Bolsa, mercados y cotizaciones
La tensión entre EEUU e Irán sigue subiendo: ¿qué pasaría en la bolsa si estalla una nueva guerra en Oriente Medio?
elEconomista.es
La tensión sigue subiendo en los mercados entre dimes, diretes y bavuconadas varias que vuelan de Washington a Teherán y que emponzoñan la siempre caliente zona del Golfo Pérsico. Con el petróleo pisando el acelerador de las subidas, que han sido de casi el 9% semanal, y con el oro lanzando claras señales de alerta tras rebasar los 1.400 dólares por onza, muchos empiezan a preguntarse qué puede pasar con los mercados de renta variable si acaba estallando un nuevo conflicto bélico. Arde de nuevo el Golfo Pérsico..
Porque a nadie se le escapa que Wall Street cotiza prácticamente en máximos históricos y que los riesgos de una recesión comienzan a asomar en el horizonte. Y además no hay que olvidar que a la pérdida de momento económico a ambos lados del Atlántico, lo que obligará a actuar de nuevo a los bancos centrales, se le suma la archiconocida guerra comercial que mantienen EEUU y China.
Así las cosas, y teniendo en cuenta que nadie tiene una bola de cristal, no queda más remedio que acudir a lo que hicieron las bolsas en el pasado cuando estallaron otras guerras. Y hacerlo teniendo muy en cuenta que los ingredientes y aliños económicos de cada una eran bien diferentes pero que siempre tuvieron un denominador común: ventas en renta variable, incremento de la volatilidad y compras de activos refugio, como el oro y la renta fija.
Según la estadística, ante una situación del estilo no hacer nada es casi siempre la mejor estrategia de inversión. "Vender bolsa en un contexto de pánico es una mala idea", señalaba el equipo de analistas de Ned Davis Research, que ha estudiado la reacción del S&P 500 tras 51 eventos de este tipo desde comienzos del pasado siglo y ha llegado a la conclusión de que, "pasado el tiempo, las ganancias se imponen en las bolsas".
Algunas guerras y crisis del pasado
"Cada evento es diferente, y nadie sabe con certeza las consecuencias de una crisis. Dicho esto, al mirar hacia atrás y al analizar los conflictos militares de las últimas décadas, podemos ver que el mercado, en general, se ha encogido de hombros, recuperando los descensos en días o semanas", apunta desde LPL Research.
Si se estudia el impacto de cinco de las grandes crisis geopolíticas del último siglo en las que EEUU ha estado directamente implicada se llega a la misma conclusión.
El 7 de diciembre de 1941, el ataque de Japón a la base norteamericana de Pearl Harbor, que se cobró 2.500 vidas y llevó a Estados Unidos a entrar en la Segunda Guerra Mundial, desató el pánico en Wall Street, donde el S&P 500 se desplomó casi un 7% en tres sesiones. Sin embargo, aunque las caídas habían profundizado más de un 17% 100 días después, al cabo de un año ya se habían esfumado las pérdidas.
El asesinato de John F. Kennedy, en plena crisis de los misiles, ni siquiera tuvo consecuencias en el mercado. Tras tres jornadas, el índice de referencia subía ya casi un 1% y, 365 días más tarde, un 20%. Una reacción similar a la vista tras la invasión de Irak en 2003.
Por el contrario, el origen de la primera guerra del Golfo se digirió bastante peor. El ataque del país que presidía entonces Sadam Hussein a Kuwait, el 2 de agosto de 1990, llevó al S&P 500 a ceder casi un 6% en tres sesiones. Eso sí, al año, las ganancias volvían a imponerse, y es significativo que el comienzo del conflicto bélico en 1991 se celebró con una subida del 3,73%.
El atentado terrorista en las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, es el único evento geopolítico en que un año no fue suficiente para que el selectivo se recuperara -caía un 16,76%-, aunque, también es cierto que coincidió con la burbuja de las puntocom, que había estallado meses antes.