Bolsa, mercados y cotizaciones
Taleb, Roubini, Summers, Dimon o Dalio... los gurús de la economía y los mercados ven muy negro el 'cisne Trump'
- Una mayor corrección de los mercados parece casi asegurada
- La gran duda es cuánto puede afectar esta caída a la economía real
- Algunos expertos alertan de un posible colapso de la economía global
Mario Becedas, Vicente Nieves
Con la primera gran salva de la guerra comercial, las bolsas se han desplomado, la confianza de los agentes se ha hundido (buscan refugio), el petróleo cae un 17% en pocas sesiones y el mundo parece que está a punto de caer por el abismo. Aunque nada de esto es nuevo (ya pasó con el covid), siempre asusta. En cosa de una semana, la situación económica y financiera ha dado un giro de 180 grados, un giro que parece conducir de forma directa al 'infierno'. Con este complejo contexto, los grandes expertos, los gurús que son reconocidos para anticipar recesiones y crisis (otras muchas veces fallan, todo hay que decirlo), parecen coincidir esta vez en que todavía no se ha visto el suelo a las caídas de los mercados y que, quizá, lo peor está todavía por llegar para la economía de EEUU... y para la economía global. Académicos, economistas, antiguos asesores del gobierno, mediáticos inversores y grandes directivos se 'mojan'. Nouriel Roubini, Nassim Taleb, Larry Summers, Bill Gross, Anatole Kaletsky o Jamie Dimon han realizado ya los primeros análisis de la situación actual. Si esta vez se equivocan, todo el mundo, seguro que ellos también, respirarían aliviados. De momento, el cisne negro (teoría enunciada por Taleb) sigue viéndose muy oscuro.
Por empezar precisamente por el 'padre' de los cisnes negros (y el Trump más belicoso en política comercial lo está siendo), el matemático egipcio Nassim Nicholas Taleb ha saltado a la piscina lanzando una crítica afilada y profundamente contextualizada sobre la nueva oleada de aranceles impuesta por Donald Trump. En un post de la red social X publicado este lunes, Taleb desmonta uno de los argumentos más repetidos por los defensores del proteccionismo: que los aranceles forzarán a las industrias locales a adaptarse y producir lo que antes se importaba. Taleb replica que eso solo sería posible si los actores económicos creyeran que esos aranceles van a durar en el tiempo. "El problema es que todo el mundo con dos dedos de frente (incluso en la derecha tradicional) ya se ha dado cuenta de que Trump está algo trastornado, es errático, y estas medidas probablemente serán transitorias", afirma. Y remata: "Podría ser apartado del cargo; la probabilidad de muerte en cuatro años de alguien de 78 años con problemas de aptitud física supera el 20%. Se aplica un fuerte descuento".
Lo que Taleb está señalando con claridad es que la incertidumbre política, en este caso, asociada directamente a la figura de Trump, impide que el tejido productivo reaccione como los libros de teoría económica suponen. Reconstruir cadenas de valor locales requiere inversiones enormes, horizontes de largo plazo y cierta estabilidad en las reglas del juego. Pero el actual entorno no ofrece nada de eso. "Las grandes inversiones requieren más de cinco años, más que un ciclo político, y al principio implican incluso más importaciones", recuerda Taleb. Si las empresas sospechan que los aranceles se revertirán con el próximo cambio de administración, no tendrán ningún incentivo para asumir compromisos de capital arriesgados y costosos.
En diferentes publicaciones en X, Taleb arremete contra los principales asesores de Trump en materia comercial. "Sólo pasé unos años en finanzas internacionales, pero tengo la certeza de que es Howard Lutnick (el secretario de Comercio) quien no entiende cómo funcionan las transacciones entre países.En el fondo, no es una suma cero: todas las partes se benefician del comercio, a menos que el America First (América primero) signifique America Poorer (América más pobre)". El matemático también dispara contra Peter Navarro, el asesor al que se atribuyen esta última ronda de aranceles y que estos días ha menospreciado al CEO de Tesla, Elon Musk, por pedir un pacto de libre comercio entre EEUU y la UE: "Peter Navarro podría considerarse, en el mejor de los casos, un economista de tercera o cuarta categoría, según sus propios criterios profesionales".
