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Historia del SMS, el mensaje corto que revolucionó la comunicación y acabó enterrado por WhatsApp y el iPhone

  • En la década de los 2.000 se convirtieron en el producto más rentable para las teleoperadoras
  • El primer mensaje se envió en 1992, y era un escueto 'Feliz Navidad' recibido por un directivo de Vodafone
  • Los teléfonos inteligentes y las aplicaciones de mensajería dejaron desfasados a los mensajes cortos

Javier Calvo, Ángela Poves, Remo Vicario
Madrid,

Los SMS son un método de comunicación que nació en 1992, aunque alcanzó su auge en los primeros años de este siglo. Sin embargo, es un campo que ha evolucionado tan rápido y en el que han aparecido tantas alternativas, que esta tecnología, en su día predominante, hoy se siente casi prehistórica.

Aunque ya se llevaba trabajando en esta forma de comunicación desde la década de los 80, el primer SMS, acrónimo de servicio de mensajes cortos, fue enviado por el ingeniero británico Neil Papworth, en 1992. Trabajaba como arquitecto de software de Sema Group, una compañía que colaboraba con Vodafone. Y el 3 de diciembre de ese año, desde su ordenador, envió ese primer mensaje corto de la historia.

Fue muy escueto: "Feliz Navidad", ponía aquel texto, enviado al teléfono Orbitel 901 de Richard Jarvis, directivo de Vodafone, que en aquel momento estaba asistiendo a la cena de Navidad de la empresa. Papworth, que tenía solo 22 años, utilizó la red de Estados Unidos para enviar desde un ordenador aquel mensaje.

No sería hasta un año después cuando salió al mercado el primer teléfono móvil que permitía enviar SMS. A pesar de contar con una pantalla de pequeño tamaño, fue un hito en la historia de la comunicación. También en aquel 1993, Nokia introdujo en sus teléfonos un sonido distintivo para señalar los mensajes entrantes, que permitiera diferenciarlos de las llamadas.

El primer SMS de la historia.

La tecnología detrás de los SMS siguió puliéndose durante los siguientes años. Uno de los principales retos que tuvieron que sortear es que al principio solo podían enviarse entre móviles del mismo operador de telefonía. Fue en 1999 cuando el estándar GSM permitió utilizar redes distintas, permitiendo la interconectividad.

Y este movimiento, junto con la popularización de los teléfonos móviles, cada vez más comunes y accesibles, impulsó definitivamente esta forma de comunicación, hasta convertirla en hegemónica en la década de los 2000. Ninguna de las personas que trabajaron en todo el proceso llegaron a imaginar que podía ser tan importante.

Tanto que llegó incluso a crear un nuevo lenguaje, que usaba abreviaturas, emoticonos y otras fórmulas recortadas, para adaptarlo al espacio disponible. Y es que, primero por limitaciones técnicas, y después por el modelo de negocio de las operadoras, estuvo limitado a 160 caracteres.

Impacto económico

Una forma de comunicación tan importante también tuvo, por supuesto, un impacto económico a muchos niveles. Primero, para los usuarios, que tenían a su alcance un sistema de comunicación eficiente, que en muchos casos permitía ahorrarse una llamada, mucho más cara que un SMS, que costaba unos 15 céntimos.

Para los operadores de telecomunicaciones también fue una revolución, porque a pesar de que eran baratos, sus costes eran casi inexistentes para las compañías, así que eran muy rentables. Eran el mejor producto que tenían estas empresas.

Mientras que, alrededor, fueron surgiendo negocios que se beneficiaban de los SMS. Un ejemplo son las compañías que empezaron a vender tonos y melodías para los teléfonos, para los usuarios que querían no se conformaban con el clásico Nokia Tune. El éxito fue tan grande que estas compañías copaban los anuncios de televisión de la época. Llegaron a generar ingresos por valor de 700 millones de euros al año en la Unión Europea, y en su momento álgido representaban hasta el 40% de los ingresos digitales de la música.

Precisamente, otras que se aprovecharon económicamente de los SMS fueron las televisiones, que lograron una importantísima fuente de ingresos gracias a su uso para votar en los programas de más éxito del momento, como Gran Hermano en España o American Idol en Estados Unidos.

Auge y caída

El año 2007 fue el más importante para los SMS, con un récord de 13.425 millones de mensajes enviados. Las operadoras ingresaron casi 2.000 millones de euros con ellos. Pero a finales de esa década de los 2000, aparecen dos nuevas tecnologías que arrasan con estos mensajes: el iPhone, dando lugar a una nueva generación de teléfonos inteligentes; y WhatsApp, junto con el resto de aplicaciones de mensajería instantánea. La forma de comunicación entraba en una nueva era.

La nueva generación de teléfonos, que permitían estar conectados a internet, junto con estas nuevas aplicaciones, cuya principal ventaja era que permitían mandar mensajes de forma gratuita, supusieron el inicio del declive para el SMS. Nunca recuperarían el esplendor de la década de los 2000.

Marketing, seguridad y estafas

Pero eso no quiere decir que hayan desaparecido. Simplemente, se reinventaron. Siguen siendo un canal de comunicación muy importante, que ofrece algunas ventajas respecto al resto de opciones a nivel de seguridad, privacidad y nivel de atención.

Por ejemplo, se ha convertido en un canal fundamental para las estrategias de marketing de las empresas, sobre todo desde el auge del comercio electrónico, como forma para dar a conocer ofertas, promociones o llegar a un mayor número de clientes.

Pero hoy puede que su función más destacada sea la de la verificación de seguridad, por ejemplo, para autentificar la identidad de un usuario. Algo que utilizan tanto plataformas de ocio o de compras, pero sobre todo servicios de más riesgo como bancos, aseguradoras o organismos oficiales.

Un SMS que pone 'OK boomer'. | Imagen: Dreamstime

Por desgracia, y como pasa con todo producto hegemónico, también tiene un lado negativo. Y en el caso de los SMS, sobre todo ahora, lo peor es lo relacionado con las estafas. Más de la mitad de los españoles aseguran haber recibido algún intento de timo por esta vía. Habitualmente se trata de un mensaje que incluye un enlace fraudulento, que puede causar numerosos daños a la víctima si cae en el engaño.

No está muy claro cuál es el futuro de los SMS, ante lo rápido que avanza la tecnología y las alternativas que aparecen constantemente. De momento, mantendrán su vigencia mientras sigan jugando un papel importante, por ejemplo, para enviar alertas de seguridad por parte de las autoridades, ya sea en casos de olas de calor o frío, catástrofes o situaciones extremas.