Pepe Navarro lo ha hecho todo el televisión. Ha presentado, dirigido, producido... ahora vuelve como concursante raso de un programa en el que no tiene el control de nada. "Al principio sonaba extraño, pero después es más cómodo", nos cuenta. Se medirá con otros famosos en Bailando con las estrellas, el programa que regresa a Telecinco el sábado 13 de septiembre. Hablamos con él en el FesTVal de Vitoria sobre esta vuelta inesperada a la televisión, su pasado al frente de los programas de más éxito, la situación que vive Telecinco y la batalla que libran dos de sus 'sucesores': Pablo Motos y David Broncano.
¿Por qué has decidido participar en Bailando con las estrellas?
Es divertido. Si me quedo en casa, voy a empezar a drogarme y beber [bromea]. Antes que caer en la droga, me pongo a bailar [risas].
¿También ha sido cuestión de dinero?
Si te pagan bien, trabajas. Esto no es gratis. Esto es un espectáculo y nosotros entretenemos a la gente.
¿Has negociado bien el caché?
Hay un acuerdo y por eso estoy aquí trabajando.
Has sido presentador, productor... ¿Cómo llevas estar en un proyecto del que tú no tienes el control?
Al principio sonaba extraño, pero después es más cómodo, más sencillo y más gratificante. Lo otro era trabajar 25 horas sobre 24.
¿Cómo te has llevado históricamente con el baile? ¿Ha sido una herramienta de seducción?
Depende de con quien baile. Soy muy especialista del baile lento, eso se me da de maravilla.
Hay una máxima que dice que como se baila, así se hace el amor...
Toda regla tiene una excepción. 'Heme aquí'.
¿Qué te lleva a aceptar un tipo de programa y otros no?
Me han ofrecido algunas cosas que no me apetecían. Cuando me propusieron bailar, pensé que era una tontería. Pero mis hijos me dijeron, ¿y por qué no?
¿Te has preparado físicamente?
Debería haberlo hecho para tener movilidad. Pero suelo hacer deporte y tengo flexibilidad.
Durante muchos años tuviste programas de mucho éxito. ¿Sigues siendo consumidor de televisión?
Veo muy poca televisión. He tenido cuatro hijos y en los últimos 28 años me he mamado todas las películas de niños... Una vez con mi hija, la que ahora tiene 19 años, nos sentamos a ver un programa y lo pasamos muy bien, porque comentábamos lo que veíamos y nos divertíamos juntos.
Has sido líder muchos años y has protagonizado batallas memorables por la audiencia. La pasada temporada se vivió una muy intensa entre Broncano y Pablo Motos. ¿Has seguido su rivalidad? ¿Quién te gusta más?
Sería digno de análisis uno y otro, porque son dos maneras distintas de hacer televisión. El programa de Broncano es muy personalista: sin Broncano, no existiría el programa. El de Pablo Motos, sin él no existiría, pero podría hacerse de otra manera.
El programa de Broncano resume lo que es Internet, donde los contenidos son banales. Broncano hace un programa sin contenido, que tiene un mérito de narices. Tiene ritmo, buen rollo... pero carece de contenido sólido, como sí tiene el de Pablo. Uno encarna la televisión tradicional, con estructura y contenidos, mientras que el otro es entretener por la vía Internet y sin contenidos sólidos. Pero, cuidado, tiene una gran preparación, nada se improvisa y todo está guionizado. El trabajo es igual de duro para uno y para otro.
¿Tú a quién ves?
No tengo predilección por ninguno de ellos. Yo respeto mucho el trabajo de mis compañeros. No me decanto por ninguno porque los dos merecen la pena. Son contenidos distintos.
¿Crees que antes la televisión era más libre y más espontánea?
No la veo mucho, pero sí noto un cambio en el vocabulario. El contenido es una cuestión de valentía, pero la gente se autocensura mucho. Se tiene miedo a ese insulto organizado que es en muchos casos Internet. Pero creo que ahora la televisión podría ser igual de libre que antes.
Había personajes y situaciones que igual no se podrían repetir ahora...
El wokismo está haciendo mucho daño. Es lo peor de los últimos tiempos porque es un movimiento reaccionario. Pretendiendo una igualdad, lo que hace es obligar a la igualdad, y eso no es libertad. Es el pensamiento único.
En televisión, todo depende de la cadena. Un profesional trabaja en una cadena, que es su empresa, y no puedes ir por libre. Puedes trabajar libremente pero de acuerdo con la cadena y teniendo claro dónde os movéis y los intereses con los que juegas. Hay miedo a que la audiencia se vaya, pero yo creo que si consigues que el público sienta emociones, la gente se engancha.
Telecinco está viviendo una crisis de audiencia, ¿qué análisis haces de este momento por el que atraviesa Mediaset?
Es la segunda vez que le pasa a Telecinco. La primera vez fue cuando se agotó el modelo de Lazarov y empezó a subir Antena 3. Luego llegó Carlotti y tuvo mucha suerte, porque dio tres programas que le daban gran audiencia: El Súper, Médico de familia y el Mississippi. Luego con Vasile ha vivido una época muy larga de éxito, pero Antena 3 ha ido consiguiendo solidez con varios programas: Tu cara me suena, El Hormiguero... Telecinco se ha ido abajo porque se quedó clavada con una televisión monocorde. Ahora está en el cambio y el cambio no es fácil. Tiene que ubicarse y encontrar su lugar. Poco a poco se igualará.
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