Siguiendo con los renombrados académicos, el famoso economista Nouriel Roubini, uno de los pocos que predijo la gran crisis financiera (también ha vaticinado el riesgo que suponía Trump) y que por ello se ganó el apodo de Doctor Doom (Doctor Catástrofe), ha vaticinado que la actual corrección del mercado de valores puede profundizarse antes de que el sentimiento de los inversores se estabilice a medida que el presidente de EEUU reduzca su embestida.
Roubini ve al mercado corrigiendo
El director ejecutivo de Roubini Macro Associates, que trabajó como economista en la Casa Blanca durante la administración Clinton, ha dicho que "la corrección puede ser ligeramente mayor, dada la incertidumbre". "Incluso si en las próximas semanas parece que vamos a empezar las negociaciones, y se produce una desescalada, creo que el mercado corregirá un poco más hasta tocar fondo".
El experto constata que, a diferencia de lo ocurrido en el primer mandato de Trump, el presidente está ahora menos centrado en la renta variable, lo que le da tiempo a aguantar antes de cambiar de rumbo: "Le importa más el mercado de bonos y el dólar. La mayor parte del mercado de valores es propiedad del 10% de la población. Así que una corrección del mercado de valores no le importa, mientras que un menor rendimiento de los bonos es bueno para su base electoral, que tiene hipotecas, préstamos estudiantiles, préstamos para automóviles tarjetas de crédito, préstamos personales".
El escenario base para Roubini es que Trump finalmente moderará sus aranceles y los reducirá a la mitad, dejando a EEUU con un crecimiento económico de entre el 1% y el 1,5% este año, en cuyo caso la Reserva Federal mantendría los tipos de interés sin cambios. "Si es Trump racional, va a desescalar", ha subrayado Roubini. "El presidente asegura que, a menos que alguien me haga una oferta 'fenomenal', no va a ceder, pero tiene que decirlo porque si afirma que va a negociar y desescalar, perderá su influencia", agrega.
El Doctor Doom tiene claro que el coste político de que Trump siga con su actual plan de aranceles es tal que esto le hará cambiar de enfoque a su debido tiempo: "Si él presiona demasiado alto, conseguirá una recesión este año, si consigue una recesión este año, perderá las elecciones de mitad de mandato, si pierde esos comicios, entonces su plan Make America Great Again (MAGA) va a ser destruido. Así que si tiene algo de cerebro en su cabeza, sabrá que tiene que desescalar".
Pese a estas turbulencias, Roubini mantiene una visión optimista a medio plazo, anticipando que la tecnología y la inteligencia artificial impulsarán ganancias de productividad que seguirán espoleando un crecimiento económico más fuerte. "Mickey Mouse podría estar en el poder en EEUU y el país tendría un crecimiento del 4% a finales de esta década y mayor en la siguiente", defiende. "Pasaremos de un crecimiento del 2% al 4%, quizá al 6%, en 2040. Eso es de primer orden comparado con cualquier otra cosa. Ni Trump ni la mala política pueden fastidiar la innovación tecnológica", sentencia.
Habla todo un exsecretario del Tesoro
Otro de estos ilustres es Lawrence Summers, exsecretario del Tesoro de Estados Unidos, profesor en Harvard y uno de los economistas más influyentes de las últimas décadas. En una entrevista con Bloomberg TV publicada este domingo, Summers alertó de que "una caída de esta magnitud señala que probablemente hay problemas por delante". Lo que ocurrió en los mercados el jueves y el viernes (una corrección del 10,5% en el S&P 500 en solo dos días) no es algo que se vea con frecuencia. De hecho, como él mismo recordó, "es el cuarto mayor movimiento en dos días desde la Segunda Guerra Mundial". Los tres anteriores fueron momentos de pánico que precedieron a crisis mayores: el crash de octubre de 1987, el colapso financiero de 2008 y el estallido de la pandemia en marzo de 2020.
Summers no lanza esta advertencia a la ligera. "La gente debería ser muy cauta", afirma, dejando claro que no se trata de una simple corrección técnica, sino de una señal de advertencia que podría estar anticipando una fase más profunda de turbulencia económica. Los mercados, añadió, podrían enfrentarse a nuevos episodios de inestabilidad similares a los vividos en las últimas jornadas. Su mensaje se enmarca en un momento especialmente delicado: Donald Trump ha anunciado una ofensiva comercial sin precedentes, con aranceles del 10% a todas las importaciones estadounidenses y gravámenes adicionales dirigidos a China, la Unión Europea y otras economías.
