Bolsa, mercados y cotizaciones

El retorno de los vigilantes de los bonos: la mano invisible que golpea a los países 'despilfarradores'

  • Los 'vigilantes de los bonos' han estado en peligro de extinción en los últimos años
  • Con la vuelta de la inflación y los estímulos masivos, se huele su presencia
Vigilante de los bonos (inversor). Dreamstime

Vicente Nieves

La creciente intervención de los bancos centrales en los mercados ha ido restando protagonismo a los conocidos como 'vigilantes de los bonos' en los últimos años, tanto es así que se llegó a hablar de su extinción. En un entorno de baja inflación y crecimiento suave, los bancos centrales lograron 'dormir' las rentabilidades de los bonos sin demasiados sobresaltos. Sin embargo, la situación podría estar empezando a cambiar de forma rápida. Unos planes de estímulos sin precedentes (y coordinados) y unas mayores expectativas de inflación están devolviendo parte del protagonismo a estos 'vigilantes' que suelen ser los primeros en avisar cuando el gasto o la inflación amenazan con dañar el valor intrínseco de los bonos.

Los vigilantes de bonos son inversores que en beneficio propio (y anticipando un escenario) compran y venden estos activos de renta fija en el mercado secundario anticipando lo que puede ocurrir en la economía. Si estos inversores perciben un mayor riesgo para este mercado (ya sea porque se avecina una mayor inflación o porque las finanzas del emisor de los bonos podrían deteriorarse) venderán bonos en el mercado secundario, provocando una caída de su precio y un incremento del interés que tienen que pagar para encontrar un comprador.

Desde la agencia de valores Portocolom explican que en los años 80 se empezó a hablar de los 'vigilantes de los bonos' como los encargados de velar por la economía. Se comentaba que, si los autoridades monetarias y fiscales no regulaban correctamente la economía, los inversores en bonos lo harían. De tal forma que si un banco central, por ejemplo, no movía ficha en sus políticas monetarias, los vigilantes le obligarían a actuar a través de presiones en los precios de mercado de los bonos.

No obstante, este termino ha sido recurrente aunque por motivos muy distintos. En 2018, el economista Ramana Ramaswamy aseguraba en un artículo publicado por el Fondo Monetario Internacional que los vigilantes del mercado de bonos eran una especie en extinción. Este experto explicaba que "este termino se refiere a los inversores de bonos que son reacios al despilfarro fiscal... Ejercieron una influencia significativa sobre la política fiscal global durante dos décadas hasta el 2008, pero ya no se les teme. El mercado de bonos no asigna primas de riesgo (mayores rendimientos) a países con políticas fiscales insostenibles en los últimos años". Ahora el debate es si los vigilantes de los bonos están de vuelta o no de la mano de la inflación.

¿Qué está pasando ahora?

Los economistas de Portocolom comentan que "en los últimos días de febrero los mercados estuvieron revuelto por el temor de los inversores a la inflación y la posibilidad de una retirada de estímulos de los principales bancos centrales... llegando a contagiar el susto a las bolsas. Con el inicio del mes de marzo ha vuelto la tranquilidad, los precios de los bonos estadounidenses y europeos se han recuperado levemente, lo que ha llevado a importantes subidas en las principales bolsas mundiales. A pesar de esta momentánea tranquilidad habrá que estar atentos cómo se comporta la renta fija".

Y en pleno auge de los temores a inflación, en EEUU está cerca de aprobarse el plan de estímulo de 1,9 billones de dólares, que incluye ayudas directas a los norteamericanos en forma de un pago directo de 1.400 dólares, una suerte de 'helicóptero del dinero' que nunca antes se había probado de esta forma, por tanto su impacto en la economía es un tanto incierto. Se espera que todo ello impulse el crecimiento de la economía americana, quizá, por encima de su potencial, generando un problema a medio plazo que podría provocar tensiones inflacionistas y probablemente subidas de tipos de interés (al menos nominales). Los vigilantes de los bonos han comenzado a actuar con ventas masivas que están incrementando los tipos de interés. El bono de EEUU a 10 años ha tocado esta semana el 1,6% de rentabilidad.

Patrick Krizan, economista senior de Allianz, asegura en una nota que "los vigilantes de bonos están poniendo a prueba a la Fed. En un contexto de creciente confianza en la recuperación mundial y de crecientes presiones inflacionarias, los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años han subido en unos 70 puntos básicos desde principios de año... este aumento se debe al componente de incertidumbre de los rendimientos nominales, la prima a plazo. Esto comprende la prima de riesgo de inflación (incertidumbre de la inflación esperada), pero también incorpora los efectos amortiguadores de las compras de bonos de la Fed".

El reciente incremento de la prima a plazo deja entrever que los inversores están ponderando una mayor incertidumbre inflacionaria y descontando una posible reducción del balance de la Fed a medio plazo.

Esta prima a plazo está 'empinando' la curva de rendimientos, es decir, la diferencia entre los bonos y letras a corto plazo y los de largo plazo. Este proceso es el inverso al de la inversión y aplanamiento de la curva de tipos (que a veces se produce con una prima a plazo negativa si se prevé deflación). Los vigilantes de los bonos están advirtiendo con esta venta de bonos a largo plazo de las posible presiones inflacionistas y de los futuros movimientos de la Fed para contener a los precios. El problema es que esta advertencia (aunque no se llegue a materializar) puede terminar endureciendo las condiciones financieras e incrementar los costes de financiación de empresas y gobiernos.

Por ello, la Fed podría atreverse a echar un pulo a los vigilantes de los bonos poniendo en marcha una nueva Operación Twist: vender bonos a corto plazo (parte corta de la curva) y comprar bonos de largo plazo (la parte larga) para presionar al alza su precio y reducir sus rendimientos. "Una nueva Operación Twist' podría funcionar. De este modo, la Fed realmente mataría dos pájaros de un tiro: evitaría tipos de interés negativos en el extremo corto de la curva y contrarrestaría la pendiente excesiva en el extremo largo", explica el experto de Allianz.