Bolsa, mercados y cotizaciones

La Fed valora la 'operación twist' para estimular la economía de EEUU

  • Se trata de vender deuda a corto plazo y comprar a largo
Jerome Powell, presidente de la Fed.

Daniel Yebra, José Luis de Haro
Madrid / Nueva York.,

El interés que ofrece la deuda a muy corto plazo (a 1, 2, 3 y 6 meses y 1 año) de Estados Unidos supera o ha llegado a superar en los últimos días y por primera vez desde 2007 al de la referencia a 10 años (T-Note), lanzando una inequívoca señal de que el final de la actual fase de expansión del ciclo económico está cerca. Esta curva permanece empinada (en positivo) en condiciones normales: "Se pagan mejor los compromisos de mayor plazo que los de menos", observa Tomás García-Purriños, responsable de Multiactivos de Morabanc AM. El cambio de esta tendencia natural significa que los inversores ven con incertidumbre el futuro inmediato: desconfían de la inflación, de la marcha de la economía y anticipan una recesión.

Un pinchazo para el que la inversión de la curva de tipos de interés es una condición necesaria pero no suficiente –ver último párrafo– y que se fomenta "porque los bancos se vuelven reacios a conceder préstamos, ya que su financiación a corto plazo es más cara que la rentabilidad que pueden obtener prestando a largo", según incide Juan Ignacio Crespo, asesor del fondo Multiciclos Global de Renta 4.

"La inversión de la curva refleja la velocidad con la que los bancos centrales suben los tipos de interés de corto plazo, mientras que los de largo o no suben al mismo ritmo o incluso bajan", continúa el economista. Justamente este proceso se viene dando durante los últimos meses -ver gráfico- y se aceleró tras la última reunión de la Reserva Federal (Fed), cuando se confirmó el frenazo de la institución en el proceso de normalización del precio del dinero, hasta el punto de que ya cunde la visión de que lo próximo será una bajada para amortiguar el golpe que viene. La probabilidad de que la Fed acometa una reducción de los tipos oficiales supera el 52% en septiembre de este mismo año y roza el 75% en enero de 2020, según el modelo predictivo de Bloomberg.

La probabilidad de que la Fed acometa una reducción de los tipos oficiales supera el 52% en septiembre de este mismo año

Desde el propio banco central, su máximo representante en Filadelfia, Patrick Harker, señaló este martes que se pretende reducir la duración de los bonos que tiene en su balance general, con la intención de generar margen de maniobra si tuviera que echar mano de una herramienta de estímulo. En particular, hizo referencia a la operación twist que ya realizó la Fed en 2011, cuando vendió deuda a corto plazo para comprar bonos a largo, en un intento de reducir las tasas de interés. Eric Rosengren, su homólogo en la Fed de Boston, secundó también este martes esta opción.

Ante estas expectativas, el mercado no puede evitar que cada nuevo signo de debilidad eleve la volatilidad y provoque caídas en las bolsas y mayor demanda de bonos en busca de refugio. Avisos tan relevantes como que la deuda que ofrece rentabilidad negativa supere los 10 billones de dólares, máximo desde septiembre de 2017, con el añadido simbólico que supone que se vuelva a pagar por refugiarse en el bono de Alemania a 10 años, lo que no ocurría desde octubre de 2016. O que el interés del T-Note se hundiera este lunes por debajo del 2,4%, lo que no se daba desde 2017.

Un movimiento concreto que ha llevado a algunas firmas de inversión a corregir sus previsiones para el bono norteamericano, como es el caso de Morgan Stanley, que ha reducido su objetivo para el cierre de 2019 hasta el 2,35%, desde el 2,45 previo. Capital Economics lo ha hecho hasta el 2,25%. Mientras, Goldman Sachs lo conserva en el 3%, pero para 2020 lo lleva al 2,85%. Por su parte, Bank of America Merrill Lynch lo mantiene en el 2,69%.

"El riesgo de recesión en 2020 es más alto, pero es raro que ocurra en un año electoral"

"Aún no esperamos una recesión en Estados Unidos en 2019, porque confiamos en una estabilización de los datos desde esta primavera: el crecimiento sigue siendo sólido, la liquidez amplia y la confianza del consumidor alta", explica Esty Dwek, estratega de Natixis IM, quien admite que "el riesgo de recesión en 2020 es más alto", pero apunta que "es raro ver una en un año electoral". "Una curva invertida no significa que vendrá una recesión inmediatamente ni que los mercados vayan a desplomarse al instante, pero, y aunque siempre cabe el esta vez puede ser diferente, la realidad es que históricamente ha sido un indicador de que vienen problemas", concluye Tomás García-Purriños, de Morabanc AM.

Un desplome de las bolsas es improbable

Después de una inversión de la curva de tipos nunca se ha producido un desplome inmediato de las bolsas, ni es probable que la recesión llegue sin que también entre antes en negativo el diferencial entre el bono a 2 años y el T-Note, que actualmente ni siquiera se encuentra en mínimos de los últimos meses, ya que se sitúa en 0,15 puntos y llegó a caer hasta los 0,10 enteros en diciembre de 2018. Por tanto, la misma curva justifica que la mayoría de expertos descarte el Apocalipsis. Y apoya la estadística de que el S&P 500 ha dejado ganancias medias del 13% desde que, históricamente, se ha invertido hasta que se confirmó la recesión, según LPL Research.