La catástrofe del aceite de oliva: precios de récord por la caída de producción
- La cosecha andaluza, la principal en España, se hunde casi un 50%
- Los precios para el consumidor final ya están disparados por la inflación
elEconomista.es
Madrid,
La situación es especialmente dramática en Jaén, la provincia que acumula casi un tercio de la producción, donde la caída alcanzará el 60% respecto a la anterior campaña. Pero ninguna provincia de la región se libra.
A falta de conocer el aforo del resto de regiones productoras, en las que las previsiones tampoco son buenas, la campaña se prevé, por lo tanto, corta y escasa.
El sector acusa las adversas condiciones meteorológicas, sobre todo la sequía y las olas de calor
La clave para esta caída está en la difícil situación meteorológica vivida este año. Las altas temperaturas y la sequía, que ha limitado la disponibilidad de agua para el regadío, han marcado la campaña. La situación es tan mala que muchos agricultores hasta se están planteando no recoger el escaso fruto de los olivos, si las lluvias no llegan en los próximos meses a salvar la cosecha.
¿En qué se va a traducir la caída de la producción? En una importante subida de precios. Una semana después de la publicación del aforo el precio del aceite de oliva ya había subido más de un 6%. El precio en origen, ahora mismo ya supera los 5 euros el kilo en el caso del virgen extra. Y los expertos del sector prevén que van a alcanzarse niveles récord esta campaña.
Una escalada de precios, inevitable, que también va a repercutir en los precios para el consumidor final. El lineal está marcado ya por precios muy elevados, más de un 50% por encima de los registrados en enero, fruto de la elevada inflación y los efectos de la guerra en Ucrania, que han disparado la demanda de aceites vegetales alternativos al de girasol. En ese contexto, las previsiones son muy pesimistas.
Precios de récord
Los expertos de la industria oleica prevén una subida de precios adicional que ya se va a notar en noviembre. Y se mantendrán elevados, e incluso con nuevas subidas, durante meses.
La pelota está ahora en el tejado de los consumidores. Su actitud marcará cuál es el límite que alcanzan los precios, que pueden ser de récord. Dependerá de si mantienen la demanda del preciado oro líquido, o si apuestan masivamente por alternativas más baratas, como puede ser incluso la mantequilla, tan habitual, precisamente, en los países a los que España exporta el aceite de oliva.