La reacción inmediata de los mercados no se ha hecho esperar: el S&P 500 se ha desplomado, los índices de Oriente Medio han sufrido su mayor caída desde 2020 y las bolsas chinas (tanto en el continente como en Hong Kong) se preparan para una semana difícil tras las medidas de represalia anunciadas por Pekín. En este clima, otro nombre de peso (más centrado en la economía y algo menos en los mercados) ha mostrado su creciente preocupación: Anatole Kaletsky, economista jefe de Gavekal Research, ha firmado uno de los análisis más pesimistas desde la crisis financiera, aunque también ve algunas esperanzas, cree que las amenazas son muy a tener en cuenta.
El análisis de este experto empieza repitiendo esta frase en dos ocasiones: "Me siento asustado", confiesa Kaletsky. "Asustado por el desplome bursátil provocado por los aranceles, por una recesión en Estados Unidos (que ahora considero muy probable) y por un posible colapso de la economía global, quizás comparable con el de 2008". A su juicio, la excepcional violencia del retroceso en los mercados no es una mera anécdota. "Antes de la semana pasada, caídas del 10% en dos días solo se habían producido en tres ocasiones desde 1952", recuerda. Y todas ellas marcaron el inicio o el epicentro de grandes mercados bajistas.
El detonante de esta crisis, señala Kaletsky, no es tanto la represalia arancelaria de otros países o la imprevisibilidad de las cifras impuestas por Trump, sino algo más estructural y peligroso: "Los nuevos aranceles supondrán el mayor aumento de impuestos en Estados Unidos desde la década de 1960, y posiblemente desde la Segunda Guerra Mundial". Estima que este endurecimiento fiscal equivale a entre 300.000 y 800.000 millones de dólares al año, es decir, entre el 1% y el 3% del PIB estadounidense. "Este golpe fiscal masivo impactará duramente en la actividad económica y en el empleo a partir del tercer trimestre".
Kaletsky, que durante años fue escéptico ante los pronósticos de recesión en 2022, 2023 y 2024, ahora cree que una contracción económica es más probable, incluso que el 60% estimado por JP Morgan o el 35% sugerido por Goldman Sachs. Y advierte de que, si no se toman medidas contundentes, el impacto podría propagarse globalmente. "Respuestas equivocadas en Europa y China podrían convertir una recesión estadounidense en un colapso económico mundial", escribe.
Tres posibles paliativos
En teoría, hay vías para evitar lo peor. Kaletsky plantea tres opciones: un recorte agresivo de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal (algo que ve poco probable debido a la presión inflacionista que generarán los aranceles), un acuerdo rápido en el Congreso para aplicar fuertes recortes de impuestos (algo aún menos probable, dada la fragmentación política), o un plan de estímulo fiscal decidido por parte de Europa y China. Esta última opción sería, a su juicio, la más efectiva para compensar la contracción de la demanda provocada por la guerra comercial de Trump.
Sin embargo, la respuesta europea ha sido, de momento, decepcionante. "Los líderes de la UE han presumido de su 'fuerte plan de represalias', cuando lo que realmente necesitan es un plan para impulsar la demanda interna", lamenta Kaletsky. Si la historia sirve de guía, esta falta de reacción podría tener consecuencias profundas.
La situación actual, según estos dos referentes del pensamiento económico, es extremadamente frágil. La confianza empresarial y del consumidor se ha erosionado en cuestión de días, el mercado laboral empieza a mostrar signos de enfriamiento (pese al buen útlimo dato de empleo en EEUU) y la política económica de Washington se está tornando impredecible. Los inversores, por ahora, solo han ajustado parcialmente sus expectativas. Pero si se confirma el escenario de una recesión global, los mercados podrían estar aún lejos de tocar fondo.
Tanto Summers como Kaletsky coinciden en que no se puede descartar un escenario mucho más adverso del que los analistas están descontando. "Los mercados tienen razón en sentirse nerviosos este lunes por la mañana", afirma Kaletsky. La caída de los precios de los activos ha sido solo el primer síntoma. Ahora empieza la verdadera prueba: resistir a un entorno en el que la política económica actúa como freno, no como soporte, y en el que los equilibrios globales parecen desmoronarse. Lo peor, temen los gurús, aún podría estar por llegar.
