Florentino Pérez encalla con el plan de desinversiones de ACS: congela Clece y se queda sin la SH-288
- La venta de la filial de servicios vuelve a fallar después de contratar a Roland Berger para tratar de facilitarla
- El rescate de la autopista texana impide al grupo traspasar el activo más valioso que preveía vender
- En la rampa de salida tiene desde hace años la eólica marina Kincardine y una central de gas en México
Javier Mesones
ACS se ha atascado en su millonario plan de desinversiones. Son varios los procesos que, por unos u otros motivos, se han visto frenados o frustrados en las últimas semanas. La venta de su filial de servicios, Clece, ha entrado en un punto muerto después de realizar un nuevo intento a finales de julio que atrajo un interés muy limitado, según fuentes del mercado. Sólo unas semanas después, el Departamento de Transportes de Texas confirmó el rescate de la autopista de peaje SH-288, un activo en el que ACS conservaba el 43,24% y en el que pretendía desinvertir más.
A estas dos operaciones, el grupo que preside Florentino Pérez también sigue sin encontrar comprador para otros proyectos que conservó en su perímetro cuando vendió su negocio de servicios industriales (Cobra) a Vinci (en diciembre de 2021) y en los que que lleva años tratando de desinvertir. Entre ellos destaca el parque eólico marino Kincardine, en Escocia, y la instalación de compresión de gas natural CA-KU-A, en México. El grupo también tiene otros activos de energía renovable y de agua a la venta. Este año tan sólo se ha desprendido del parque eólico de Valdehierro, en España, con una capacidad de 15 megavatios (MW).
El consejero delegado de ACS, Juan Santamaría, aseguró el pasado mes de marzo que la compañía tenía procesos de desinversión en marcha con los que aspiraba a obtener alrededor de 3.000 millones de euros. Unos fondos con los que el grupo busca impulsar su crecimiento a través de adquisiciones e inversiones en nuevos proyectos.
"No es momento para centrarse en la reducción de deuda sino para aprovechar las oportunidades y crecer", dijo entonces. En julio, la compañía anunció la compra por 400 millones de euros del 100% de la irlandesa Dornan Engineering, una empresa de ingeniería mecánica y eléctrica con la que busca impulsar la estrategia de replicar en Europa el éxito de su filial estadounidense Turner al otro lado del Atlántico. En mayo se adentró en el negocio de vertipuertos con la adquisición de Skyports por 98 millones de euros y en abril también selló la toma de un 10% de la minera australiana Thiess por 193,5 millones, de modo que alcanzó el 60% y consolidó la empresa, con un impacto en la deuda de ACS de 1.074 millones. En los seis primeros meses también se hizo con el 25% de la autopista A13 en Reino Unido -alcanzando el 100%-. Destinó en total 1.400 millones a iniciativas estratégicas, que incluye el aumento de capital en Abertis y la compra de acciones de la alemana Hochtief, hasta superar el 79%.
Todo ello propició que en junio la deuda neta se elevara a 1.605 millones, frente a los 1.165 millones de un año antes.
ACS enmarca las desinversiones en la puesta en valor de activos maduros o en la decisión estratégica de priorizar las áreas de concesiones y construcción de infraestructuras y energías renovables.
En este contexto, la firma contrató hace casi un año a Bank of America y Société Générale para dirigir la desinversión de su filial de servicios Clece, siguiendo así a otras constructoras como Ferrovial, Sacyr y OHLA. En el primer trimestre, la multinacional recibió ofertas no vinculantes del fondo estadounidense Pacific Avenue, el español Portobello, dueño de Serveo, y el grupo danés ISS. En un principio, la propuesta más interesante fue la de Pacific, pero la negociación posterior no fraguó.
ACS contrató a la consultora Roland Berger para elaborar un informe con distintos escenarios de desinversión, de manera que se facilitara una división de los negocios entre la actividad de 'facility management' y la de social. Con ello buscaba hacer más clara la operación y tratar de generar un mayor atractivo.
La firma reabrió el proceso para recibir nuevas ofertas a finales de julio. Sin embargo, el interés expresado quedó otra vez lejos de las aspiraciones del vendedor, que apuntan a una cifra superior a los 600 millones de euros para no incurrir en minusvalías. Entre los grupos que reavivaron su interés figura Serveo, heredera del negocio de servicios de infraestructuras en España de Ferrovial, pero sin acuerdo alguno.
En este escenario, ACS ha aparcado la venta y en el mercado apuntan a que el grupo tendrá que acometer una reorganización de los negocios en Clece para allanar una posible venta troceada, tal y como hicieron Ferrovial y Sacyr con sus áreas de servicios en su momento.
El golpe en Texas
La otra gran desinversión que pretendía ejecutar ACS es la de la SH-288, en Texas (Estados Unidos). Tras vender a Abertis, en la que se reparte el capital con la italiana Mundys, el 56,76% el año pasado por 1.423 millones, la compañía conservó el 43,24%. Al cierre de 2023, tenía clasificado como activo mantenido para la venta el 21,62%. Al precio al que compró Abertis, este paquete tendría un valor de 542 millones (1.084 millones si se ampliará al 43,24%).
Sin embargo, el pasado 23 de agosto el Estado de Texas (Estados Unidos) consumó la nacionalización de la SH-288, por la que compensará con 1.732 millones de dólares (unos 1.548 millones de euros) a Abertis y ACS. A Abertis le corresponden 1.080 millones de euros, con una pérdida neta contable de 418 millones, y a ACS 468 millones, menos de la mitad, por tanto, del valor en el mercado de su participación.