Opinión

Sánchez: aprobado 'a lo Celaá'

  • Pese a su triunfalismo, el Gobierno suspende en Sanidad y Economía
  • España es el pais con mayor número de muertes debidas al Covid-19
El balance de fin de año de Pedro Sánchez es discutible por su triunfalismo.

José María Triper

¿Se imaginan poder ir a un examen pudiendo elegir un tribunal de amigos y a los que se les apuntan los temas a tratar y las calificaciones a poner? Pues, mas o menos, eso es lo que ha hecho el presidente del Gobierno, con ese supuesto estudio encargado a unos supuestos expertos sobre el cumplimiento de su programa de Gobierno. Un estudio preparado por Moncloa en el que el propio examinado se adjudica un sobresaliente anunciando que ha cumplido ya el 23,4% de sus 1.238 compromisos y con el que Pedro Sánchez se convierte así en el primer aprobado atendiendo a los criterios de la nueva Ley Celaá de Educación, es decir con suspenso en casi todas las asignaturas.

Porque a los ojos y la razón de la una mayoría de ciudadanos y de la totalidad de las organizaciones internacionales, el Gobierno socialcomunista Sánchez suspende con cero zapatero en casi todas las asignaturas de su doctorado, especialmente en las materias de Sanidad y Economía donde los datos, que no engañan, muestran que España es hoy el país de Europa con mayor número de muertos por habitante a causa del Covid y el que tiene los peores resultados económicos.

Así, mientras el PIB del G-20 crecía un 8,1% en el tercer trimestre de este año y el del conjunto de los países de la OCDE lo hacía un 9,1%, el de España subió un 16,7%, menos de lo estimado inicialmente. Un comportamiento que contrasta también con el crecimiento de los países más próximos de nuestro entorno como Francia e Italia que para el mismo periodo registraban subidas del 18,7 y del 15,9%, respectivamente.

El déficit del conjunto de las Administraciones, excluyendo a las entidades locales, alcanzó 78.952 millones de euros hasta octubre, equivalentes al 7,14% del PIB, tasa casi cinco veces y media superior a la registrada un año antes. Mientras que nuestra deuda pública, con datos de la AIReF, alcanza los 1,3 billones con un aumento de la ratio de deuda sobre PIB de 18,6 puntos respecto al cierre del año pasado, situándola en el 114,1%, su valor máximo de los últimos cien años.

Espada de Damocles de los Ertes

Y si hablamos del desempleo, España tiene hoy más de cinco millones de parados, sumando a los cuatro millones registrados los autónomos que se encuentran en cese de actividad por cierre de negocio. Casi dos millones de inactivos más que los que había al inicio de la era Sánchez. Y con la espada de Damocles de los casi 800.000 trabajadores en los Ertes, que caducan en febrero, y de los que más de la mitad no volverán a sus puestos de trabajo. Al tiempo que el Banco de España constata que un 10% de las empresas españolas se encuentran ya en riesgo de liquidación y no pasarán de 2021.

Pero esto no lo dice el estudio de Sánchez. Como tampoco se acuerda de que ha falsificado las cifras de fallecidos por el Covid, reconociendo ya más de 50.000, pese a que el INE eleva esa trágica cifra por encima de los 70.000. Tampoco habla del desastre en las compras los tests, de las mentiras sobre el comité de expertos, o de su dejación de funciones cediendo la gestión de la pandemia a las comunidades autónomas a pesar de pedir una prórroga del estado de alarma hasta mayo, o de las colas del hambre que no se veían en España desde la posguerra.

Idéntico silencio se guarda sobre la deriva totalitaria de un Ejecutivo que se ha acostumbrado a gobernar por decreto, cercenando las libertades individuales y el Estado de Derecho con sus intentos para limitar la independencia de los jueces y de los medios de comunicación.

Por no hablar de la errática política exterior, alineándonos con la Venezuela de Maduro y las dictaduras latinoamericanas, mientras nuestros socios europeos y el resto de aliados occidentales ni se fían de Sánchez y los suyos ni les consideran, como muestra nuestra irrelevancia en las negociaciones para el Brexit y el bochornoso episodio del acuerdo entre Marruecos y EEUU sobre el Sahara, del que nuestro gobierno se enteró por los periódicos, y que ha alimentado ya las reivindicaciones de Rabat sobre Ceuta y Melilla.

Y en cuanto al porcentaje de cumplimiento sólo decir que lo importante no es la cantidad sino la calidad. Y lo hecho hasta ahora ni se ha hecho bien, ni ha respondido a los intereses reales de los ciudadanos. La citada Ley Celaá, la eutanasia, los ataques a la Monarquía o los movimientos para indultar a los condenados por el intento de golpe de Estado en Cataluña son los claros ejemplos de lo que ocupa y preocupa a este Gobierno y no la salud, las libertades, la economía y el trabajo de los españoles.