Baleares (Ibestat), se puede decir que la situación no es mala. Los precios no han espantado a los turistas como se creía en un comienzo (la explicación que parecía más probable al principio). Aunque en julio se produjo un descenso del 7,2% en la llegada de turistas a Ibiza, el mes de agosto ha sido bueno, mejorando ligeramente el de 2023. En concreto, los datos de Ibestat, en colaboración con el INE, sostienen que un total de 676.524 turistas visitaron las Pitiusas en el mes de agosto, un 2,61% más que los 659.320 visitantes registrados en el mismo mes del año anterior. Pero esta cifra es ligeramente inferior al dato obtenido en 2022 (679.761 turistas), año en el que las fronteras ya comenzaron a abrirse tras la pandemia.

Por contra, en el mes de julio el comportamiento fue muy diferente, ya que la cifra de turistas alcanzó los 665.723 visitantes, lo que supuso un batacazo del 7,22% con respecto a los 717.527 turistas de 2023, pero ligeramente por encima de los 645.081 de 2022.

Llegada de turistas a las Islas Baleares

Con estos datos sobre la mesa, fuentes del sector confirman a elEconomista.es que septiembre también está en línea con otras temporadas. Entonces, ¿qué motivó la alarma en la isla a principios de julio? En el séptimo mes del año se produjo una suerte de 'tormenta perfecta' que provocó un notable descenso de la llegada de viajeros en la primera quincena. Eventos deportivos como la Eurocopa, la desconcentración estacional del turismo, el mal tiempo o el estancamiento económico en países clave para Ibiza como Alemania, están detrás del mal inicio de la temporada alta, una especie de pesadilla de corta duración que fue suficiente para meter el miedo en el cuerpo a todo el sector del turismo, al menos, por unos días.

La Eurocopa y los JJOO

Miquel Tur Costa, presidente de la Asociación de Bares, Restaurantes y Cafeterías de Ibiza y Formentera (Pimeef Restauración), explica en declaraciones a elEconomista.es que "el comienzo de la temporada este año fue más flojo de lo habitual por varios factores que se han sumado, como pueden ser los Juegos Olímpicos, la Eurocopa y una situación económica compleja en los países que son nuestros principales emisores de turistas. Toda esta amalgama de situaciones provocó un inicio de temporada más floja que se comenzó a recuperar en la segunda mitad de julio".

En el caso de la Eurocopa, se produjeron dos sucesos que pudieron influir en la llegada de turistas a Ibiza. Por un lado, la fecha y el lugar de la celebración: el evento comenzó a mediados de junio y acabó a mediados de julio en Alemania. Por otro, se puede añadir el desarrollo del torneo en sí, ya que selecciones como Francia, Inglaterra o la propia Alemania llegaron al menos a las rondas eliminatorias. Todos esos países son grandes emisores de turistas y los datos de Ibestat de julio para todas las Islas Baleares reflejan una caída considerable de visitantes procedentes de Reino Unido, -10,08%, y de Italia, -11,02%. Aunque hay que decir que el total de alemanes creció un 12,33%. No obstante, esta cifra podría haber sido incluso mejor sin la celebración del torneo de fútbol.

Por otro lado, los datos muestran que los turistas han seguido llegando a Ibiza de forma intensa (pese a la caída del 7,22% en julio), pero ahora lo hacen de una forma más escalonada y prolongada en el tiempo. Los viajeros empiezan a llegar antes y siguen llegando mucho después. Aunque julio y agosto siguen siendo esos dos grandes picos, junio, septiembre u octubre empiezan a ganar relevancia, generando una suavización de los influjos de turistas, que tiene impactos muy positivos para la economía de la isla, al mismo tiempo que se reduce la masificación. De hecho, los datos contrastan esta tesis, puesto que a pesar del acusado desplome de turistas de julio, entre enero y agosto han visitado la isla un total de 2.755.921 turistas, un ligero 0,24% más que los 2.749.322 visitantes registrados en el mismo periodo de 2023.

Y para el cuarto trimestre se esperan también buenos datos para el conjunto de las Islas Baleares, que vienen de la mano de un previsto alargamiento de la temporada de verano en los meses de otoño. Según indica el Informe de Perspectivas Turísticas de Exceltur, la conectividad aérea con el archipiélago en octubre se sitúa un 5,6% por encima de la de octubre de 2023.