Las voces más mediáticas de Wall Street
Como una de las voces más escuchadas en los mercados financieros en calidad de CEO del mayor banco estadounidense, Jamie Dimon, director ejecutivo de JP Morgan, también ha valorado la situación. Dimon ha instado a una rápida resolución de las incertidumbres provocadas por los aranceles y ha advertido contra una fragmentación potencialmente "desastrosa" de las alianzas económicas a largo plazo de EEUU.
"Cuanto antes se resuelva este problema, mejor, porque algunos de los efectos negativos aumentan de forma acumulativa con el tiempo y serán difíciles de revertir", ha escrito Dimon en su carta anual a los accionistas. A corto plazo, "es probable que veamos resultados inflacionarios, no solo en los bienes importados, sino también en los precios nacionales, a medida que aumenten los costos de los insumos y la demanda de productos nacionales". El CEO de JP Morgan ha citado una serie de dudas persistentes en torno a la nueva política, como las posibles represalias de otros países, el impacto en las inversiones y los flujos de capital, y el posible efecto en el dólar estadounidense.
Desde el lado más 'puro' de la inversión, el celebérrimo inversor estadounidense Bill Gross, leyenda de los mercados en calidad de fundador en los años 70 de Pacific Investment (Pimco), auténtica referencia mundial de la renta fija y por lo que se le conoce como el 'rey de los bonos', también se ha pronunciado sobre el golpe a los mercados con los aranceles de Donald Trump.
"Como he comentado, se trata de un acontecimiento económico y de mercado épico similar al de 1971 y el fin del patrón oro, salvo que con consecuencias negativas inmediatas", introduce Gross, dando paso a su gran consejo. "Los inversores no deberían intentar atrapar 'un cuchillo que cae'. Las atractivas gangas de hoy seguirán existiendo mañana y pasado mañana. Trump no puede dar marcha atrás a corto plazo: es demasiado macho para eso", señala el histórico inversor, tal y como recoge la CNBC. Gross recomienda tener paciencia y comprar empresas nacionales como AT&T, Verizon y Altria para obtener dividendos relativamente seguros en un mundo de tipos de interés a la baja. "Incluso con estos valores, tengan cuidado: se están acercando al territorio de sobrecompra", matiza, no obstante.
Siguiendo con el elenco de ilustres y multimillonarios inversores de Wall Street, Ray Dalio, Bill Ackman y Stanley Druckenmiller han criticado duramente los aranceles de Trump. Empenzado por el también legendario fundador del fondo de cobertura más grande del mundo, Bridgewater Associates, Dalio, ha advertido que las consecuencias de todo esto "serán significativamente estanflacionarias" en EEUU. El inversor lleva tiempo defendiendo un arreglo de las relaciones entre EEUU y China, ahora más enturbiadas que nunca por los aranceles de Trump y las medidas de represalia de Pekín.
El nuevo régimen comercial es un "error", ha dicho Ackman, fundador de Pershing Square y partidario abierto en su momento de Trump, en una publicación en X. Druckenmiller, el ex protegido de George Soros y veterano halcón del déficit, también ha recurrido a esta plataforma para escribir una publicación poco común en la que amplía las críticas que hizo a las políticas de Trump en una entrevista en enero.
"No apoyo aranceles superiores al 10%, como dejé muy claro en la entrevista que usted cita", escribió Druckenmiller este domingo, en respuesta a su entrevista anterior con CNBC. "Creo firmemente que imponer aranceles contra todo el mundo -muchísimo más de lo que se nos cobra- es un error", ha expuesto Ackman en sus redes sociales.
En el caso de Ackman, estos comentarios constatan la divergencia más pronunciada hasta el momento por parte de uno de los principales partidarios del presidente en Wall Street, quien anunció su apoyo a Trump después de un intento de asesinato en julio durante la campaña electoral. Se necesitaría una pausa de 90 días para darle tiempo a Trump a "resolver de manera cuidadosa y estratégica nuestra posición comercial global históricamente injusta", rubrica Ackman.