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¿Por qué Wall Street se niega a corregir? Ningún ataque bajista puede con este mercado de teflón


    Carlos Serrano Ortega, Bloomberg

    Wall Street continúa imperturbable navegando zona de máximos. El Dow Jones tiene entre ceja y ceja los 20.000 puntos y nada ni nadie parece ser capaz de detenerlo. Los parqués norteamericanos desafían las advertencias de muerte inminente en pos de nuevos récords históricos. La llegada de Donald Trump, las futuras e inciertas elecciones en Europa, la inflación, las políticas menos acomodaticias de la Reserva Federal (Fed)... Ningún estímulo externo parece afectarles; ningún oso está siendo capaz de arañar la capa de teflón con la que se ha cubierto el mercado estadounidense.

    En los últimos meses los mercados no solo han escalado el muro de preocupación cimentado sobre los riesgos geopolíticos inherentes al fin de décadas de rally alcista en los bonos, sino que lo han saltado sin esfuerzo alguno.

    Los valores americanos continúan su asalto constante a máximos sin importar el desgaste, mientras que la deuda corporativa también ha subido. Además, la semana pasada volvieron las compras a los fondos sensibles a los tipos de interés, yendo contra las proyecciones que auguraban un gran giro hacia la renta variable.

    De hecho, los 100 puntos básicos acumulados por el bono americano a 10 años en los últimos tres meses no son una señal que atisbe una rotación de activos desde la renta fija. Al menos eso considera David J. Kostin, estratega jefe de Goldman Sachs, que en un informe intenta desmitificar las "falsas noticias" sobre la posible espantada de muchos inversores del mercado de bonos.

    "Nos encontramos ante el increíble mercado de teflón", explica el estratega jefe de crédito de Citigroup, Matt King, que añade que, "da igual lo que lances contra el, nada se queda pegado", según las declaraciones recogidas por Bloomberg.

    Por ahora, los mercados apuestan ciegamente a que la mejora de las proyecciones de la economía de EEUU y las ganancias corporativas serán capaces de compensar el impacto negativo del aumento de las rentabilidades de los bonos del Tesoro. Rendimientos impulsados hasta ahora por la expectativa de la futura relajación de la política fiscal promulgada por Donald Trump.

    "En los últimos años, siempre que el mercado se ha tambaleado, golpeado por una amenaza de la economía, hemos recogido beneficios y cerrado posiciones", apunta King, quien se pregunta entonces, por qué ahora los mercados siguen de fiesta cuando la bofetada ya se está viendo venir.