La desconcentración estacional

En este sentido, Tur comenta que "en agosto y septiembre se está viendo una recuperación de la actividad, los números no son tan buenos como el año pasado, pero se asemejan (para la hostelería) y se ha podido recuperar el bache de principio de temporada… estamos viendo un estiramiento de la temporada, se está alargando el principio y el final de la misma, seguimos teniendo un pico en julio y agosto, mientras que el final del verano, en lugar de tener un bajón, vemos una caída muy gradual. Esto es muy positivo porque las plantillas de las empresas tienen mayor estabilidad, se puede organizar mejor la temporada y genera empleo de mayor calidad", explica este experto.

Los datos completos de junio, julio y agosto de 2023 arrojan que llegaron a Ibiza y Formentera 1.928.318 turistas. En el mismo periodo de este año la llegada ha sido de 1.931.376. Este verano (sin contar septiembre porque no hay datos todavía) han llegado más turistas a Ibiza y Formentera, la diferencia es que su distribución ha sido más igualitaria, sin picos tan grandes como en el pasado. Pese a todo, Tur cree que se puede producir un pequeño ajuste en términos de gasto por la compleja situación económica de los países más potentes de Europa, aunque las cifras no terminan de reflejar esto. Si bien es cierto que en julio el gasto medio por día y turista se redujo un 5,57% interanual, apoyando la teoría de la caída del turismo en la isla, en agosto el gasto se incrementó un 2,1%, amortiguando en parte el descenso del mes anterior.

Fuentes del sector turístico con las que ha contactado elEconomista.es señalan también a la desconcentración estacional como un factor clave para explicar el mal mes de julio. Estos expertos comentan que sus clientes son cada vez más personas interesadas en disfrutar de los paisajes de la isla y de otras actividades de ocio que no guardan relación con la industria de la noche y la fiesta. Para visitar una bonita cala o un pueblo blanco, el mes de septiembre u octubre resulta más atractivo, puesto que existe una menor masificación, las temperaturas son más suaves y los precios son más bajos.

Tur cree que, aunque los niveles de precios han subido, Ibiza y las Baleares no pueden ni deben intentar competir por precios, la 'liga' de las islas Pitiusas es la de la calidad. El presidente de Pimeef Restauración explica que "nuestras islas, por una cuestión estructural, nunca van a poder ser un destino barato, porque el mercado inmobiliario en Baleares tiene un precio alto, con demanda fuerte y a todo esto se le suma el coste de la insularidad. Por lo que nosotros tenemos que ser un destino de mucha calidad en todos los sentidos, tanto infraestructuras, como servicios o el servicio de la hostelería y el turismo. No podemos competir por precios".

Medidas contra la masificación

La desconcentración estacional también puede encontrar una explicación en la cada vez más imperiosa necesidad que tiene el turista de huir de la masificación de las islas en los meses de verano. Una circunstancia sobre la que el Govern balear prometió actuar en 2025 de cara a la próxima temporada estival. En concreto, según anunció la presidenta Marga Prohens durante su discurso en el Debate de Política General, en febrero se desvelará una batería de medidas para poner coto al turismo descontrolado. ¿El motivo? El malestar de la ciudadanía por las externalidades del turismo es cada vez más unánime y transversal y las manifestaciones masivas de los últimos meses han sido prueba de ello. "No nos podemos poner de perfil", destacó la presidenta.

En este sentido, Miquel Tur Costa considera que la masificación turística no es buena para nadie, ni para el residente, que ve el sector como un problema para su día a día en vez de una oportunidad económica para su territorio, ni tampoco para el visitante en sí si se quiere ofrecer un turismo de calidad. "A partir de aquí, tenemos que ver qué cosas podemos eliminar de la ecuación para poder seguir recibiendo un flujo de turistas que nos permita mantener nuestra economía y a la vez seguir ofreciendo calidad" razona el presidente de Pimeef, que considera como un punto clave la eliminación de toda la oferta ilegal que actualmente hay en las islas. "Es una opinión mía, pero si eliminamos esa oferta ilegal se podría reducir significativamente el impacto negativo de la masificación", agrega.

Por el momento se desconocen las medidas que serán anunciadas en cuatro meses, pero Tur considera que estas iniciativas deben ir encaminadas a construir un crecimiento económico sostenible de las islas. "El crecimiento desmesurado es pan para hoy y hambre para mañana y de ahí que tengamos este problema de masificación" asegura. "En un territorio como el nuestro, tan limitado, entiendo que el Govern pondrá en marcha medidas para que el crecimiento sea sostenible a largo plazo" sentencia.